30 de octubre de 2013

El paquete de galletas

Una chica estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de un gran aeropuerto. Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y también un paquete de galletitas.
Se sentó en una sala del aeropuerto para poder descansar y leer en paz. Asiento de por medio, se ubicó un hombre que abrió una revista y empezó a leer.
Entre ellos quedaron las galletitas. Cuando ella tomó la primera, el hombre también tomó una. Ella se sintió indignada pero no dijo nada.
Apenas pensó: ¡Qué descarado! Si yo estuviera más dispuesta, hasta le daría un golpe para que nunca más se olvide de la grosería!".
Cada vez que ella tomaba una galletita el hombre también tomaba una. Aquello la indignaba tanto que no conseguía concentrarse ni reaccionar.
Cuando quedaba apenas una galletita, pensó: "¿qué hará ahora?". Entonces, el hombre dividió la última galletita y dejó una mitad para ella.
¡Ah! ¡No!... ¡Aquello le pareció demasiado! ¡Se puso a bufar de la  rabia! cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sector del embarque.
Cuando se sentó en el interior del avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletitas... intacto, cerradito... ¡Sintió tanta vergüenza!
Sólo entonces percibió lo equivocada que estaba. ¡Había olvidado que sus galletitas estaban guardadas dentro de su bolso!

El hombre había compartido las suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado, y ya no había más tiempo ni posibilidades de explicar o pedir disculpas aunque sí para razonar.
¿Cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar mejor?. ¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas? ¿Cuántas veces son nuestras emociones las que tomas las decisiones?

28 de octubre de 2013

¿Y si...?

Los supuestos negativos nos paralizan
Cuando estamos abordando una situación que nos resulta compleja, a veces partimos de supuestos negativos que lo que hace es limitarnos en nuestra visión y en la búsqueda de opciones y soluciones.

En los procesos de coaching solemos escuchar cosas parecidas a estas:

“No puedo hacerlo”
“No se puede hacer así”
“Mi familia no estaría de acuerdo con eso”
“Mis jefes nunca aprobaría esta propuesta”
“Ese viaje costaría mucho”
“Ese proyecto tendría un coste que jamás aprobarán”
“No tengo tiempo para hacer deporte”
“No tenemos tiempo en el equipo para ….”

Cuando escuchamos frases de este tipo, que son las suposiciones negativas, buscamos la manera que el cliente (coachee) no deje que esa suposición limite la búsqueda de alternativas y para ello, partimos de la no existencia de dicha suposición.

¿Y si tuvieras presupuesto suficiente? Centrándonos en una respuesta concreta o de manera genérica ¿Y si ese obstáculo no existiera?

No todo es lo que parece inicialmente
Se trata de dejar momentáneamente la limitación a un lado, dejar la censura de la mente racional y buscamos la liberación de un pensamiento más creativo, más libre. Es asombroso cómo la persona encuentra caminos insospechados. Es como si de repente una puerta, que dabas por cerrada a cal y canto, se abriera y vieras por primera vez un mundo lleno de posibilidades.

Tras ese trabajo, la suposición negativa, puede continuar o no, pero casi en el 100% de los casos, la mirada de obstáculo, de la dificultad no es la misma, no tiene el mismo tamaño, se considera más abordable, más sencillo, menos limitante.

Así que, plantéate cuales son tus suposiciones negativas y pregúntate…¿Y si…?


Seguro que la realidad será distinta.

23 de octubre de 2013

¿Saber que sabemos?

 A lo largo de la vida, aprendemos por diversas vías: en la escuela, el instituto, la universiada, en cursos sobre temas que me interesan o interesan a la empresa en la que trabajo, por imitación, por modelado, en charlas o debates informales.....aprendemos. Nuestro cerebro está preparado para ello, para aprender siempre. 

Cuando estamos iniciando el aprendizaje de una habilidad concreta o de una materia específica, inicialmente somos conscientes de que no la conocemos, no sabemos hacer tal cosa o no tenemos la información para entender esta materia nueva. 

Más adelante, vamos generando la conciencia de saberla, de saber hacer, de conocer la información o las pautas y reglas para ejecutar un deporte, hacer un examen o desarrollar una habilidad. 

Durante algún tiempo, permanecemos conscientes de ello, de nuestro nuevo aprendizaje. Lo repetimos, ejecutamos los nuevos comportamientos y comunicamos la nueva información. ¿Y después? 

