14 de diciembre de 2015

Creer en los cuentos de hadas y el locus de control

Creemos en los cuentos de hadas, en las loterías, en príncipes y princesas azules y multicolores. Creemos en héroes, heroínas, villanos y villanas. Creemos en cuentos y soluciones mágicas en forma de poción, premio o hecatombe que viene o se sucede "desde fuera". 

¿Qué hay detrás de esto? Por un lado una falta de confianza personal, una creencia en que las grandes soluciones vienen de fuera y así aliñamos nuestra vida y nuestro trabajo con unas expectativas poco naturales, poco realistas y poco centradas en uno, una, mismo/a. 

También existe y más hoy en día, una debilitadísima capacidad para gestionar la frustración, una pobre aceptación de la realidad, más allá de mis capacidades (y limitaciones) y una falsa visión "super positivista" del mundo. 

Podríamos echarle "la culpa" a las películas de Walt Disney o a las películas en general, en las que se nos presentan soluciones y pócimas mágicas sin parar y siempre vienen de alguien ajeno al protagonista (o casi siempre). Podríamos echar "la culpa" también a la nueva moda del positivismo extremo que a mi modo de ver es una mala (malísima) interpretación de la psicología positiva y nos invade con mensajes del tipo "por más lejos que estén tus sueños, nunca dejes de perseguirlos", o "agradece los errores que tanto te enseñan", o "el límite está en tu imaginación (lease en ti)", etc., etc. Algunas veces nos sentimos mal, nos enfadamos, tenemos ganas de llorar, de tirar la toalla y de pedir un hombro prestado para quejarnos, llorar o despotricar...y está bien, es algo necesario y sobre todo natural. 

La verdad, es que los cuentos de hadas se crearon con un motivo educativo, cuando no existían las escuelas, y pretendían aleccionar a niños, niñas y no tan pequeños en unos preceptos morales, éticos, cultura del esfuerzo y del miedo. Afortunadamente hoy tenemos escuelas, sean mejores o peores que se ocupan de estos menesteres. Así que ¿qué nos queda?

Nos dicen en la prensa y en todos lados que la asignatura pendiente en nuestro sector productivo es justamente la productividad. Que si nos pareciésemos más a Alemania u otros estados "otro gallo nos cantaría". Nos dicen lo que nos falta, en lo que suspendemos, a lo que no llegamos, según le rasero de un agente externo...¿Y qué nos dicen acerca de qué hacer o cómo? ¿De dónde generar las soluciones o los cambios? Algunos artículos señalan al sector PYME como el objetivo en el que poner la lupa o la linterna y a quien se debe "ayudar" a mejorar su productividad, su innovación, su gestión de personas desde la gestión de los talentos. Y si, probablemente tengan razón...

Probablemente nuestras PYMES carecen de seguridad, se sienten como Cenicienta sin Hada Madrina, como Pinocho sin un Gepeto que los saque de las profundidades de la ballena. Y luchan y pelean, a veces contra el enemigo exterior (impuestos, falta de créditos, exigencias administrativas, limitaciones para la exportación, etc...) y otras terminan con una encarnizada lucha interna (marketing contra comerciales, administración contra financieros y recursos humanos contra todos o contra ninguno). 

Desde Kaiden no tenemos todas las respuestas para las PYMES, aunque si tenemos una invitación: te invitamos al menos hoy, a hablar con el corazón, a escuchar con el alma y sin prejuicios y a enriquecerte de las personas que tienes a tu lado. Es muy probable que algunas de las respuestas a tus grandes miedos y gigantes se encuentren en las cabezas, corazones y almas de las personas que tienes a tu lado. Es muy posible que de esas ideas locas que se le ocurre a algún compañero o compañera pueda surgir una solución novedosa e ingeniosa. 

Hoy os invitamos a comunicaros sin limitaciones ni restricciones. A comunicaros en equipo y en conversaciones informales, a preguntaros ¿qué tal estás? con plena sinceridad y queriendo escuchar la respuesta sin expectativas preconcebidas. Hoy os invitamos a veros hacia dentro, olvidando las pócimas mágicas y de magos externos. 

7 de diciembre de 2015

Mindfulness desde la práctica

El Mindfulness ha llegado a nuestras vidas para quedarse. Ha dejado de ser una moda para ser una realidad.

Todas las semanas encuentro infinidad de noticias sobre la aplicación del mindfulness, de la atención plena en el ámbito educativo, empresarial o terapéutico.

Hoy voy a centrarme en el ámbito organizacional. Cada vez son más las empresas que comprueban que invertir dinero en el bienestar de sus equipos es invertir en personas empoderadas, más capaces de gestionar el cambio y la incertidumbre, más flexibles y más productivas.

Se trata de un concepto importante: ganar-ganar. La persona recibe, en su puesto de trabajo, una formación teórica y práctica de mindfulness lo que le permite adquirir una herramienta, recurso, e incluso diría, incorporar una forma de estar que le permitirá mejorar en su gestión emocional (estrés, ansiedad, miedos, etc) al tiempo que la organización se beneficia de tener entre sus filas a personas más capaces, flexibles, productivas, etc.

Google lleva años ofreciendo a sus trabajadores clases con nombres como “Meditación 101”, “Busca dentro de ti”, y “la reducción del estrés con Mindfulness”. La compañía también ha creado una comunidad virtual y en persona llamada gPause, para ayudar a apoyar y fomentar la práctica de la meditación e incluye recomendaciones como la práctica diaria de meditación en más de 35 oficinas, "comidas conscientes", y retiros de un día de meditación a diferentes lugares.


Desde Kaiden llevamos años aplicando el Mindfulness tanto en nuestras formaciones en empresas, como en los procesos que facilitamos a nivel individual. Si estás interesado o interesada, contacta con nosotras.

30 de noviembre de 2015

Gestión del capital humano en las organizaciones: gestión desde las emociones

Con el sugerente título "Mimar y motivar a los profesionales: retos de futuro de los recursos humanos" encuentro un artículo en Expansión Digital de hace unos días y me sumerjo en su lectura. 

Rescato aquí algunas frases que me motivan, me emocionan y me resuenan. 

"los trabajadores de cualquier empresa "deben sentir que se cuenta con ellos y que su trabajo aporta""(María Camino Agra). 
Hablamos por lo tanto de sentir el valor, de reconocimiento y no quiere decir dar una palmadita en la espalda y decir un "bien hecho" de vez en cuando. Se trata de fomentar la creatividad de las personas de un equipo pidiendo, escuchando y valorando sus propuestas. Se trata de contar con todas las personas que forman parte de la organización más allá de la realización de tareas mecánicas o más o menos habituales. ¿Cuándo ha sido la última vez que en tu empresa te han invitado a "pensar"? ¿Cuál ha sido la última vez que has pedido a tu equipo aportaciones que habéis desarrollado en conjunto posteriormente? La gestión de las personas, sus talentos, sus sueños e ilusiones tienen perfecta cabida en el área de los Recursos Humanos y no solo en las grandes empresas, como las citadas en el artículo que inspira esta entrada. 

