Seguramente, ya hemos leído,
escuchado y visto todos los datos referidos a la nueva hazaña de Rafael Nadal.
Todos los records o registros que ha pulverizado y lo poquito que le queda para
ser quizá el más grande de su deporte de toda la historia. Se dice
pronto, pero no se consigue en un día ni en dos.
Para mí, Nadal, es el ejemplo
vivo de la constancia y de la
superación. El
ejemplo perfecto de que la motivación, un entrenamiento mental exquisito y
mucho, mucho trabajo ayudan a conseguir lo que te propones.
Muy probablemente Rafael Nadal tenga un talento innato para los deportes, quizá para el tenis en particular,
pero pensar que ese talento innato es la clave de sus triunfos y resultados sería
muy injusto desde mi punto de vista. Técnicamente, aunque ha mejorado mucho en
los últimos años, no destaca especialmente, pero la inteligencia que tiene para leer los partidos y a su rival, la fortaleza mental para no salirse de los
partidos y gestionar adecuadamente las
emociones y expectativas de su entorno y las suyas, junto con una constancia y perseverancia que no he
visto en otro tenista, no dar una sola bola perdida aunque esté jugando con
calambres o a punto de desfallecer. ¿Solo talento?
Diría que es una filosofía de
vida. Dar lo mejor que tengas dentro en
cada instante. Podrás ganar o perder pero nunca te sentirás decepcionado
contigo mismo.
Leía estos días unas declaraciones
del protagonista que decían.
“Estaba realmente mal
físicamente. Luchando, las soluciones llegan. La ilusión, la motivación, las
ganas de ganar me han mantenido en la pista con la mentalidad de querer
aguantar, de saber sufrir y suplir los momentos malos físicos con tiros
tenísticos de muy alto nivel”
No siempre podemos o somos
capaces de dar lo que tenemos dentro, no siempre podemos desplegar nuestro
mejor juego (nuestra mejor oratoria, nuestra mejor escucha, nuestro mejor
trabajo en equipo, nuestro mejor…..) y ser consciente de cuando está llegando
ese momento es importante para luchar, para encontrar soluciones distintas,
para saber sufrir, para pedir apoyo y para suplir eso que no tenemos o podemos
desplegar en estos momentos con algo que nos potencia y ayude.
¿Qué puedes aprender de Rafael
Nadal y aplicar en tu vida?
Ya escribí en el 2011 sobre las
lecciones que nos regala Rafa Nadal por si te apetece revisarlo.
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