Cuidar la mente y el cuerpo |
Leía el otro día:
“Alcanzar la felicidad exige
producir una transformación de las expectativas, en la forma de pensar, y eso
no es tan sencillo. Para ello es preciso aplicar muchos factores diferentes
desde distintas direcciones. No se debería tener, por ejemplo, la idea de que
sólo existe una clave, un secreto que, si se llega a develar, hará que todo
marche bien. Es como cuidar adecuadamente del propio cuerpo; se necesitan
diversas vitaminas y nutrientes, no sólo uno o dos.
Del mismo modo, para alcanzar la
felicidad hay que utilizar una variedad de enfoques y métodos, superar los
variados y complejos estados negativos. Podemos cambiar y transformarnos pero
sólo a través del entrenamiento. En la práctica budista existen varios métodos
para mantener una mente serena cuando sucede algo perturbador. La práctica
repetida de ellos nos permiten llegar a un punto en el que los efectos
negativos de una perturbación no pasen más allá del nivel superficial de
nuestra mente, como las olas que agitan la superficie del océano pero no tienen
gran efecto en sus profundidades”
Dalai Lama
Cuidar la mente, esa asignatura
todavía más pendiente que la del cuidar el cuerpo. ¿Qué nos han enseñado en el
colegio o en casa, sobre cómo cuidar nuestra mente? ¿Qué herramientas nos han facilitado
para superar o sobrellevar momentos dolorosos en nuestra vida? Nos hemos
acostumbrado a que sea la vida la que nos enseña, que sean los “golpes” los que
nos muestren el camino. Quizá si incorporáramos la conciencia de la importancia
de cuidar nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestras emociones….quizá las
perturbaciones, los golpes, los reveses de la vida no nos afectarían tan
profundamente.
¿Cuáles son tus nutrientes o
vitaminas que te ayudan a cuidar tu mente? ¿Qué haces para esas perturbaciones
no te afecten a un nivel profundo? ¿Eres consciente de lo que te funciona y lo
que no? ¿Practicas repetidamente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario