Responder a esa pregunta sería sencillo si
estuviéramos en el cuerpo de cada persona, pero no siendo así, es importante
dar algunas pistas:
- Llevas tiempo con algún tema (asunto, preocupación) rondándote y por más que lo intentas tú en solitario, parece que el tema siempre vuelve.
- Tienes más o menos identificado algunas consecuencias e incluso algunas causas (de ese “problema” o situación que deseas cambiar), pero más allá de eso, no tienes muy claro cómo abordarlo.
- Empieza o lleva tiempo afectando a otras facetas o áreas de tu vida.
- Quieres provocar ese cambio pero hay algo (que todavía no has descubierto) que te limita o impide.
- Aunque no lo deseas (o al menos una parte de ti no lo desea) sigues haciendo lo mismo y por tanto el cambio no llega.
- Estás en una etapa de tu vida en la que tienes que enfrentar un nuevo reto y estás perdido o perdida.
- Te gustaría sentir compañía y apoyo en un cambio que quieres abordar.
Decide cuando es tu tiempo |
Podríamos seguir, con más casuísticas pero
casi todas las que nos encontramos podrían resumirse en alguna o algunas de las
mencionadas anteriormente.
Es importante reflexionar sobre la prioridad
que le damos a nuestra propia vida y a nuestras necesidades. Reflexionar sobre
el tiempo y energía que le dedicamos a nuestro propio bienestar y respondernos
con sinceridad.
Quejarnos y no hacer todo lo que está en
nuestras manos para cambiar algo en nuestras vidas parece que no tiene mucho
sentido.
No hay nada más satisfactorio que comprobar
que la respuesta está en ti y en tus manos y cuando lo compruebas esa sensación
te acompañará siempre. Te darás cuenta que si una vez pudiste, lo podrás hacer
siempre que lo necesites.
No esperes a que los acontecimientos o
circunstancias cambien o provoquen el cambio que deseas, sé tu la persona que
protagonice tu propia historia de vida.
Esta es tu vida, es tu momento!!
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