21 de enero de 2015

El lugar en donde radica el verdadero dolor del juicio

¿Te has preguntado cuál es el verdadero lugar en dónde radica el dolor de un juicio recibido? ¿Por qué nos hieren los juicios, las palabras, las opiniones? ¿Es por el mero juicio u opinión en sí? ¿Hay algo antiguo que me conecta con viejas heridas?

Reconozcámoslo, vivimos en una sociedad a la que "le gusta" emitir juicios de valor y herir a través de las palabras. Difamamos, opinamos, juzgamos, ridiculizamos, nos reímos fácilmente de otras personas....y tememos mucho ser el foco de los juicios, las ridiculizaciones, las risas u opiniones. 

Estos juicios tienen o no poder, no por lo que dicen y me atrevería a decir que ni si quiera por quién los dice, sino por la parte de nuestro interior a la que tocan. Porque conectan con un momento de nuestro pasado en el que nos sentimos vulnerables, en el que nos sentimos seres pequeños e indefensos. 

Un juicio dejará de doler, cuando tu poder interior te lleve a superar ese lugar, ese recuerdo, ese pasado, esa herida. Y entonces, nadie y ninguna palabra, volverá a herirte o a provocarte dolor. 

El daño no está en las palabras, sino en ti mismo/a, es decisión tuya permitir que siga ocurriendo o no. Así que ¿qué eliges? ¿en quién depositas el poder? 

Busca ese lugar en dónde persiste la herida, ilumínalo y reparala con mimo y aceptación. Con perdón y confianza en ti. Reconócete como la persona única y fuerte que eres. Reconstrúyete paso a paso, peldaño a peldaño y erradica de ti las creencias que pueden seguir dañándote. Elige apostar por ti. 

2 comentarios:

  1. Muy cierto, no son las palabras las q duelen, si no lo que nos permitimos sentir...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario Kathia! Tienes razón, las palabras evocan (o no) emociones y eso suele conectar con lo que realmente nos genera dolor. Un saludo!

      Eliminar