31 de marzo de 2014

El poder de los valores

"El Principito" de Antonie de Saint-Exupéry
¿Qué entendemos por valores? Entendemos por valores esas creencias particulares, personales, individuales, propias que tenemos sobre lo que es importante. Los valores es nuestro sistema de creencias sobre lo que es justo o injusto, sobre lo que es bueno o malo, sobre lo que merece la pena o no.

Cuando actuamos, de manera más consciente o menos, hacemos un escaneo y nos preguntamos si lo estamos haciendo según nuestros propios valores. La sensación de congruencia aparece cuando decimos que si, que nuestro comportamiento está en sintonía con nuestro valores. Por eso, nos acercamos a una serie de personas o situaciones y huimos de otras. Vivimos como lo hacemos porque tenemos unos valores y no otros.

¿Cuáles son tus valores? Pues seguramente han ido cambiando a lo largo de los años, pues a medida que crecemos, que experimentamos, que aprendemos, que cambian nuestras metas o nuestra propia autoimagen, cambian también nuestros valores.

Es importante tomar conciencia de esto, pues a veces seguimos funcionando desde automatismos sin darnos cuenta que hemos cambiado y también nuestros valores y que cierta sensación de incomodidad con nosotros/as mismos/as puede provenir de este hecho.

Al mismo tiempo, los valores tienen una jerarquía, también propia e individual. Para una persona la amistad puede estar en la parte alta de la jerarquía y para otra persona estar la familia. O quizá esté la libertad, o quizá el amor, o quizá el desafío, o quizá el desarrollo espiritual…¿Conoces cual es tu jerarquía de valores en estos momentos? ¿Has reflexionado sobre ello?

Los valores son, quizá, la herramienta de motivación más poderosa que existe. Si deseamos cambiar un hábito en nuestra vida, algo que hemos intentado de “todas” las maneras posibles…¿crees que si te conectas, si asocias ese cambio con algo que valores enormemente, con algún valor tuyo será más sencillo ese cambio? Piénsalo un momento.

Cuando te embarcas en un proceso de coaching, es muy probable que en algún momento trabajes sobre tus valores o desde tus valores. Es muy probable que descubras que algunos han cambiado y que quizá esa puede ser una clave para tus nuevos retos.


A mi me parece que es uno de los trabajos más bonitos que podemos hacer por nosotros/as mismos/as. Descubrirnos, explorarnos, aceptarnos y querernos, en definitiva.

26 de marzo de 2014

¿Transitar o abordar los conflictos?

El conflicto existe siempre que hay actividades incompatibles entre si. Éste puede surgir por necesidades, valores, creencias, preferencias, utilización de recursos, etc. incompatibles, bien entre personas, entre grupos, subgrupos o incluso naciones. 

Por lo tanto, el conflicto forma parte de nuestras vidas. Surge con nuestra pareja, con personas en el ámbito laboral, con miembros de la familia, de grupos a los que podamos pertenecer, vecinos y vecinas....¿cuántos conflictos recuerdas haber vivido? 

Los teóricos apuntan también esta necesaria relación de las personas con los conflictos, planteando incluso que algunas de las funciones de éstos son: estimular el interés, sacar a la luz los problemas, previenen el inmovilismo social y pueden ser determinantes en los cambios personales y sociales. También nos ayudan a fijar límites, normas o a consolidar alianzas, grupos y equipos. 

Así pues, el conflicto puede ser visto con distintas miradas. Si nos quedamos con la visión del conflicto como algo perjudicial y por lo tanto emitimos juicios negativos sobre él, seguramente elegiremos transitar por él de la manera en que crea que me afectará menos. El conflicto pasará por mi en lugar de ser yo quien lo atraviese. 

Podré elegir abordarlo de manera directa y sin esquivarlo, si mi visión es otra sin embargo. Si veo oportunidades para generar un cambio, si veo posibilidades de que los limites o las normas puedan cambiar, si tengo una mirada abierta y optimista ante el conflicto, lo abordaré de cara. 

Quizás nos resulte complejo. Quizás no hemos utilizado esta mirada hacia el conflicto en otras ocasiones y nos resulte extraño el planteamiento. ¿Han sido efectivas las formas de afrontar los conflictos en tu vida hasta ahora? ¿Hay algo que quieras cambiar, incorporar o mejorar? 

Los días 9 y 10 de mayo abordaremos el conflicto desde otra mirada, facilitando nuestro autoconocimiento y el de las personas con las que nos relacionamos. Trabajaremos las emociones, las respuestas automáticas y las creencias sobre los conflictos, entre otras cosas, desarrollando nuevas propuestas para vivirlos de manera más natural y saludable. ¿Te apuntas? 