Después podemos hacer el examen y olvidarnos, dejar de lado la nueva habilidad y volver a la antigua manera de proceder, por comodidad o dejar de hacer ese deporte. Olvidamos. 

Sin embargo, hay otro olvido. Cuando seguimos adquiriendo conocimientos, destrezas, habilidades, las integramos de tal forma, que olvidamos que sabemos y simplemente actuamos de una manera distinta. Tenemos tan incorporados los aprendizajes de conocimientos, habilidades o destrezas que no tenemos que pensar en las reglas, la información o las pautas para ejecutarlas. Es en ese momento cuando el aprendizaje está afianzado. 

Y es también en ese momento cuando lo aprendido tiene sentido para ti. No para satisfacer a un/a profesor/a, a un/a entrenador/a, a un padre o madre.....es cuando lo aprendido se convierte en una habilidad tuya y personal y disfrutas con ella. Empieza a formar parte de tu carácter, se puede convertir en un rasgo más o menos importante de tu personalidad. 

¿Quieres aprender para olvidar que sabes? ¿Quieres aprender para ti mismo/a? Te invitamos entonces a que sigas desarrollando esa nueva destreza o comportamiento hasta hacerlo tuyo y que nos cuentes entonces cómo te sientes y qué diferencias encuentras en ti. 



21 de octubre de 2013

Coaching y un café

"Hoy no tengo tiempo de ocuparme de esto". 

"Sé que hay cambios que quiero hacer, aunque ahora mismo no tengo tiempo".

" Ya buscaré cómo cambiar este hábito más adelante". 

¿Tienes tiempo para un café? 

¿Cuantos cafés/tés/infusiones tomas a la semana acompañándolos de una charla relajada e inspiradora?

¿Y si uno de esos cafés, tés o infusiones los tomases con tu coach? 

Cuando "contratas" los servicios de un/una coach, es él/ella quien se amolda a tus tiempos, de manera que las citas se fijan en dónde a ti te convenga, puede ser en tu oficina, en una cafetería en la que te sientas cómodo/a, o en un despacho. De manera que la sesión de coaching ocupará un momento de tu día en el lugar que acuerdes con tu coach. ¿Sencillo y flexible verdad?

La frecuencia con que veas a tu coach podrá variar, quizás al inicio del proceso quedes con él/ella cada semana o cada 10 días. Pudiendo espaciar más las citas según se avanza en el proceso. Los plazos los maracas tú. ¿Fácil verdad?

Quizás has leído el término coaching asociado a personas que ocupan puestos de alta dirección en grandes multinacionales y pienses, "si, estaría muy bien esto del coaching, pero seguro que es muy caro". ¿De verdad crees que solo hay tarifas para altos directivos? Por qué no das un primer paso, preguntas las tarifas a dos o tres profesionales y encuentras aquél/aquella que se ajuste a tu presupuesto. 

Y si no sabes aún qué plantear a tu coach como objetivo o meta a trabajar durante el proceso. ¿Para qué estamos los/las coachs si no es para apoyarte en la clarificación desde el inicio del proceso?  

Si algunas de estas dudas te frenan al preguntar ¿es el coaching para mi en estos momentos?  o ¿puedo asumir un proceso de coaching ahora? espero que al leer esta entrada te animes, al menos a preguntar y con la información necesaria tomar tus propias decisiones. 

¿Quieres preguntarnos?: info@kaiden.es 

16 de octubre de 2013

El sentido del humor es terapeútico

“¿Sabes qué es lo mejor del alzhéimer? Que todos los días conozco a alguien nuevo” (paciente de neurología en la sala de espera)

Podemos reírnos de nuestras limitaciones
La función principal del sentido del humor es distanciarnos emocionalmente de la situación que nos está estresando (o incomodando o preocupando) encontrando algo cómico en nosotros/as mismos/as y en la situación o circunstancias que nos rodean.

La perspectiva humorística nos ayuda a defendernos del miedo, la ansiedad y la desesperación. Actúa como un auténtico calmante a la hora de interpretar y describir la situación que nos está provocando dolor o tristeza o preocupación.

Hacer una lectura en clave de humor nos ayuda a afrontar y resolver la situación en la que estamos inmersos.

Muchos supervivientes de situaciones dramáticas afirman que el sentido del humor les ayudó especialmente a superar y resistir situaciones casi inhumanas. Hay múltiples ejemplos en el caso de los supervivientes del holocausto nazi. Lo ha explicado Viktor Frankl o Primo Levi. También lo explicaron los supervivientes de la odisea de los Andes, que han reconocido que el sentido del humor no sólo les ayudó a sobrevivir, sino también en el proceso de superación y adaptación posterior.

Además de ayudarnos a desconectar o distanciarnos de nuestra situación dolorosa también nos ayuda a conectarnos a otras personas por lo que añade un nivel de protección en nuestras vidas.

¿Qué puedes hacer en tu día a día para incorporar unas buenas dosis de humor? ¿Puedes encontrar algo cómico en esa situación que te está preocupando?

14 de octubre de 2013

El arte de preguntar en el coaching

El otro día hablaba con un amigo sobre el coaching, la cantidad de personas que dicen ejercer esta profesión y la calidad del mismo.

Una de las claves de un buen proceso de coaching se basa en las preguntas, en el arte de preguntar.

Las preguntas en el coaching están dirigidas al cliente, son para él/ella. Son la forma que tenemos de que el cliente se cuestione, reflexione, tome conciencia, caiga en la cuenta y pase a la acción.

Las preguntas tienen que ser seleccionadas muy bien pues iluminan o se centran en una parte de la experiencia y otras, en cambio, las deja en la oscuridad. Por ello, las preguntas, las buenas preguntas, conducirán a la acción, a la búsqueda de soluciones, a hacer algo con lo que acaba de descubrir el cliente de si mismo/a.

Las preguntas, las buenas, están orientadas a los objetivos más que a lo problemas. Nos orientamos o nos centramos en el presente y en el futuro, más que en el pasado, es decir, más que buscar explicaciones de porqué estamos donde estamos, se busca encontrar el camino para salir de dicha situación.

Además de utilizar preguntas para dar luz y poner en claro valores, creencias, motivaciones del coachee (cliente) utilizamos las preguntas para cuestionar los límites que se pone el cliente que se observa principalmente con el lenguaje que utiliza. Se observa esa situación con opiniones no contrastadas que hace suyas, con las comparaciones que hace que pueden limitar su experiencia, con las generalizaciones, con las presunciones limitadoras, con las palabras de presión (debería, tengo que), con el lenguaje abstracto, etc.

Las preguntas, las buenas, las poderosas, son la base del buen coaching. Las buenas preguntas permiten al cliente responder a aspectos que antes no se ha planteado o, al menos, no lo ha hecho de la misma manera. Como dice Leonardo Wolf en el maravilloso libro “El arte de soplar las brasas” se trata de “prestar preguntas” al cliente.

Las preguntas, en el coaching, se hacen para comprender, para escuchar y para servir al objetivo del cliente.


¿Te gustaría probar esas preguntas poderosas?

9 de octubre de 2013

Generar cambios en mi para influir en los/as demás

Buscar soluciones. Crear soluciones. Salir del impasse. ¿Te resuena? 

Hay frases que nos resuenan y remueven por dentro. En la actualidad leemos y escuchamos unas cuantas de estas frases varias veces al día. 

También leemos aún sobre la palabra crisis y la búsqueda de oportunidades. Leemos y escuchamos sobre el creciente numero de personas emprendedoras que buscan crear soluciones y sobre el miedo y las dificultades que les acompañan. 

Lo que sucede dentro de nosotros/as cuando escuchamos o leemos estas frases marca importantes diferencias. ¿Qué sensaciones y emociones aparecen en tu interior al leerlas? ¿Esperanza? ¿Miedo? ¿Frustración? ¿Tranquilidad? ¿Intranquilidad?....

Si nos ceñimos a la etimología de la palabra crisis, estaríamos hablando de un momento de toma de decisión importante, de realizar un juicio tras un cuidadoso análisis de una situación. ¿Qué sientes ahora al pensar en esta palabra? 

Podemos cambiar la forma de pensar y por lo tanto de sentirnos ante determinadas situaciones. Una vez realizado este cambio, nuestras acciones, actitudes y hábitos cambiarán. ¿Crees que puedes generar cambios en tu entorno a partir de este momento? ¿Qué cambios quieres generar? ¿Estas dispuesto o dispuesta a generar este cambio empezando en ti? 

Si la respuesta es si y no sabes bien cómo hacerlo ¿por qué no vienes a explorar con Kaiden algunas de las herramientas para el cambio que trabajaremos en grupo en nuestro próximo taller? 