"Hay que lograr que todos los empleados, de distintas edades, con diferentes responsabilidades y aspiraciones sientan que pertenecen a la organización. " La diversidad es una realidad, en el mundo y en la empresa. No podemos pretender la uniformidad ni en maneras de trabajar o de pensar y tampoco en las motivaciones o en las aspiraciones de todas y cada una de las personas que forman parte de nuestra organización. Saber encontrar la riqueza y lo que hace única a esta diversidad es tarea de un/a buen/a líder, figura clave en la gestión del talento y del capital humano. Este liderazgo se ejerce también "con corazón", no solo desde nuestra cabeza, tampoco desde los modelos antiguos que cada vez parecen más abocados a quedar obsoletos a la vuelta de unos pocos años. El o la líder tiene una mirada que capta esa riqueza y ese talento especial de cada persona a la que lidera, generando "piña" y por lo tanto sentimiento de pertenencia. 

..."trabajar para conseguir una cultura corporativa arraigada, que eche raíces, que sea sólida y sobre todo única y compartida. Sólo tendremos éxito como organización si las personas comparten una filosofía de empresa, tienen clara su misión y persiguen con intensidad el mismo objetivo." (Eva Cantero

Aquí, como se cita también en el artículo, la transparencia es fundamental. No más organizaciones con objetivos ocultos tras los visibles, no más bienvenidas del tipo "este es tu puesto y ya irás aprendiendo", no más aquí se hace así sin contar el por qué o el desde dónde y sobre todo el para qué. Tener a los mejores comerciales en cada empleado y empleada de la empresa es posible si cambiamos las acogidas, el durante y el después. El viaje hacia el éxito solo es posible cuando la organización cuenta con todas y cada una de las personas que forman parte del barco, de la empresa. No parece lógico contar con ellas a veces y otras hacer reuniones secretas en la bodega; como si fuese el enemigo quien se queda en cubierta salvando los obstáculos y navegando hacia un buen puerto ¿verdad? 

Cambiemos el mundo desde el cambio en las empresas, pequeñas y medianas, no es solamente tarea de las grandes multinacionales. Cambiemos el mundo desde dónde ponemos la mirada hoy, desde cómo hablo a mi equipo esta semana, desde cómo cuento con todas y cada una de las personas con las que viajo cada día durante semanas, meses y años, hacia un éxito común. 

23 de noviembre de 2015

Pintar el mundo de naranja


Pintar mundo de naranja, es una iniciativa de la Onu, para concienciar y poner fin a la violencia contra las mujeres, en todas sus formas.

Desde el 25 de noviembre, día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, hasta el 10 de diciembre, el Día de los Derechos Humanos, habrá 16 Días de activismo contra la violencia de género que tienen como objetivo generar conciencia entre el público y movilizar a las personas de todo el mundo para conseguir el cambio necesario.


Hoy, desde Kaiden, queremos dedicar nuestro espacio de reflexión semanal a las mujeres y hombres que trabajan cada día por una sociedad donde la violencia contra las mujeres sea erradicada por completo. Entre todos y todas hacemos una sociedad más justa.

Si alguien quiere más información acerca de la violencia de género, qué hacer, cómo detectarla, recursos, guías informativas, etc, puedes pinchar este link con toda la información




16 de noviembre de 2015

Hablar con más corazón: la salud interna y externa

Es una de mis más recientes reflexiones que me acompaña en momentos de intimidad y diálogo conmigo misma y también en conversaciones personales y profesionales. ¿Por qué nos cuesta tanto decir lo que necesitamos, deseamos, queremos o sentimos de manera directa, honesta y franca? 

A veces, porque creemos que se puede generar un "conflicto" y nos dan miedo las consecuencias nos callamos algunos límites o demandas. Entonces me pregunto, el conflicto evitado ¿no enmascara un mayor conflicto para una o varias de las partes que por evitarse no solo no se resuelve sino que impide el cambio o la evolución? Hablaré desde un ejemplo concreto con el fin de explicarme mejor. Tienes un compañero o compañera en el trabajo que es muy brusca hablando. Utiliza un estilo de comunicación agresivo generando incomodidad y malestar entre el equipo. Si optamos por no decirle nada sobre lo que nos molesta su forma de comunicarse, la situación no cambiará y la persona no sabrá qué es lo que provoca con su estilo de comunicación en otras personas, podrá imaginárselo más o menos o ni siquiera pensar en ello, al fin y al cabo está habituada a que nadie le diga nada sobre este asunto. ¿Le estamos facilitando que se plantee un cambio? Pues la verdad es que no, y aunque quizás ahora mismo te plantees que no es tu papel, es papel de todas y cada una de las personas de un equipo que este crezca, se desarrolle y mejore, también en su dinámica comunicativa. Por no hablar de la merma en la autoestima propia (y del resto de compañeros/as) cuando "evitas" poner límites. 

Otras veces nos limitamos y no decimos lo que sentimos por temor a "exponernos" a que nuestra vulnerabilidad sea visible para otras personas y eso perjudique nuestra "valentía" o seguridad. ¿Qué puede expresar más mi seguridad que no temer a mi vulnerabilidad? ¿Qué puede hablar más de mi valentía que aceptar mis limitaciones o "errores" y asumirlos responsable y públicamente? Es cierto que nuestra sociedad no suele responsabilizarse en público de sus equivocaciones y que ese modelo "nos educa" cuando vemos qué hacen y qué dejan de hacer otras personas. También es cierto que si queremos que se generen cambios en mi entorno y en la sociedad en la que vivo, puedo optar por "ser un ejemplo" proactivo y positivo de lo que queremos llegar a ser en lugar de soñar o discutir sobre esta "incapacidad" de nuestro entorno. 

El ejemplo mediante acciones concretas, genera un cambio mucho más profundo en nuestro entorno, hacer más y decir menos nos impulsa a ese "lugar ideal" al que queremos llegar. 

¿Desde dónde vas a hablar hoy a tu entorno? ¿Cómo vas a empezar a cambiar la sociedad? ¿Con qué acciones concretas? 

"Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza."
Anónimo

9 de noviembre de 2015

¿Qué casa te estás construyendo?

Había una vez un carpintero que se especializaba en el armado de casas. Trabajaba para un empresario que le proporcionaba los paneles premoldeados; él los ensamblaba, les remachaba las juntas, levantaba la casa y alistaba los detalles.

Un día, el carpintero decide que ya ha trabajado lo suficiente y que es la hora de dejar su tarea. Así que va a hablar con el empresario y le cuenta que se va a jubilar. Como aún le quedaba una casa por terminar, le advierte que éste será su último trabajo y que luego se va a retirar.

—¡Qué lástima! —dice el empresario—, usted es un buen empleado... ¿No quiere trabajar un poco más?
—No, no, la verdad es que tengo muchas cosas para hacer, quiero descansar...
—Bueno.

El señor termina de hacer la supuesta casa, va a despedirse del empresario y éste le dice:

—Mire, hubo una noticia de último momento, tiene que hacer una casa más. Si me hace el favor... No tiene más nada que hacer... Dedíquese exclusivamente a hacer esta última casa, tómese el tiempo que sea necesario pero, por favor, haga este último trabajo.

