En ocasiones, cuando
nos planteamos alcanzar algún objetivo importante en nuestra vida, hay
situaciones u obstáculos que nos hacen desmotivarnos e incluso desistir.
No encontramos las
opciones o las acciones que nos hagan lograr nuestro propósito.
Cuando estamos en
esa fase, un proceso de coaching puede ser determinante, pues se explora el
propio objetivo y se trabajan sobre los elementos que pueden estar influyendo
en su no consecución.
Uno de estos
elementos pueden ser las creencias que tenemos sobre nuestra propia persona y
nuestras capacidades. Pero a veces, hay que ir más allá y no sólo quedarnos en
nuestra posibilidad y nuestra capacidad sino en nuestro merecimiento.
Más personas de las
que creemos boicotean sus propios objetivos porque hay una parte de ellas que
siente que no se merecen lograrlos.
Así, a priori, nadie
diría que no se merece algo que desea, pero nos sorprenderíamos de las ideas
que muchas veces tenemos asociadas al éxito.
Por eso, cuando el
cliente (coachee) plantea un objetivo, nuestro papel como coach es indagar, a
través de las preguntas (siempre las preguntas) si la persona siente que se
merece lograr ese objetivo
-
¿Qué tendría que pasar para que te merecieras lograr ese objetivo?
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¿Bajo que circunstancias te lo merecerías?
-
¿Qué persona crees que se lo merece?
Se trata de una
exploración a un nivel profundo que sin el apoyo de un profesional difícilmente
descubriríamos.
¿Te animas a probar?
Interesantes tres preguntas. Rara vez nos lo preguntamos, y así vamos, con el piloto automático.
ResponderEliminarMuy buena entrada
Gracias por el comentario. La verdad es que el concepto del merecimiento es algo profundo. Muchas veces nos limitamos porque no creemos merecer conseguir lo que deseamos o porque, sin ser muy conscientes, creemos que nos merecemos un castigo. A mi me parece un tema muy potente.
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