Al menos en mi entorno, esto sucede cada primavera y cada otoño. Muchas personas, cambiamos las prendas de vestir de temporada veraniega o invernal en unos meses concretos. Nos fijamos en el calendario o en las temperaturas y guardamos abrigos para sacar pantalones cortos o viceversa.
¿Tú también lo haces?
No se trata de tener mucha o poca ropa yo creo, sino de querer optimizar los espacios dedicados a guardarla. De buscar nuestra comodidad, un sentido práctico para hacer algo tan sencillo o complejo como es vestirnos cada día.
Lo convertimos en un hábito y puede gustarnos más o menos. Darnos más o menos pereza. Suponernos más o menos disgustos. Aún así, lo hacemos.
Pensemos que al menos dos veces al año, dedicamos un tiempo de nuestra vida a estos cambios.
Ahora, te invito a pensar en esos cambios más profundos y personales, que no te animas a abordar por....¿pereza? ¿falta de tiempo? ¿falta de medios? ¿a ti qué te falta para tomar la decisión?
Generar cambios de hábito supone un cierto esfuerzo y un periodo para practicar y generar los nuevos hábitos que sustituyan a los antiguos. Es como un cambio en tu armario un poquito más largo y que no supone abrir cajas y maletas sino abrir tu visión y tu escucha. También supone guardar o descartar lo que ya no te vale. Arreglar lo que te gusta y que tiene algún "descosido". Supone trabajar tu consciencia para mirarte de otra manera, para aceptarte, gustarte, cambiarte.....
¿Cambias tu armario interior? ¿Dedicas tiempo anualmente a ello? ¿Quieres empezar? Una opción es la formación y el coaching, si quieres, pregúntanos: info@kaiden.es
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