Si quieres más información sobre el próximo taller "Cambia el chip: construir nuevas realidades desde mi interior" pincha en este enlace  o escríbenos a info@kaiden.es 

7 de octubre de 2013

El coaching como acelerador

Supongamos que vamos conduciendo nuestro vehículo en una dirección más o menos conocida. Sabemos cuál carretera o camino debemos coger, sabemos leer las señales que aparecen a lo largo del camino y aún siendo largo, nos sentimos con la confianza y comodidad necesarias para afrontar nuestro viaje. 

A lo largo del camino, aparecen otros vehículos lentos que quizás no nos dejen llevar la velocidad deseada. También podemos encontrar desvíos provisionales que nos obligan a tomar otra dirección pudiendo llegar a desviarnos de nuestro destino. Tenemos una tormenta de lluvia o de nieve que nos obliga a pararnos y a esperar que pasen para proseguir, o un pinchazo que nos retrasa. 

¿Nos desanimas las dificultades que vamos encontrando? ¿Quizás la comodidad deja de acompañarnos? ¿Seguimos sintiendo confianza para continuar nuestro viaje? 

La propuesta es hacer un símil de este camino con alguna situación en tu vida que quieres resolver, cambiar, algún objetivo que quieres alcanzar. 

¿Encuentras obstáculos que te desaniman? ¿Aparecen situaciones que te desvían de tu objetivo? ¿Cómo vives las dificultades? 

Imagina que hay un acelerador especial que dota a tu vehículo de una estabilidad excepcional, que te permite adelantar a los vehículos que te obstaculizan y además llevas un GPS infalible que te permitirá siempre volver a tu camino tras un desvío necesario. 

¿Invertirías en estos instrumentos para mantener tu comodidad a lo largo de todo el trayecto? ¿Tu confianza incrementaría ante cualquier tipo de dificultad u obstáculo? 



Un proceso de coaching puede hacer esto por ti. Puede ser el acelerador que te ponga en ruta a una velocidad adecuada y el GPS que encuentre tus fortalezas para vencer las dificultades que encuentres en el proceso. 

¿Invertirías en este instrumento para alcanzar tus objetivos? ¿Quieres saber más sobre lo que puede hacer el coaching por ti en este momento? info@kaiden.es 


2 de octubre de 2013

La resiliencia

Somos más capaces de lo que nos imaginamos
La verdad es que el concepto suena de lo más raro, pero no resulta sencillo encontrar una única palabra que explique todo el concepto. Empecemos por ahí.

¿Qué es la resiliencia?
Depende de los autores, franceses o estadounidenses, el concepto es más amplio o no, pero básicamente podemos definirla como la capacidad humana de encajar, resistir y recuperarse de las adversidades.

No se trata, por tanto, de no sufrir o sentir dolor en determinadas circunstancias, sino a pesar de ese dolor o de ese sufrimiento, ser capaz de superar la adversidad.

Un buen ejemplo sería un muelle. El muelle puede sufrir una fuerte presión, pero una vez que pasa, el muelle vuelve a su estado original.

Esta capacidad es un atributo natural y universal de superviviencia, por tanto, lo tenemos todas las personas, en mayor o menor medida.

Este atributo se compone de ingredientes biológicos, psicológicos y sociales.

¿Qué ingredientes, entre otros, conforman o ayudan a ser resiliente?

-         La seguridad en uno/a mismo/a y la capacidad de superar la dificultad.
-         Contar con apoyo social adecuado.
-         Tener razones para vivir, tener un propósito, un objetivo.
-         Tener confianza en nuestra capacidad de intervenir e influir en nuestras circunstancias.
-         Tener relaciones afectivas de calidad.
-         Esperanza de poder aprender de la experiencia y crecer personalmente.

Estos ingredientes no son de seres excepcionales o héroes anónimos. Muchas personas, cada día, superan y se recuperan de adversidades. Se trata de conocer algunas claves que pueden ayudarnos o apoyarnos en esa tarea.

Nuestra actitud, nuestra mirada afecta significativamente en la interpretación de la realidad y por tanto de lo que nos sucede.

En el próximo taller de Kaiden (25 y 26 de octubre en Madrid) Cambia el chip. Construir nuevas realidades desde mi interior vamos a trabajar, entre otras cosas, sobre este concepto. Seguro que descubriremos muchas claves que nos hagan más resilientes.