Entonces el carpintero, fastidiado por este pedido, decide hacerla. Y decide hacerla lo más rápido que pueda para ir a descansar, que era lo que él en realidad quería. Ya no tiene nada que defender, va a dejar el trabajo, ya no tiene que buscar la valoración de los demás, ya no está en juego su prestigio ni su dinero, ya no hay nada en juego porque él está amortizado. Lo único que quiere es hacerla rápido.

Así que junta los paneles entre sí, los sujeta sin demasiada gana, usa materiales de muy baja calidad para ahorrar el costo, no termina los detalles, hace, en suma, un trabajo muy pobre comparado con lo que él solía hacer. Y finalmente, muy rápido, termina la casa.

Entonces va a ver al empresario y éste le dice:
—¿Y? ¿La terminó?
—Sí, sí, ya terminé.
—Bueno, tome... coloque la cerradura, cierre con llave y tráigamela.

El carpintero va, pone la cerradura, cierra con llave y regresa. Cuando el empresario toma la llave, le dice:
—Este es nuestro regalo para usted...


Aprovechando este cuento de Jorge Bucay, podemos hacernos algunas preguntas:

-          ¿Eres consciente de que cada día construyes tu mundo, tu realidad (personal y profesionalmente)?
-          ¿Qué energía, motivación, ilusión, calidad le pones a eso que construyes?
-          ¿Dónde estás poniendo el foco?





3 de noviembre de 2015

Incluso en tierra yerma, la creatividad es posible.

Nos ponemos en modo investigador y hacemos un símil. 

Si eres de las personas que ven documentales de naturaleza, de viajes, de los contrastes que existen en nuestro planeta, alguna vez te habrás sorprendido viendo como en muchos de los desiertos más áridos, existe vida. 

En el mundo organizacional, ¿qué sería uno de estos desiertos áridos e inhóspitos? Espero que no estés pensando en  la tuya....

Un terreno árido para el desarrollo, la creatividad, el crecimiento, la calidad, o la excelencia es una organización dirigida por el miedo por ejemplo, ese espacio en el que no sabes nunca cual será el motivo de una bronca descomunal. También puede ser un espacio en el que prime la apatía, la desmotivación, cuando nada cambia, todo se hace siempre igual, aunque no funcione. Una organización yerma es aquella en la que las resistencias al cambio son absolutas y rigen el día a día de sus trabajadores y trabajadoras. 

E incluso en estas organizaciones, existe vida, existe creatividad. Las personas necesitamos "jugar" a crear, a inventar y algunas más que otras. Tomemos como ejemplo a Joe, ejemplo de personalidad autotélica del libro "Fluir. Una psicología de la felicidad" de Mihaly Csikszentmihalyi, en tres o cuatro páginas nos habla de un soldador en una planta industrial en Estados Unidos y de cómo esta persona con su método de identificación empática es capaz de arreglar cualquier avería en una máquina, como disfruta haciendo su trabajo que otras personas considerarían rutinario y de  como disfruta de un proyecto personal en el que trabaja diariamente en lugar de ir al bar a "despotricar" con los colegas de trabajo. 

Lo que parece diferenciar a Joe, además de su sistema personal para encontrar y arreglar las averías, es una potente visión creativa y una capacidad para concentrar su atención y energía en el momento presente, en la tarea que asume como si se tratase del mayor de sus retos vitales, sin importar que esto se repita día a día. Es decir, la vivencia de lo habitual, como momento único, sin enfocarse en lo alienante de ella. Me parece simplemente un magnifico ejemplo de lo que es pensar y vivir con Mindfulness en el trabajo. O como explica el propio Csikszentmihalyi, en el vídeo de Ted que te he enlazado más arriba (en su nombre), se trata de un ejemplo de vivir cada momento y cada tarea no como algo rutinario sino como un momento de éxtasis. De conexión mental y emocional con nuestra visión y propósito en la vida. Esa capacidad de fluir necesita que nos desprendamos de vivir lo habitual como rutinario y aburrido, necesita que prestemos atención plena a lo que estamos haciendo ahora mismo (leer, escribir, respirar,...). 

Fluir requiere por lo tanto que nos involucremos en la tarea de manera absoluta, una conexión tan profunda que puede hacernos sentir que estamos "en otra realidad", fuera de mi cuerpo. Asimismo requiere saber qué es lo que "se debe de hacer", es decir, poseer el suficiente conocimiento y entrenamiento técnico para poder ser creativa a partir de allí. Sentirnos capaces, sabernos capaces de afrontar la tarea o reto. Poder estar fuera de tus preocupaciones, de tu ego, de tus necesidades, es decir estar en un estado de serenidad personal. Y por último, necesitamos de una motivación intensa y despreocupación por el paso del tiempo. 

Fluir en el trabajo y en la vida, por lo tanto, está al alcance de todas las personas. ¿Son todas las organizaciones facilitadoras de este estado? ¿Son todas las personas capaces de autogestionarlo? Quizás no, quizás ese es el motivo para el cual existimos las organizaciones expertas en enseñar, facilitar y entrenar estas capacidades en las organizaciones, en los equipos de trabajo, en las personas. 

26 de octubre de 2015

Tener la suerte de que te sostengan el espejo

A lo largo de nuestra trayectoria profesional, por suerte creo yo, tenemos la oportunidad de trabajar en lugares diferentes, con culturas distintas, con equipos diversos y dispares, con formas de hacer a veces incluso opuestas, con liderazgos desiguales.

Todo esa información no figura en nuestro curriculum oficial, pero si en el oculto. Son esos aprendizajes que te permitirán ser un/a profesional más capacitado/a para trabajar en entorno cambiantes.

También, con el tiempo, descubres qué te gusta más a ti, qué te viene mejor, qué ambiente o formas te ayudan a sacar lo mejor de ti, qué entornos son más motivadores, enriquecedores, nutritivos en definitiva.

Uno de los aspectos que el personal de una organización y/o equipo valora más en sus “superiores” es que “les sostengan el espejo”.

¿Y eso qué significa? Significa que les den feedback, que les brinden la oportunidad de conversar y escuchar qué es lo que más se valora y lo que pueden mejorar. Encontrar espacios conjuntos para proyectar hacia el futuro, para generar climas de confianza y aprendizaje.

Una mirada externa puede ser muy empoderante en un momento determinado, puede apreciar claves, obstáculos, y sobre todo puede dejar a la luz fortalezas ocultas para ser aprovechadas.

Aunque las reuniones grupales pueden ser espacios muy útiles para muchos aspectos de las organizaciones y los equipos, no lo son para “poner el espejo”. Se trata de encontrar espacios privados, relajados, sin interrupciones, donde se genera confianza y transparencia, además de consolidar los vínculos profesionales.

Otro día profundizaré en las claves para “poner el espejo” adecuadamente.


¿Tienes alguien que te ponga el espejo? ¿Eres tú el espejo de alguien? ¿Cómo lo haces?

19 de octubre de 2015

La indivisibilidad en los equipos: crecimiento conjunto

Las personas actuamos, aprendemos, nos desarrollamos en grupos más o menos flexibles, más o menos voluntarios. Esta es una realidad que intuyo nadie objeta. 

En el trabajo, en muchas ocasiones, nos organizamos en grupos algo más específicos a los que llamamos equipos de trabajo, es decir un grupo de personas con un fin (u objetivo) común y unos roles asumidos por cada uno de sus miembros y entre los que se asume (consciente o inconscientemente, formal o informalmente) de manera conjunta, la gestión de conflictos, problemas y la toma de decisiones participada. 

Los equipos de trabajo por lo tanto desarrollan un talento más allá de la suma de los talentos de los miembros que lo componen o así es como lo entendemos desde la psicología social. Siguiendo al "padre" de la dinámica de grupos, Kurt Lewin, "el todo no solo es más que la suma de las partes, sino que tiene diferentes propiedades." Es decir, el comportamiento de un grupo o de un equipo no supone la suma de lo que cada miembro hace individualmente, sino que es (y debe ser) distinto. 

Si observamos a cada persona que compone un equipo de trabajo, tendremos el contexto individual de lo que cada miembro podrá hacer (o no) cuando actúe individualmente, sin embargo, no nos informa de lo que el equipo podrá hacer (o no) cuando trabaja como unidad...a menos que el trabajo en equipo sea una falacia y se trate más bien de un grupo de personas que comparten un espacio, un horario y un sueño de trabajar como un equipo. Sueño porque no represente una realidad diaria desde la que crecen, aprenden y, desarrollándose, hacen crecer a la Organización. 

¿Tu equipo de trabajo es un verdadero equipo? ¿Sois más que la suma de todos sus miembros? ¿Quieres que lo llegue a ser? 

El coaching de equipos, la formación en equipo y otra serie de dinámicas trabajadas en el sistema "equipo" lo hacen crecer y generar lazos que suman y que lo transforman. 

Empezamos el último trimestre de este año y si aún no has consumido todos los créditos para la formación continua bonificada puede ser un buen momento par trabajar la unidad en tu equipo de trabajo. Kaiden puede ocuparse tanto de la impatición como de la gestión con la Fundación Tripartita para que tu empresa se beneficie de estos créditos, ¿quieres saber más? ¡Pregúntanos! info@kaiden.es 


12 de octubre de 2015

Todos somos genios

En una de las últimas entradas hablaba de la importancia de “la mirada” en el liderazgo. Una persona que gestiona o dirige un equipo debe tratar a cada persona de manera diferente pues necesita cosas diferentes para potenciar su desarrollo y motivación.

Profundizando en esa idea, hoy me gustaría hablaros del efecto Pigmalión y sus aplicaciones en el campo laboral.

El efecto Pigmalion nos habla del efecto que tiene en otra persona mi mirada, mis expectativas, mis creencias acerca de dicha persona.

Este efecto ha sido investigado muchísimo en la rama de la pedagogía y la psicología.

Parece obvio considerar que este efecto puede ser negativo o positivo, en la medida que mis creencias acerca de las capacidades o desempeño de otra persona pueden ser positivas o negativas.

Si una persona que dirige o gestiona un equipo tiene plena confianza en las capacidades de los miembros del mismo, es muy probable, que las personas que configuran ese equipo, saquen a relucir lo mejor de si mismos para satisfacer las expectativas de su líder y por tanto su rendimiento sea mayor. 

Y ahí es donde aparece la llamada “profecía autocumplida”. Una expectativa “falsa o no real” ha generado un cambio de comportamiento que ha provocado que la expectativa se haya hecho realidad.

Una vez que nos hacemos conscientes de la influencia que tienen nuestras creencias y expectativas de comportamiento en el comportamiento de las personas de nuestro entorno…piénsalo…


¿Qué creencia potenciadora puedes tener de las personas de tu entorno, de tu equipo, de tu familia para provocar un cambio positivo o potenciador en su comportamiento?

5 de octubre de 2015

Hablar en público con seguridad y transmitir confianza ¿Te atreves?

Cada vez somos más los profesionales que nos encontramos con la necesidad (o deseo) de hablar en público. Sea éste pequeño o grande, hablar en público suele ser un reto para muchas personas. 

Que si los nervios, que si el pudor, que si la vergüenza, que si la autoexigencia o de todo un poco me atacan y...


  • Se me borran las palabras; 
  • Me sudan las manos o no sé qué hacer con ellas; 
  • Se me pone la cara roja; 
  • Hablo todo de seguido, sin pausa, deseando que el momento pase;
  • Miro a mis pies para no mantener contacto visual;
  • ...

Sea cual sea el síntoma, detrás de estos comportamientos están la falta de seguridad o simplemente la falta de hábito. Incluso para quienes hablamos en público cada día, existe un cierto estado de nerviosismo la primera vez que te encuentras con una audiencia ¿cómo será? o en un escenario nuevo ¿cómo será? 

Lo pongan fácil o difícil los medios (técnicos, disposición de la sala, etc.,) y las personas (rebeldes, no participativas, etc.) la clave para expresar confianza está en ti. 

¿Qué quieres reflejar cuando hablas en público?  Quizás cercanía, cordialidad, generosidad...construye una imagen que vaya acorde con tu mensaje: sonríe, respira, habla pausadamente, establece contacto visual, habla desde ti, desde tu experiencia.  O quizás quieres transmitir seriedad, sapiencia, compromiso...igualmente construye una imagen acorde con este objetivo, habla con tus palabras, guiándote si quieres de unas tarjetas que te ayuden a recordar el orden, sin leer lo que pone en ellas; mira al público, emplea expresiones serenas, serias y no te olvides de esbozar una sonrisa de vez en cuando, buscando la complicidad. 

Estas y muchas otras claves se pueden aprender, se pueden entrenar, las puedes incorporar en tu maletín de herramientas profesionales. Además, desde Kaiden trabajamos las habilidades para hablar en público con un plus: la corporalidad para encontrar tu seguridad y coherencia. Desde el trabajo con las herramientas corporales precisas, podrás fácilmente traer la emocionalidad que te hace falta para conectar con tu público y transmitir confianza. Si quieres saber más, pregúntanos: info@kaiden.es 

Y otra sugerencia más que te dejo hoy aquí en esta entrada. Inspírate de "los mejores".  No se trata de pretender imitar o llegar a ser como tal o cual persona, se trata de aprender de ella lo que tú puedes hacer en tu próxima exposición para mostrar seguridad. Quizás la primera vez no te saldrá del todo natural, quizás necesites repetir sesión a sesión algunas conductas que poco a poco irás interiorizando y haciendo más tuyas. Observa a las y los oradores que más te inspiren con positivismo, como si de una clase se tratase y pregúntate qué hace esta persona que siento que yo también puedo hacer

Y para encontrar algo de inspiración te dejamos un vídeo de un gran orador que a nosotras nos inspira mucho. En este caso además comparte con el público un momento "tierra trágame" vivido en primera persona. 



28 de septiembre de 2015

¿Somos todos iguales?

Quienes trabajamos con personas hemos aprendido con los años que la técnica, la teoría, las herramientas son fantásticas para salir al ruedo con cierta seguridad, pero que luego está la práctica, el día a día, que es el que realmente te da las horas de vuelo para poder decir “lo hago de manera intuitiva, no sé porqué lo hago así” (conocimiento inconsciente que se llama). En ese “lo hago así” está incluido todo lo que has aprendido en todas las formaciones que has recibido, sumado a todo lo que has visto hacer, más todo lo que has hecho. Todo ese conocimiento adquirido es el que te permite escuchar a un cliente y escuchar más allá de lo que te está diciendo con palabras. O estar con un grupo y saber manejar una situación compleja o de conflicto.

Ese “saber hacer” te permite, en mi caso, tener sesiones individuales o grupos y no sentir que nada se repite porque en realidad cada persona es única y como tal es tratada. Sin dar nada por supuesto, sin creer que ya sabes lo que necesita o te va a contar o demandar.

¿Cómo satisfacer las demandas o necesidades de cada persona (o grupo u organización)?

Eso mismo que hago en mi trabajo, en mi caso facilitando procesos de cambio y crecimiento, lo hace la persona que está en atención al cliente o es dependienta en una tienda, o el camarero en una cafetería.

Hay muchos trabajos donde no hay una respuesta única, hay tantas como personas entran por la puerta. No hay preparación posible. Bueno si, dar lo mejor de ti misma, tener una actitud de entrega y generosidad y confiar en el proceso.

Esa máxima que nos dijeron de pequeños “trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti” no funciona más allá de las normas de convivencia básicas, el respeto y poco más.

Algo similar sucede con los equipos de trabajo. ¿Debemos tratar igual a todos los miembros de un equipo? ¿Todas las personas necesitan lo mismo? ¿Cuál es el verdadero objetivo de una persona que dirige o coordina un equipo? El para qué de una persona que dirige un equipo es, desde mi punto de vista, sacar lo mejor de cada persona, que cada persona esté motivada y rinda (sea productiva, eficiente, creativa, genere buen clima) al máximo.

Para ello, la persona que dirige tiene que tratar a cada persona de manera diferente porque somos seres únicos, con necesidades únicas, con formas de entender el trabajo y la motivación únicos.

Hay un vídeo (está la versión completa, sólo os dejo la parte que tiene relación con este post) que creo que explica muy bien de lo que hablo.




Así, dirijamos un equipo o formemos parte de uno, pensemos en dar lo que necesita la otra persona y no lo que necesitaríamos nosotros o lo mismo que necesita el del al lado para no hacer distinciones. 

Vivan las distinciones, pues somos diferentes!!!!

21 de septiembre de 2015

¿Alimentas dragones? ¡Pues cambia la dieta!

Me encuentro con muchas personas generosas que dedican su tiempo y energía a apoyar a otras personas. Me encuentro con personas bondadosas que aceptan a cada cual tal y como es, sin grandes expectativas. Me encuentro con personas creativas que encuentran el entusiasmo ante un nuevo proyecto como uno de sus mejores pasatiempos. 

Las personas podemos tener estos ingredientes en nuestro día a día, en el trabajo, con las amistades y la familia. 

También encuentro a veces personas de las que elijo mantenerme alejada, personas que generan conflictos, que entienden la responsabilidad de "los demás" sin entender jamás la suya propia. Personas que "roban" energía y aprisionan emociones, que cansan y con las que lo fácil, es que haya malos entendidos. Personas dragón podría llamarlas. 

A veces es especialmente difícil gestionar estas relaciones en el ámbito laboral. No podemos dejar de relacionarnos con ellas, no podemos elegir no hablar con ellas. Lo que si podemos elegir es seguir "alimentándolas" o no, es decir, hacerlas más poderosas o menos. 

Alguien ha dicho que "no te hiere (u ofende) quien quiere, sino quien puede". ¿Te suena esta frase? Vamos a diseccionarla un poquito. 

Tienes dentro de ti la capacidad para para permitir que las palabras de otras personas, con o sin intención, te hieran más o menos. Es decir, ante una crítica desagradable, ante un juicio de valor hacia tu persona o ante un insulto, sentirás malestar, es lo natural, es de alguna manera una agresión y estas generan malestar, enfado, incomodidad y nos violentan. 

Más allá de esta sensación tú puedes validar o no esas palabras. ¿Realmente tienen que ver contigo y con tu manera de proceder? Entonces, ¿para qué darles mayor importancia? La persona que se ha expresado de esa manera hiriente ¿tiene algún tipo de poder sobre ti? ¿puedes pedirle un cambio en las formas? ¿lo has hecho ya? 

A veces pedimos a alguien que cambie su manera de expresarse en determinadas interacciones porque nos sienta mal y aún así, mantiene ese comportamiento. En ese caso, mira si no estás también tú alimentando el malestar dando más valor a estas situaciones del que realmente tienen. Obsérvate y elige alimentar a tu poder personal, a tu capacidad impermeable para mantener a las ofensas a raya, en lugar de alimentar el poder del dragón. 

¿Qué crees que pasará cuando tú dejes de alimentarlo? Seguramente lo irá a buscar a otro lugar, a otra persona y podrás contarle también a ella este secreto, tu secreto y de cómo te has deshecho de sus envites. 

Al final del día, tú elijes quién puede o no herirte. 


14 de septiembre de 2015

Estar/Ser feliz en el trabajo…¿quimera o realidad?

Leía el otro día un artículo sobre quienes son las personas que son más felices los fines de semana que concluía que son quienes, por contraste, lo son menos en el trabajo y eso me ha hecho reflexionar sobre la felicidad en el ámbito laboral.

Desde mi punto de vista la felicidad o sentirse satisfecho o pleno en el trabajo tiene relación con diversos aspectos:


1-      Qué hago. En qué consiste mi trabajo.
Dedicar tiempo a descubrir cuales son mis talentos (qué se me da bien y con qué disfruto), desarrollarlos, mejorarlos y adaptarlos a las demandas del mercado de trabajo es una tarea que deberíamos hacer todos los profesionales en activo, pero no sólo los profesionales, también las empresas deberían dedicar tiempo (y dinero) en ajustar lo mejor posible los talentos de los que disponen con las funciones que se asignan. No es tarea fácil, por eso los departamentos de recursos humanos o de desarrollo de personas como prefiero llamarlo, ponen en marcha herramientas de detección del talento, formación, evaluación del desempeño, etc para lograr que cada persona esté en el lugar más apropiado y en definitiva, sea más eficiente y productiva.

2-      Encontrarle un sentido.
¿Para qué voy a trabajar? ¿Para qué existe mi departamento? ¿Qué sentido tiene mi trabajo más allá de la función concreta?
En mi caso, me siento afortunada por trabajar en lo que lo hago. Trabajo apoyando y facilitando procesos de cambio y desarrollo en las personas (tanto en el ámbito personal como en el profesional, de equipos de trabajo u organizacional). Parece sencillo encontrarle un sentido a mi trabajo. Saber que estás aportando tu granito de arena al bienestar de otras personas es muy potente.

Diría que a todos los trabajos les puedes dar un significado que te ayude a levantarte con más energía por las mañanas. Sólo hay que buscarlo y hay preguntas que pueden ayudar. ¿Tú trabajo, a quien le sirve?

Encontrar coherencia entre el sentido que tiene tu trabajo y tus valores y propósito vital es tan poderoso, que recomiendo a cualquier persona u organización que quiera mejorar su motivación o la de sus equipos que trabaje este aspecto.

3-      Relaciones o clima laboral
Somos seres sociales y en el trabajo nos relacionamos, en mayor o menor medida, con compañeros/as, con clientes, con proveedores y todo ello va haciendo que nuestro día sea más enriquecedor o menos. Evidentemente nuestra actitud y disposición va a influir mucho, pero sería absurdo pensar que es algo que podemos controlar o influir al 100%. El clima laboral depende de mí, por supuesto, y de mi entorno.

Hay ambientes de trabajo que favorecen el diálogo, donde el error es vivido como un aprendizaje necesario, entornos donde las personas son al menos tan importantes como los procesos y los resultados, entornos donde el compromiso y la implicación son necesarios y valorados. En cambio, hay otros entornos donde no se trabaja desde ahí y se vive, resumiéndolo muchísimo, desde el miedo. Miedo al error, miedo a perder mi posición, miedo a quedar en evidencia, miedo a que el equipo se relaje, miedo, miedo, miedo.

Y no hablo de este miedo...



El humor y la distensión también son importante para encontrar la felicidad laboral ;-))

Ahora en serio, estos son, para mí, tres aspectos fundamentales. Hay otros, por supuesto, como es el dinero que percibo, el horario de trabajo, las posibilidades de crecer profesionalmente, etc. Sin embargo, si estos tres aspectos están cuidados (a nivel personal y como organización) ser o estar feliz en el trabajo es posible!!! 




7 de septiembre de 2015

Somos seres sociales y comunicantes

Empiezo a escribir esta entrada el lunes por la mañana. Inicio de semana laboral, inicio de proyectos e ilusiones en el trabajo. 

Si no eres un profesional autónomo que trabaja en solitario, es probable que a estas horas hayas hablado ya con algunas personas; dependiendo del tamaño de tu empresa, algunas significarán más o menos. 

Parte de nuestro día a día transcurre en procesos de comunicación interpersonal. Desde empezar la jornada saludando, tener reuniones de equipo, recibir o hacer peticiones, hasta resolver alguna disputa o mal entendido. 

En el mes de febrero estuve la 6ª edición del salón mi empresa en Madrid y hace unos días abrí uno de esos libros que algunas editoriales regalaron a todo asistente que llegó a tiempo y en los que siempre encuentras algo rescatable. 

¿Con qué actitud te comunicas con las personas de tu entorno? ¿Con qué actitud interaccionas con tus compañeros/as de trabajo, con colaboradores y superiores? ¿Es útil esta actitud para lograr tus objetivos en el día a día? 

Vamos a indagar en tres aspectos de la comunicación interpersonal siguiendo frases del libro "Gestión de personas conflictivas for Rookies" de la editorial LID.

1. "En situaciones de comunicación verbal con personas muy exigentes, llegarás más lejos empleando un tono suave que con una actitud autoritaria" o lo que es lo mismo para Kaiden, ¿a quién vas a dejar hablar a tu ego o a tu ser? Entiendo que la etiqueta persona muy exigente puede hacer referencia a un sin fin de caracteres o actitudes por lo que rescato la idea de poner el foco en tu propia actitud al enfrentar comunicaciones complicadas en el trabajo. Más allá de si el tono es suave o no, si dejo a un lado ideas como: quiero llevar razón, quiero que entienda mi punto de vista (para que vea que llevo razón), necesito hacerme entender (porque esta vez llevo razón), u otras tantas que terminarán siempre en lo mismo, querer (o necesitar) que me den la razón; tendré más posibilidades de ser escuchado/a. Finalmente, el motivo real y final de las interacciones comunicativas entre personas es ese, escuchar y que nos escuchen, más allá de quien lleve la razón (que probablemente todas las partes la lleven, al menos parcialmente). 


2. "...ser siempre objetivo, concentrándote en los hechos." Hemos impartido varios talleres sobre comunicación asertiva en diferentes organizaciones y esto es algo en lo que siempre insistimos: cuando quieras hacer una petición de cambio, crítica constructiva o simplemente utilizar el estilo asertivo para comunicarte no emplees juicios de valor, creencias o generalizaciones sino, por el contrario, céntrate en hechos observables. Ya lo decía un profesor "no es lo mismo llamar a alguien impuntual que decirle ¿te sucede algo, esta semana has llegado tarde dos días?". Si tu objetivo al comunicarte no es querer llevar la razón este simple cambio te abrirá muchas puertas y generará una imagen mucho más positiva de ti. 

3. "Para llegar a un acuerdo hay que buscar un equilibrio entre los distintos puntos de vista" o aplicar el principio de la abundancia, del ganar-ganar, de uno de nuestros "maestros", Stephen R. Covey. Este principio es incompatible con querer llevar la razón a toda costa, síntoma habitual en nuestra cultura que nos indica la existencia de grandes egos que no saben comunicarse. Si sabemos, como dice la PNL, que el mapa no es el territorio o que cada cual tiene su mapa de la realidad, tener razón, se convierte en una utopía. Si queremos construir una sociedad (o empresa) competitiva, profesional, eficiente, global, debemos de adoptar estrategias colaborativas y pensar que hay suficiente tarta para todo el mundo, encontrando los puntos de acuerdo y de colaboración en lugar de centrarnos en lo que perdemos o dejamos de ganar

¿Con qué actitud te vas a comunicar ahora? ¿Hay algo que quieras cambiar? 


2 de septiembre de 2015

Las personas sabias que te rodean (incluida tú)

Me encanta leer, es algo que no puedo remediar. Cuando tengo un libro nuevo entre manos, se produce en mí una predisposición y una anticipación a la felicidad increíble.

El caso es que hace unas semanas me topé con un libro que no está mal escrito y que tiene algunas ideas o conceptos interesantes. “Los cinco secretos que debes descubrir antes de morir”. Lo que me hizo acercarme al libro no fue su título sino el proceso de escritura que no era otro que cientos de entrevistas a personas sabias (de más de 60 años). El autor, pidió que la gente le pusiera en contacto con personas sabias, personas más allá de sus estudios, profesiones, condiciones o circunstancias la gente consideraba sabias.

Y el autor (John Izzo) les hizo una serie de preguntas, las mismas a todas las personas y a partir de ahí, extrajo conclusiones que agrupó en 5 secretos, que es de lo que va el libro.

El caso es que a mí me interesa compartir con vosotros las preguntas y os propongo que respondáis a las preguntas y que tras hacerlo, se las hagáis a alguien de vuestro entorno a quien consideréis sabio o sabia. ¿Te animas?

Ahí van las preguntas:

1-      Imagina que estás en una cena y todos estáis sentados en círculo. El anfitrión invita a todo el mundo a describir en tan sólo un par de minutos la vida que has llevado. Si estuvieras en la fiesta, y quisieras que la gente supiera de ti todo lo posible en ese par de minutos ¿Qué dirías? Describe la vida que has llevado.
2-      ¿Qué ha otorgado más sentido a tu vida? ¿Por qué es importante estar vivo?
3-      ¿Qué te ha proporcionado o te proporciona mayor felicidad en la vida y la mayor felicidad en cada momento?
4-      Cuéntame un par de momentos cruciales de tu vida, cuando ir en una dirección u otra supuso una decisión transcendental para el resto de tu existencia.
5-      ¿Cuál es el mejor consejo que has recibido en tu vida? ¿Lo seguiste? ¿Cómo lo has usado a lo largo de tu vida?
6-      ¿Qué te hubiera gustado saber antes? Si pudieras volver a cuando eras joven y hablar contigo mismo, sabiendo que te harías caso ¿qué te dirías sobre la vida?
7-      ¿Qué papel ha desempeñado la espiritualidad en tu vida?
8-      ¿Cuál es tu mayor temor al final de la vida?
9-      Ahora que eres mayor, ¿cómo te sientes respecto a la muerte? No la muerte en abstracto, sino tu muerte ¿tienes miedo a morir?
10-  ¿Qué papel han desempeñado la espiritualidad y la religión en tu vida? ¿A qué conclusión has llegado sobre Dios?
11-  Completa la frase “Ojalá hubiera….”
12-  Ahora que has vivido la mayor parte de tu vida ¿Qué cosas crees que son importantes si una persona quiere encontrar la felicidad y llevar una vida plena?
13-  Ahora que has vivido la mayor parte de tu vida ¿qué cosas crees que no importan mucho para encontrar la felicidad? ¿A qué te gustaría haber prestado menos atención?

14-  Si pudieras dar un consejo de una sola frase a los más jóvenes sobre cómo tener una vida feliz y con sentido ¿Qué les dirías?


31 de agosto de 2015

La vuelta al cole o regresar a tu cotidianidad

Para muchas personas, llega septiembre y eso es sinónimo de regresar a aquello que se dejó al tomarse unos días de vacaciones.

Unas veces, ha sido tal el grado de desconexión que cuesta el proceso de adaptación, otras, ha sido tan potente y extraordinario lo vivido, que la rutina nos sabe a poco, nos resulta algo insulsa comparada con tanta actividad, con tantos buenos momentos, con tantas experiencias acumuladas en unos pocos días.

Supongo que nos pasaremos semanas leyendo artículos y escuchando noticias acerca del síndrome postvacacional, con miles de consejos para llevarlo lo mejor posible.

Para no ser repetitiva, a mi me gustaría centrarme en algo que estoy aplicando este año y que me está sentando bien (porque si, me encanta mi trabajo, pero tengo que reconocer que hubiera prolongado mis vacaciones unas semanitas más).

En las últimas semanas he escrito en un cuaderno algunas conclusiones de mis vacaciones respondiendo algunas preguntas:

¿Qué he hecho y qué no he hecho durante las vacaciones que me ha sentado tan bien?
¿Cómo me he relacionado que me ha sentado tan bien?
¿En qué entornos me he movido, qué tipo de lugares he frecuentado que me ha sentado tan bien?
¿Qué tipo de conversaciones he mantenido y cuales no han aparecido en ningún momento?
¿En qué he pensado, dónde he estado (en el presente, en el pasado o en el futuro) la mayor parte del tiempo?
¿Cómo me he alimentado, qué hábitos he tenido que me ha sentado tan bien?

Una vez respondidas a éstas y otras similares preguntas, me he hecho una última:

¿Cómo puedo incorporar esto a mi vida cotidiana, a mí día a día? ¿De qué manera puedo prolongar ese bienestar, sabiendo que tengo obligaciones y compromisos que no tenía cuando estaba de vacaciones? ¿Qué puedo acercar a mi vida y qué debo alejar para mantener ese estado de paz y alegría que he tenido durante tantos y tantos días? ¿Qué puedo trasladar, qué puedo replicar, qué puedo adaptar?

No digo que estas preguntas sean la panacea o solución para hacer más llevadero la vuelta a la cotidianidad, pero si creo que pueden servir para hacer de nuestra vida cotidiana una vida más plena y así no esperar a que lleguen las próximas vacaciones.


Ya sabes, que las preguntas son la base de un proceso de coaching, si quieres que una profesional te formule las preguntas justas y adecuadas para hacer más fácil tu proceso personal, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotras y te facilitamos la primera sesión de manera gratuita.

3 de agosto de 2015

¡Feliz descanso!


Nos damos un tiempo para aprender más cosas, leer, viajar, cambiar horarios y en septiembre volver con más posts, propuestas, reflexiones y aprendizajes para compartir con vosotros y vosotras. 

¡Te deseamos un feliz descanso! 

Los enlaces de nuestras redes sociales en las que estaremos de vuelta a partir del lunes 17 de agosto. 





29 de julio de 2015

Los “deberes” que si querrás hacer durante las vacaciones.

Hace unas semanas fue muy viral una noticia (desconozco cuanto de verdad hay en ella) sobre los deberes que un profesor italiano ha sugerido a sus alumnos.

Durante unas semanas, en Kaiden nos tomamos unos días de descanso y me gustaría aprovechar esta entrada para hablar de ese descanso que nos ayuda a desconectar de las obligaciones y rutinas y nos conecta con una parte más lúdica, novedosa y de cambio.

Muchas personas relacionan las vacaciones con los viajes. A mi me encanta una frase (desconozco el autor) que dice que “viajar es cambiar de prejuicios” y confirma mi creencia de que necesitamos a lo largo del año varios periodos donde darle la vuelta a nuestra forma de pensar, de hacer, de comunicarnos, de sentir, de relacionarnos, de trabajar, de respirar, de cuidarnos.

Durante muchos meses cogemos un ritmo y sin mucho cuestionamiento seguimos, seguimos y seguimos. Llegan las vacaciones, benditas vacaciones, y nos colocamos en un lugar completamente nuevo.

Cuando era una niña recuerdo perfectamente la sensación al regresar de las vacaciones, cuando le contabas a tus amistades, con todo lujo de detalles lo que habías vivido y experimentado mientras estabas en otros lugares, con otras personas.

Las vacaciones me habían transformado en otra persona. Habían conseguido que viviera aventuras nuevas, que me viera facetas de mí antes desconocidas, que hiciera muchas cosas por primera vez, que me asombrara con costumbres y formas de hacer distintas y que, muchas, fueron incorporadas a mi vida desde entonces. Las vacaciones me habían permitido conocer personas distintas y que esa relación me ayudara a conocerme a mi misma. Las vacaciones eran momentos muy mágicos donde todo podía suceder.

Las vacaciones son mucho más que un periodo donde no tienes la obligación de ir a trabajar o de ir al colegio. Las vacaciones son uno de los periodos más productivos y creativos que podamos imaginar.

Así que…

¿Qué “deberes” vas a hacer para que tus vacaciones te ayuden a crecer personal y profesionalmente?
¿De qué manera más ayudar tú para que tus vacaciones sean transformadoras?


Aprovecho para desearos unas vacaciones maravillosas, llenas de momentos mágicos y nos contamos a la vuelta!!



27 de julio de 2015

Cómo nos influyen nuestras creencias (sobre todo las que no sabemos que tenemos)

Parece claro, y ya hemos hablado en algunas entradas en este blog sobre ello, que nuestra mirada, la manera en que tenemos de observar la realidad, crea la realidad misma. Los filtros de nuestras gafas, hacen que veamos las cosas de un color u otro. Hablamos de creencias, de modelos o mapas mentales.

En un proceso de coaching cuando hablamos con nuestro cliente, dejamos que la persona verbalice la situación según su mapa, según esa persona ve la realidad. Dejamos que nos muestre su mundo y a partir de ahí trabajamos para que la persona tome conciencia de hasta qué punto sus creencias, su mapa, sus “gafas” pueden estar causando o siendo una causa importante de su incomodidad (por utilizar un término que puede servirnos para casi todos los casos).


Una herramienta que utilizamos en coaching es la “escalera de inferencias” (concepto desarrollado por el psicólogo Chris Argyris) que nos muestra cómo actuamos al dar un sentido a lo que vivimos o nos sucede. Ver la imagen

La escalera comenzaría, lógicamente, por el peldaño más bajo, con algún hecho “objetivo”. A partir de ahí, está nuestra interpretación, le atribuimos una causa o sentido a lo que ha sucedido, sacamos conclusiones, generalizando o creando “una vedad” y a partir de ahí, nuestra mente busca alternativas y propuestas de acción y finalmente actúa.

Así nacen nuestras creencias, las generalizaciones y en muchas ocasiones, más de las que creemos, nos saltamos casi todos los pasos de la escalera y tras los hechos pasamos a la acción, casi en automático.

En un proceso de coaching trabajamos para descubrir esa escalera oculta y en aprender a bajar y subir por ella de manera que nos ayude en nuestro desarrollo personal, en nuestra práctica profesional, en nuestras relaciones. También, en un proceso de coaching tomamos conciencia de cuales son nuestras escaleras, nuestras creencias, en qué están basadas, sin los peldaños intermedios tienen sentido o no, si es algo que creía hace años, pero ahora no tiene que ver conmigo.

El trabajo que se hace en coaching es tan potente y tan bonito que no sé cómo no has probado una sesión y lo descubres. Te esperamos!!!

22 de julio de 2015

Un ejercicio de aceptación o reconociendo a nuestras estrellas

No hay trabajo más profundo de aceptación que el referente a la pérdida de un ser amado. Y es que vivir supone, necesariamente, morir. El ciclo natural de toda vida conlleva la muerte, nos hayan preparado mejor o peor para transitar una pérdida, habrá un momento en el que nos toque vivirla, llorarla y aceptarla. 

Tengo la gran fortuna de estar rodeada de muchas estrellas que brillan y que me iluminan en su tránsito terrenal y que lo seguirán haciendo también, cuando hayan partido hacia su viaje final, cuando se transformen en estrellas brillantes y poderosas en un cielo observante y cercano. 

De hecho, hay algunas de ellas que ya han partido y que, si bien, el dolor aún sigue presente en mi corazón, el camino hacia la aceptación de estas pérdidas me ha regalado un "abono" poderoso y casi sobrenatural. 

Mi primera estrella en trasmutar de terrenal a etérea (por llamarla de alguna manera), fue mi abuela materna, Socorro. En vida me enseño que con una sonrisa todo se aligera, que querer es bonito y te regala muchos momentos que atesorar en forma de recuerdos emotivos. Que puedes ser fuerte y equivocarte y seguir adelante, luchando, amando, soñando. Hace más de 20 años que se fue y aún la huelo, la siento y la recuerdo riendo y haciendo pequeñas e inocentes trampas que la divertían.  

Mi segunda estrella se marcho hace dos años y aún estoy en proceso de aceptar su marcha. Me costó mucho dejarla ir y quizás aún no la he dejado marchar del todo. Fue mi compañero, mi pareja durante 10 años y su muerte llegó mucho tiempo antes del que le tocaba. Repentina, inesperada, inimaginable, inexplicable, se marchó dejando una estela de unicidad, amor por la vida y generosidad que inunda el aire que respiro yo... y muchas más personas. Me enseñó que los retos se cogen por "los cuernos" y se miran a los ojos y que aprendes sobre la marcha en muchas, muchísimas ocasiones. Me enseñó que la confianza la regalas si de verdad crees en ella y que cualquier persona que se cruza en tu camino puede ser tu hermano o tu hermana, cuando eres generosa/o y la aceptas de manera incondicional. Me enseñó que los pequeños placeres de la vida son el mejor condimento para atraer momentos de felicidad a tu día y llenarlo de ellos. Me enseñó tantas cosas más que no pararía de escribir en todo el día, en toda la vida.  

Hace unos días, otra de mis estrellas ha partido irremediablemente. También antes del tiempo que, todas las personas que la queremos, hubiésemos querido. Una estrella que me ha enseñado la belleza del pragmatismo y del positivismo. Me ha enseñado el brillo de las palabras y del compartir momentos de inspiración sin esperar nada a cambio, más que vivir el momento. Me enseña que la bondad es mucho más poderosa que el egoísmo y que respirar aleja el peso de lo que no quieres mantener en tu vida. Me enseña la grandiosidad y sencillez del respeto y la entrega. Una estrella generosa y llena de amor. 


No es fácil escribir sobre esto, sobre esta aceptación y sin embargo el cuerpo y el alma me lo piden. No es fácil entender desde fuera de mi, lo que supone verdaderamente entender el ciclo vital por el que transitamos, por eso me meto en mis entrañas y encuentro respuestas que quizás a ti te inspiren o te den cierta paz. No es fácil dejar marchar a las personas  a las que amamos y sin embargo es irremediable. No es fácil creer en la aceptación en ciertos momentos y sin embrago, llega. 

20 de julio de 2015

El poder de las declaraciones públicas

Las declaraciones en coaching (ontológico) suponen un compromiso de acción, es decir una construcción de una realidad distinta, deseada y potenciadora que la persona hace para generar un cambio en sí y en el mundo. 

Estas declaraciones, las hacemos más o menos seriamente de manera íntima cada vez que nos encontramos con un elemento de mejora o de crecimiento y generamos una imagen de la nueva situación que puede conectarnos o no con ese mismo compromiso. 

Sin embargo, creo que la diferencia entre hacer una declaración en voz alta de hacerla en el plano mental es fundamental. En un proceso de coaching, expresamos con nuestra voz y nuestras palabras esta declaración y no nos estamos comprometiendo con la/el coach, sino conmigo misma/o en un plano público. Es decir, el autoengaño es más complejo en esta situación. 

Además, declaramos lo que sentimos y lo que nos conecta de verdad con quién quiero ser en determinado contexto, ámbito o aspecto. Y esa frase, se graba en nuestra alma, en nuestra piel, en nuestro corazón y empezamos a actuar de manera diferente, acercándonos cada vez más a esa nueva realidad que he creado para mi. 

Esta es una de las diferencias de trabajar por tu cuenta en tu desarrollo personal, a hacerlo con el apoyo y la compañía de un/a coach profesional: tu imagen privada y pública confluyen para trasformarte y empoderarte; el autoengaño no tiene tanta fuerza y el cambio se genera con mayor rapidez y contundencia. 

¿Quieres probar una sesión gratuita y sin compromiso y saber más sobre los beneficios del coaching? Contáctanos y aprovecha el verano para dedicarte un tiempo a ti mismo, a ti misma: info@kaiden.es