24 de marzo de 2014

Acortando la brecha de aprendizaje con coaching

"El aprendizaje es un simple apéndice de nosotros mismos; dondequiera que estemos, está también nuestro aprendizaje." W. Shakespeare

Las personas aprendemos de manera constante y permanente. Vamos adquiriendo conocimientos y habilidades que nos sitúan en nuestra amplísima zona de confort, desde la que generamos automatismos que nos facilitan la realización de muchas tareas. Ganamos eficacia en todas aquellas áreas de conocimiento adquirido. ¿Qué sucede cuando nos encontramos ante nuevas áreas de conocimiento? Perdemos absolutamente toda posibilidad de intervención y entonces se nos abren dos posibles vías:


Entrar en la zona de expansión y generar un nuevo aprendizaje o por el contrario entrar en la zona de pánico y aferrarnos a nuestros conocimientos existentes, generando una gran barrera ante lo nuevo, lo desconocido, lo que hiere a mi ego. 


En ambas situaciones, pierdo y gano. Me expongo, elijo, me reconozco. Sin embargo, tender a la zona de pánico puede aislarnos, limitarnos, o incluso convertirnos en personas arrogantes. Una buena defensa, por ejemplo, es menospreciar esas áreas de conocimiento desconocidas y temidas por mi y creer que "con todo lo que yo ya sé, tengo suficiente". 

Si elijo la zona de expansión por el contrario, lo haré siendo consciente de mi necesidad y deseo por aprender algo desconocido para mi. Si, se generará ese estado de insatisfacción por no poder realizar algo, por no saber hacer algo, y sin embargo, generaré las oportunidades para aprender y cambiar mi estado. Pasaré de no saber, a saber, de no poder a poder, de desear a tener. En ese cambio aparece la brecha del aprendizaje: paso de un estado a otro y el camino que existe entre ambos estados, será la llamada brecha. 

Mientras transitamos por esta brecha, aparecen obstáculos internos y externos. Es posible que este proceso de aprendizaje requiera muchos recursos (tiempo, ayuda, económicos,...) y que nos genere dudas en el camino. Lo que si es seguro, es que en un proceso de aprendizaje nuestras emociones también nos hablan, nos generan dudas, miedos, certezas, seguridad o inseguridad. Esta información podemos interpretarla como obstáculos insalvables y retroceder a la zona de pánico. Es por ello, que un proceso de coaching, que acompaña nuestro proceso de aprendizaje puede ser muy potenciador. 

En un proceso de coaching, no saber es parte natural del proceso y por lo tanto no se juzga, no se castiga. En un proceso de coaching, es el/la cliente quien sabe las respuestas y el/la coach tiene plena confianza en ello y la expresa y comparte. En un proceso de coaching se genera un contexto de respeto y confianza, muy propicio para el aprendizaje. Así, llevado por un profesional serio y capacitado, se convierte en una herramienta facilitadora del aprendizaje y la brecha se transita con confianza e ímpetu.  

19 de marzo de 2014

Libros que te alimentan el alma

“Un libro debe ser como un rompehielos para penetrar en los mares congelados en nuestras almas”

Franz Kafka


Tengo la suerte de tener amistades que son grandes lectores y que al mismo tiempo les encanta romper hielos que les permitan crecer y conocer mejor su alma.

Eso me permite recibir recomendaciones o regalos que son auténticos lujazos.

El último ha sido “De la confianza ficticia a la confianza real. Aprender de las decepciones y las traiciones” de Krishnananda y Amana. Gracias Esther!

Son de esos libros que una vez que lo has abierto ya no puedes dejarlo. Lees y subrayas y sigues leyendo y sigues subrayando…qué barbaridad!!

Un libro sobre la confianza…y en realidad nos habla de nosotros/as mismos/as porque la confianza no depende de quien tengamos enfrente, ni de los acontecimientos que la vida nos depare.

La confianza real está basada en la nuestra experiencia interna, en nuestro autoconocimiento, en que las experiencias son una fuente inagotable de crecimiento y aprendizaje y aceptar que aparecerá la desconfianza hacia algo o alguien, pero será desde el aquí y el ahora, basada en acontecimientos reales y observados de manera desapasionada y no desde los automatismos, desde nuestros miedos o trampas, o desde nuestra expectativa de que la vida o las personas nos “den” lo que necesitamos.

