Arnold piensa sentado frente a la ventana de su habitación cual sería para él ese regalo único, especial, bonito. Cierra los ojos y recrea todo tipo de imágenes en su mente: los viajes que ha hecho cada verano con su familia, las risas y bromas entres su madre, su padre y él cuando decoran el árbol de navidad, las meriendas diarias, el día que se mudaron a aquella casa y sin muebles aún, tendieron una manta en el suelo del salón e hicieron un pic-nic en casa como su primera comida,...recuerdo a recuerdo, Arnold entra en un estado de paz y tranquilidad tal, que se queda medio dormido y entonces sueña......
Sueña que comparte todos esos recuerdos con las personas que más quiere en este mundo.
Sueña que todas las personas que buscan regalos en el centro, sienten el mismo calor y la misma paz que ha sentido él.
Sueña que cada imagen que ha recordado se hace realidad por un instante de nuevo.
Sueña que su vida es y será así de maravillosa y que siempre podrá compartirla con las personas que más quiere en este mundo.
Cuando despierta sabe exactamente cual es el mejor regalo que puede hacer a sus padres. Va corriendo al desván y recupera una antigua grabadora de casetes y encuentra una cinta nueva, sin abrir, justo a lado. Parece que le ha estado esperando todo este tiempo. Los coge y cuando se dirige escaleras abajo a toda prisa, recapacita un momento y entonces piensa que el desván es un buen sitio para preparar su regalo. Busca un rincón silencioso y soleado y se acomoda. Empezará a grabar, recuerdo a recuerdo, el relato de su vida, de las imágenes, de las risas y de cada momento que ha pasado antes por su cabeza y que le ha sumergido en esa sensación de paz, de confort y de amor. Tiene aún tres días para prepararlo y sabe que este será el mejor regalo del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario