28 de septiembre de 2015

¿Somos todos iguales?

Quienes trabajamos con personas hemos aprendido con los años que la técnica, la teoría, las herramientas son fantásticas para salir al ruedo con cierta seguridad, pero que luego está la práctica, el día a día, que es el que realmente te da las horas de vuelo para poder decir “lo hago de manera intuitiva, no sé porqué lo hago así” (conocimiento inconsciente que se llama). En ese “lo hago así” está incluido todo lo que has aprendido en todas las formaciones que has recibido, sumado a todo lo que has visto hacer, más todo lo que has hecho. Todo ese conocimiento adquirido es el que te permite escuchar a un cliente y escuchar más allá de lo que te está diciendo con palabras. O estar con un grupo y saber manejar una situación compleja o de conflicto.

Ese “saber hacer” te permite, en mi caso, tener sesiones individuales o grupos y no sentir que nada se repite porque en realidad cada persona es única y como tal es tratada. Sin dar nada por supuesto, sin creer que ya sabes lo que necesita o te va a contar o demandar.

¿Cómo satisfacer las demandas o necesidades de cada persona (o grupo u organización)?

Eso mismo que hago en mi trabajo, en mi caso facilitando procesos de cambio y crecimiento, lo hace la persona que está en atención al cliente o es dependienta en una tienda, o el camarero en una cafetería.

Hay muchos trabajos donde no hay una respuesta única, hay tantas como personas entran por la puerta. No hay preparación posible. Bueno si, dar lo mejor de ti misma, tener una actitud de entrega y generosidad y confiar en el proceso.

Esa máxima que nos dijeron de pequeños “trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti” no funciona más allá de las normas de convivencia básicas, el respeto y poco más.

Algo similar sucede con los equipos de trabajo. ¿Debemos tratar igual a todos los miembros de un equipo? ¿Todas las personas necesitan lo mismo? ¿Cuál es el verdadero objetivo de una persona que dirige o coordina un equipo? El para qué de una persona que dirige un equipo es, desde mi punto de vista, sacar lo mejor de cada persona, que cada persona esté motivada y rinda (sea productiva, eficiente, creativa, genere buen clima) al máximo.

Para ello, la persona que dirige tiene que tratar a cada persona de manera diferente porque somos seres únicos, con necesidades únicas, con formas de entender el trabajo y la motivación únicos.

Hay un vídeo (está la versión completa, sólo os dejo la parte que tiene relación con este post) que creo que explica muy bien de lo que hablo.




Así, dirijamos un equipo o formemos parte de uno, pensemos en dar lo que necesita la otra persona y no lo que necesitaríamos nosotros o lo mismo que necesita el del al lado para no hacer distinciones. 

Vivan las distinciones, pues somos diferentes!!!!

21 de septiembre de 2015

¿Alimentas dragones? ¡Pues cambia la dieta!

Me encuentro con muchas personas generosas que dedican su tiempo y energía a apoyar a otras personas. Me encuentro con personas bondadosas que aceptan a cada cual tal y como es, sin grandes expectativas. Me encuentro con personas creativas que encuentran el entusiasmo ante un nuevo proyecto como uno de sus mejores pasatiempos. 

Las personas podemos tener estos ingredientes en nuestro día a día, en el trabajo, con las amistades y la familia. 

También encuentro a veces personas de las que elijo mantenerme alejada, personas que generan conflictos, que entienden la responsabilidad de "los demás" sin entender jamás la suya propia. Personas que "roban" energía y aprisionan emociones, que cansan y con las que lo fácil, es que haya malos entendidos. Personas dragón podría llamarlas. 

A veces es especialmente difícil gestionar estas relaciones en el ámbito laboral. No podemos dejar de relacionarnos con ellas, no podemos elegir no hablar con ellas. Lo que si podemos elegir es seguir "alimentándolas" o no, es decir, hacerlas más poderosas o menos. 

Alguien ha dicho que "no te hiere (u ofende) quien quiere, sino quien puede". ¿Te suena esta frase? Vamos a diseccionarla un poquito. 

