
Estas personas no creen en su posibilidad de
cambio y tampoco creen que las demás personas puedan hacerlo por lo que me
imagino viven en una falsa ilusión de lo estático, de lo inamovible, casi de lo
eterno.
La cuestión es que la vida, aunque no lo perciban
o quieran hacerlo, les muestra cada día que nadie somos la misma persona que
ayer, ni sentimos lo mismo, ni queremos y necesitamos lo mismo.
Cuando, de repente, algo en su mundo exterior
cambia significativamente (y ahora si perciben ese cambio) y ese cambio no les
gusta, les resulta incómodo o perjudicial, entonces, su firmes y sólidas
estructuras (fijas, inflexibles, inamovibles) sienten un terremoto bajo sus
pies y se resisten al cambio. “Esto no puede ser, no puede estar pasando, esto
no puede cambiar, no me pueden hacer esto, no me lo merezco”. A mi me ha
pasado, por lo que no hablo de oídas.
No creer que el cambio es posible o no querer
cambiar son, en realidad, las 2 caras de la misma moneda. Y la moneda se llama
“zona de confort”. El espacio vital donde nos sentimos seguros/as aunque
no sea la zona deseada o soñada. La zona de confort es conocida y la tenemos
“controlada”.
Seguro que has visto personas que se muestras
insatisfechas, que se quejan, que se sienten desdichadas y que cuando les planteas
un cambio te miran como si hubieran visto un extraterrestre.
Esas personas están ancladas, se aferran a su
zona de confort. Todas las personas, en mayor o menor medida lo estamos.
Lo que quizá nos diferencia es el tamaño de esa zona de confort, las veces que
salimos de ella, si lo hacemos por propia iniciativa o forzados/as por los
acontecimientos y cómo vivimos (cómo nos la contamos) esa experiencia.
Un proceso de coaching nos va a ayudar
a conocer nuestra zona de confort y su impacto en nuestra vida. ¿Cuántas veces
te has planteado un cambio, lo has intentado pero finalmente todo ha vuelto a
como era antes? La zona de confort tiene una gran utilidad y es hacernos la
vida más sencilla y fácil, pero en realidad es un gran imán que nos hace más
difícil cambiar. Y ya sabemos que si hacemos lo mismo es difícil obtener
resultados distintos.

También tomaremos conciencia que esa zona
de confort fue antes una zona de riesgo. No nacimos en esa zona de confort,
sino que ha sido el resultado de múltiples cambios. ¿Por qué si antes pude
cambiar ahora no voy a poder hacerlo? ¿Cómo tendría que actuar para hacer que
esos cambios me resulten más sencillos?
Un proceso de coaching es un buen primer paso
para escucharse, para observarse, para conocerse, para atenderse, para quererse, para hacerse
la vida y los cambios más amables.
Acabo de leer de vosotros en Linkedin, y ahora m eestoy paseando por vuestros posts. Os felicito por el material y por el aspecto del blog.
ResponderEliminarSi no os importa, podemos intercambiar enlaces. Nosotros os añadimos con mucho gusto a nuestro blog
http://biodescodificacionoriginal.blogspot.com.es/
Un saludo y nos leemos!
Hola! Os pedimos disculpas, los comentarios y propuesta se nos traspapelaron sin responderos. Claro que os incluimos en el listado de blogs que seguimos y gracias por haberlo hecho con el nuestro. Un saludo y mucho éxito en vuestro próximo taller!
Eliminar