28 de marzo de 2012

Apegos y otras limitaciones

Las personas, no solo nos apegamos a otras personas, objetos o problemas. Es posible que el principal apego que generamos sea a ideas o creencias.

Nos aferramos con fuerza a esas ideas que tenemos sobre nosotr@s mism@s o sobre otras personas y actuamos "como si" fuesen verdades absolutas.

Cierto es que esto puede ahorrarnos tiempo y así fortalecer nuestra intuición que nos ayuda a tener una panorámica de la situación con un vistazo. También nos ayuda con la memoria, al generar una "historia" recordamos más fácilmente los detalles.

Sin embargo, en ocasiones, las creencias que pudieron servirnos un día, han dejado de ser herramientas útiles y empiezan a generar barreras. Empiezan a actuar de una manera que me limita.

¿Por qué no las soltamos cuando llega ese momento entonces?

Generamos apegos a ellas, creemos que esa idea o creencia es parte de la persona, es parte de mi. Que me define y así define cómo yo entiendo el mundo, como debo o no debo actuar, como puedo o no puedo proceder. Creemos que si nos deshacemos de ellas perderemos parte de nuestra esencia, de nuestra identidad, pues no nos damos cuenta que son adquisiciones que un día nos parecieron ideales y que sin embargo hoy ya no nos sirven.

Un ámbito en el que se ve con mayor claridad la colección de creencias, ideas y apegos que llevamos detrás empujando nuestras acciones, es en el profesional.

"¿Cómo me voy a plantear cambiar de trabajo, por muy quemad@ que esté si las cosas están fatal?"
"¿Cómo voy a creer que ese sueño puede ser el medio a través del cual obtenga mi sustento?"
"¿Cómo voy a darme permiso para transformar mi afición en mi medio de vida?"

Y así una infinidad de cómos que se transforman en otras palabras aún más peligrosas.

Me prohíbo o veto ciertas posibilidades: " Es mejor que me olvide de eso"; "yo no puedo"; "no valgo para ello"; "a mi no me va a salir bien"; "es imposible".

Poco a poco, me alejo de lo que deseo, es decir de lo que necesito y decido conformarme con lo que me dan.

¿Es realmente así como quiero vivir?

La decisión de dejar que sea la situación quien decida por mi, es mía.

La decisión de dejar que mis limitaciones empujen a mis acciones es mía.

Por lo tanto, la decisión de cambiar y de tomar las riendas de mi vida, también es mía.

Puedo elegir seguir escuchando las frases que me dicen y me dirán (es muy difícil, la situación está muy mal, no te arriesgues, es muy peligroso,....), o bien puedo empezar a escuchar las frases que me quiero decir yo.


"Soy capaz"
"Soy luchador" "Soy luchadora"
"Soy cambio"
"Soy oportunidad"
"Soy acción"

¿Qué te apetece hacer a ti?

Como decían l@s participantes del último taller de Kaiden, el miedo es nuestro principal limitante. Vivir con miedo, genera unas frases, por lo tanto una forma de pensar, unas emociones y actuamos en consecuencia.

El no miedo genera un escenario completamente distinto. Puedes elegir.

(No miedo, un libro de Pilar Jericó: www.pilarjerico.com/nomiedo)












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