Tienes dentro de ti la capacidad para para permitir que las palabras de otras personas, con o sin intención, te hieran más o menos. Es decir, ante una crítica desagradable, ante un juicio de valor hacia tu persona o ante un insulto, sentirás malestar, es lo natural, es de alguna manera una agresión y estas generan malestar, enfado, incomodidad y nos violentan. 

Más allá de esta sensación tú puedes validar o no esas palabras. ¿Realmente tienen que ver contigo y con tu manera de proceder? Entonces, ¿para qué darles mayor importancia? La persona que se ha expresado de esa manera hiriente ¿tiene algún tipo de poder sobre ti? ¿puedes pedirle un cambio en las formas? ¿lo has hecho ya? 

A veces pedimos a alguien que cambie su manera de expresarse en determinadas interacciones porque nos sienta mal y aún así, mantiene ese comportamiento. En ese caso, mira si no estás también tú alimentando el malestar dando más valor a estas situaciones del que realmente tienen. Obsérvate y elige alimentar a tu poder personal, a tu capacidad impermeable para mantener a las ofensas a raya, en lugar de alimentar el poder del dragón. 

¿Qué crees que pasará cuando tú dejes de alimentarlo? Seguramente lo irá a buscar a otro lugar, a otra persona y podrás contarle también a ella este secreto, tu secreto y de cómo te has deshecho de sus envites. 

Al final del día, tú elijes quién puede o no herirte. 


14 de septiembre de 2015

Estar/Ser feliz en el trabajo…¿quimera o realidad?

Leía el otro día un artículo sobre quienes son las personas que son más felices los fines de semana que concluía que son quienes, por contraste, lo son menos en el trabajo y eso me ha hecho reflexionar sobre la felicidad en el ámbito laboral.

Desde mi punto de vista la felicidad o sentirse satisfecho o pleno en el trabajo tiene relación con diversos aspectos:


1-      Qué hago. En qué consiste mi trabajo.
Dedicar tiempo a descubrir cuales son mis talentos (qué se me da bien y con qué disfruto), desarrollarlos, mejorarlos y adaptarlos a las demandas del mercado de trabajo es una tarea que deberíamos hacer todos los profesionales en activo, pero no sólo los profesionales, también las empresas deberían dedicar tiempo (y dinero) en ajustar lo mejor posible los talentos de los que disponen con las funciones que se asignan. No es tarea fácil, por eso los departamentos de recursos humanos o de desarrollo de personas como prefiero llamarlo, ponen en marcha herramientas de detección del talento, formación, evaluación del desempeño, etc para lograr que cada persona esté en el lugar más apropiado y en definitiva, sea más eficiente y productiva.

2-      Encontrarle un sentido.
¿Para qué voy a trabajar? ¿Para qué existe mi departamento? ¿Qué sentido tiene mi trabajo más allá de la función concreta?
En mi caso, me siento afortunada por trabajar en lo que lo hago. Trabajo apoyando y facilitando procesos de cambio y desarrollo en las personas (tanto en el ámbito personal como en el profesional, de equipos de trabajo u organizacional). Parece sencillo encontrarle un sentido a mi trabajo. Saber que estás aportando tu granito de arena al bienestar de otras personas es muy potente.

Diría que a todos los trabajos les puedes dar un significado que te ayude a levantarte con más energía por las mañanas. Sólo hay que buscarlo y hay preguntas que pueden ayudar. ¿Tú trabajo, a quien le sirve?

Encontrar coherencia entre el sentido que tiene tu trabajo y tus valores y propósito vital es tan poderoso, que recomiendo a cualquier persona u organización que quiera mejorar su motivación o la de sus equipos que trabaje este aspecto.

3-      Relaciones o clima laboral
Somos seres sociales y en el trabajo nos relacionamos, en mayor o menor medida, con compañeros/as, con clientes, con proveedores y todo ello va haciendo que nuestro día sea más enriquecedor o menos. Evidentemente nuestra actitud y disposición va a influir mucho, pero sería absurdo pensar que es algo que podemos controlar o influir al 100%. El clima laboral depende de mí, por supuesto, y de mi entorno.

Hay ambientes de trabajo que favorecen el diálogo, donde el error es vivido como un aprendizaje necesario, entornos donde las personas son al menos tan importantes como los procesos y los resultados, entornos donde el compromiso y la implicación son necesarios y valorados. En cambio, hay otros entornos donde no se trabaja desde ahí y se vive, resumiéndolo muchísimo, desde el miedo. Miedo al error, miedo a perder mi posición, miedo a quedar en evidencia, miedo a que el equipo se relaje, miedo, miedo, miedo.

Y no hablo de este miedo...



El humor y la distensión también son importante para encontrar la felicidad laboral ;-))

Ahora en serio, estos son, para mí, tres aspectos fundamentales. Hay otros, por supuesto, como es el dinero que percibo, el horario de trabajo, las posibilidades de crecer profesionalmente, etc. Sin embargo, si estos tres aspectos están cuidados (a nivel personal y como organización) ser o estar feliz en el trabajo es posible!!! 




7 de septiembre de 2015

Somos seres sociales y comunicantes

Empiezo a escribir esta entrada el lunes por la mañana. Inicio de semana laboral, inicio de proyectos e ilusiones en el trabajo. 

Si no eres un profesional autónomo que trabaja en solitario, es probable que a estas horas hayas hablado ya con algunas personas; dependiendo del tamaño de tu empresa, algunas significarán más o menos. 

Parte de nuestro día a día transcurre en procesos de comunicación interpersonal. Desde empezar la jornada saludando, tener reuniones de equipo, recibir o hacer peticiones, hasta resolver alguna disputa o mal entendido. 

En el mes de febrero estuve la 6ª edición del salón mi empresa en Madrid y hace unos días abrí uno de esos libros que algunas editoriales regalaron a todo asistente que llegó a tiempo y en los que siempre encuentras algo rescatable. 

¿Con qué actitud te comunicas con las personas de tu entorno? ¿Con qué actitud interaccionas con tus compañeros/as de trabajo, con colaboradores y superiores? ¿Es útil esta actitud para lograr tus objetivos en el día a día? 

Vamos a indagar en tres aspectos de la comunicación interpersonal siguiendo frases del libro "Gestión de personas conflictivas for Rookies" de la editorial LID.

1. "En situaciones de comunicación verbal con personas muy exigentes, llegarás más lejos empleando un tono suave que con una actitud autoritaria" o lo que es lo mismo para Kaiden, ¿a quién vas a dejar hablar a tu ego o a tu ser? Entiendo que la etiqueta persona muy exigente puede hacer referencia a un sin fin de caracteres o actitudes por lo que rescato la idea de poner el foco en tu propia actitud al enfrentar comunicaciones complicadas en el trabajo. Más allá de si el tono es suave o no, si dejo a un lado ideas como: quiero llevar razón, quiero que entienda mi punto de vista (para que vea que llevo razón), necesito hacerme entender (porque esta vez llevo razón), u otras tantas que terminarán siempre en lo mismo, querer (o necesitar) que me den la razón; tendré más posibilidades de ser escuchado/a. Finalmente, el motivo real y final de las interacciones comunicativas entre personas es ese, escuchar y que nos escuchen, más allá de quien lleve la razón (que probablemente todas las partes la lleven, al menos parcialmente). 


2. "...ser siempre objetivo, concentrándote en los hechos." Hemos impartido varios talleres sobre comunicación asertiva en diferentes organizaciones y esto es algo en lo que siempre insistimos: cuando quieras hacer una petición de cambio, crítica constructiva o simplemente utilizar el estilo asertivo para comunicarte no emplees juicios de valor, creencias o generalizaciones sino, por el contrario, céntrate en hechos observables. Ya lo decía un profesor "no es lo mismo llamar a alguien impuntual que decirle ¿te sucede algo, esta semana has llegado tarde dos días?". Si tu objetivo al comunicarte no es querer llevar la razón este simple cambio te abrirá muchas puertas y generará una imagen mucho más positiva de ti. 

3. "Para llegar a un acuerdo hay que buscar un equilibrio entre los distintos puntos de vista" o aplicar el principio de la abundancia, del ganar-ganar, de uno de nuestros "maestros", Stephen R. Covey. Este principio es incompatible con querer llevar la razón a toda costa, síntoma habitual en nuestra cultura que nos indica la existencia de grandes egos que no saben comunicarse. Si sabemos, como dice la PNL, que el mapa no es el territorio o que cada cual tiene su mapa de la realidad, tener razón, se convierte en una utopía. Si queremos construir una sociedad (o empresa) competitiva, profesional, eficiente, global, debemos de adoptar estrategias colaborativas y pensar que hay suficiente tarta para todo el mundo, encontrando los puntos de acuerdo y de colaboración en lugar de centrarnos en lo que perdemos o dejamos de ganar

¿Con qué actitud te vas a comunicar ahora? ¿Hay algo que quieras cambiar? 


2 de septiembre de 2015

Las personas sabias que te rodean (incluida tú)

Me encanta leer, es algo que no puedo remediar. Cuando tengo un libro nuevo entre manos, se produce en mí una predisposición y una anticipación a la felicidad increíble.

El caso es que hace unas semanas me topé con un libro que no está mal escrito y que tiene algunas ideas o conceptos interesantes. “Los cinco secretos que debes descubrir antes de morir”. Lo que me hizo acercarme al libro no fue su título sino el proceso de escritura que no era otro que cientos de entrevistas a personas sabias (de más de 60 años). El autor, pidió que la gente le pusiera en contacto con personas sabias, personas más allá de sus estudios, profesiones, condiciones o circunstancias la gente consideraba sabias.

Y el autor (John Izzo) les hizo una serie de preguntas, las mismas a todas las personas y a partir de ahí, extrajo conclusiones que agrupó en 5 secretos, que es de lo que va el libro.

El caso es que a mí me interesa compartir con vosotros las preguntas y os propongo que respondáis a las preguntas y que tras hacerlo, se las hagáis a alguien de vuestro entorno a quien consideréis sabio o sabia. ¿Te animas?

Ahí van las preguntas:

1-      Imagina que estás en una cena y todos estáis sentados en círculo. El anfitrión invita a todo el mundo a describir en tan sólo un par de minutos la vida que has llevado. Si estuvieras en la fiesta, y quisieras que la gente supiera de ti todo lo posible en ese par de minutos ¿Qué dirías? Describe la vida que has llevado.
2-      ¿Qué ha otorgado más sentido a tu vida? ¿Por qué es importante estar vivo?
3-      ¿Qué te ha proporcionado o te proporciona mayor felicidad en la vida y la mayor felicidad en cada momento?
4-      Cuéntame un par de momentos cruciales de tu vida, cuando ir en una dirección u otra supuso una decisión transcendental para el resto de tu existencia.
5-      ¿Cuál es el mejor consejo que has recibido en tu vida? ¿Lo seguiste? ¿Cómo lo has usado a lo largo de tu vida?
6-      ¿Qué te hubiera gustado saber antes? Si pudieras volver a cuando eras joven y hablar contigo mismo, sabiendo que te harías caso ¿qué te dirías sobre la vida?
7-      ¿Qué papel ha desempeñado la espiritualidad en tu vida?
8-      ¿Cuál es tu mayor temor al final de la vida?
9-      Ahora que eres mayor, ¿cómo te sientes respecto a la muerte? No la muerte en abstracto, sino tu muerte ¿tienes miedo a morir?
10-  ¿Qué papel han desempeñado la espiritualidad y la religión en tu vida? ¿A qué conclusión has llegado sobre Dios?
11-  Completa la frase “Ojalá hubiera….”
12-  Ahora que has vivido la mayor parte de tu vida ¿Qué cosas crees que son importantes si una persona quiere encontrar la felicidad y llevar una vida plena?
13-  Ahora que has vivido la mayor parte de tu vida ¿qué cosas crees que no importan mucho para encontrar la felicidad? ¿A qué te gustaría haber prestado menos atención?

14-  Si pudieras dar un consejo de una sola frase a los más jóvenes sobre cómo tener una vida feliz y con sentido ¿Qué les dirías?