30 de agosto de 2012

Creer en uno mismo o en una misma


Las personas tenemos muchas creencias. Estas cambian o no, algunas permanecen haciéndonos compañía durante mucho tiempo.

Podemos tener creencias sobre el mundo, sobre nuestro entorno, sobre los valores de las personas, sobre las personas que nos rodean y también sobre nosotr@s mism@s. También podemos tener creencias filosóficas, religiosas, morales o éticas.

Pero, convendría preguntarnos ¿Creo en mi misma, en mi mismo? ¿Creo que conseguiré lo que deseo, ambiciono o sueño? ¿Creo que lo merezco? ¿Creo que puedo?

Por casualidad encontré en la red estas palabras: “Cuando quiero algo me lo pido a mi misma” (entrevista a la abuela Margarita).  Me impactaron, así que seguí leyendo. Se trataba de una entrevista, aparentemente publicada en La Contra de La Vanguardia, sin embargo no me fue posible encontrar el link de dicha entrevista en este diario, aunque si aparecieron muchos otros sitios Web que la reproducen (sin especificar la fecha de publicación y sin incluir el link a la fuente original).

Me pareció una entrevista llena de positivismo, de autenticidad y de auténticas joyas. Por eso, decidí olvidarme del tema elegido previamente y escribir esta semana sobre este poderoso recurso: creer en nosotr@s, tener una visión de lo que es importante en mi vida y estar conectad@s con el universo, sean cuales sean nuestras otras creencias.

Las creencias de esta señora, nos hablan de la interconexión con el universo, con lo que nos rodea, con los elementos.

“Todo tu cuerpo está lleno de fuego y también de espíritu”.... “El aire son tus maneras de pensar y ascienden si eres ligero. De agua tenemos más del 80%, que son los sentimientos y se evaporan. Y tierra somos menos del 20%, ¿qué te cuesta cargar con eso?”.

En sus creencias sobre lo que realmente merece la pena, vuelve a aparecer la interconexión con las personas, de estas con el suelo en el que habitamos, con lo que nos rodea, con el amor a nosotr@s y al universo.

Cuando miras a los ojos y dejas entrar al otro en ti y tú entras en el otro y te haces uno. Esa relación de amor es para siempre, ahí no hay hastío. Debemos entender que somos seres sagrados, que la Tierra es nuestra Madre y el Sol nuestro Padre. Hasta hace bien poquito los huicholes no aceptaban escrituras de propiedad de la tierra. “¿Cómo voy a ser propietario de la Madre Tierra?”, decían.

“¡La felicidad es tan sencilla!, consiste en respetar lo que somos, y somos tierra, cosmos y gran espíritu. Y cuando hablamos de la madre tierra, también hablamos de la mujer que debe ocupar su lugar de educadora.

Lo que más me fascinó es que en sus palabras pude sentir el desapego real. Habla de cómo se ha relacionado con miles de personas con las que ha aprendido el amor sin apego y es coherente en sus palabras.

Yo quiero decirle algo a todo el mundo…

Que pueden usar el poder del Gran Espíritu en el momento que quieran. Cuando entiendes quién eres, tus pensamientos se hacen realidad. Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma. Y funciona.

¿
Quién me conoce mejor que yo mism@? ¿Quién entiende mis necesidades mejor que yo? ¿Quién puede saber dónde buscar mis respuestas?

Yo te propongo que pienses en lo que necesitas hoy y te lo pidas a ti. Si quieres, cuéntanos qué ha pasado.