Sé que puede resultar confuso, y más cuando estoy resumiendo en un párrafo un libro de unas 200 páginas escritas maravillosamente bien, con un tempo perfecto, de menos a más y que cuando acaba dices…estos son los libros que además de aprender te permiten reconectar con quien eres de verdad y sentir esa paz y bienestar que son indescriptibles.

En realidad, sólo quiero dejarte con ganas de leerlo, de descubrirlo…

¿Qué libro podrías recomendar tú? ¿Qué libro te ha alimentado el alma últimamente?

17 de marzo de 2014

Aprender de los fracasos

Vivimos en una sociedad poco amable con los fracasos, entendidos éstos como esos resultados que no salieron como esperábamos o esperaba mi entorno.

En la medida en que evitamos fracasar en muchas ocasiones nuestra reacción es la parálisis y dejamos de intentar proyectos o retos que nos ilusionan o nos harían sentir más conectamos con nuestros talentos o sueños.

En otras ocasiones, lo intentamos pero sin mucha determinación o confianza en nuestras posibilidades y al hacerlo desde esa actitud, es muy probable que se cumplan nuestras previsiones y nos demos la razón a nosotros/as mismos/as…no merecía la pena esforzarse mucho ya no era posible que pudiéramos conseguirlo.

Las consecuencias de estas dos actitudes, más allá de no lograr lo que buscamos o deseamos, va más allá y profundiza sin darnos cuenta minando nuestra confianza en nosotros/as mismos/as.

¿Qué es confiar en mi misma/o?

Confiar en mi es esa fuerza interior que se expresa a través de lo que hacemos, de lo pensamos, de nuestros gestos y que nos permite poner en marcha nuestros talentos, nuestras habilidades, nuestros recursos con la finalidad de responder a las situaciones a las que nos enfrentamos en nuestro día a día. Se trata de creer en mis posibilidades.

Es evidente que no lograremos lo que nos proponemos sólo con la confianza, pero…¿crees que sin ella puedes hacerlo?

Cuando estoy con los clientes en procesos de coaching, en muchas ocasiones, puedo observar y comprender que lo primero que hay que potenciar es la confianza en sus propias posibilidades. ¿Cómo lo hacemos? 
  • Trabajamos las creencias que tiene el cliente sobre su persona y esos comportamientos y pensamientos automáticos.
  • Realizamos acciones que puedan ayudar a ir ganando voluntad, soltura, optimismo y seguridad en sus propias valías.
  • Observamos lo conseguido para comenzar a sentir orgullo y satisfacción por los pasos dados.
  • Ponemos en valor los éxitos pasados y aprendemos a extraer los elementos de aprendizaje de los fracasos.
  • Potenciamos relaciones sociales que favorezcan el intercambio constructivo.
  • Planteamos un plan de acción realista que haga posible, paso a paso, conseguir lo deseado.


¿Tienes un proyecto o meta en mente? ¿Quieres ganar confianza en ti mismo/a? ¿Crees que podría ayudarte tener alguien que te apoyara en ese proceso? ¿Qué puedes perder? ¿Qué puedes ganar?



12 de marzo de 2014

Tengo 24 horas....¿Qué hago con ellas?

¿Cuantas veces al día miro el reloj? ¿Para qué lo hago? 
El tiempo, entendido como el paso de los minutos y de las horas, es una concepción que usamos de distintas formas y con distintos objetivos. 

Fijar citas, valorar la dedicación a determinadas empresas, medir la duración adecuada de diferentes tareas....

A lo largo del día, medimos el tiempo de manera constante. Puede generarnos seguridad, estabilidad, dimensión, visión y unas cuantas cosas más. Sin embargo, también puede generarnos estrés, agobio, inseguridad, miedo....

¿Para qué mido el tiempo en mi día a día? ¿Lo hago siendo consciente de su dimensión real? ¿Sobrevaloro al tiempo? ¿Sobrevaloro mi esfuerzo y eficacia? O quizás ¿infravaloro mis necesidades y mis ritmos? 

Lo importante no es saber de cuantas horas y minutos dispongo al día para efectuar determinadas tareas, asuntos o empresas. Lo importante es saber cómo puedo gestionarlas yo. Qué puedo hacer en esas horas y minutos y que necesidades personales tengo que satisfacer: descanso, alimentación, transporte, autocuidado y cuidado de otras personas,....

Como decía Stephen Covey dedicar un tiempo para reestablecerme y recuperarme para estar en forma, debería formar parte de nuestro día a día. Parece sensato pensar que afilar nuestra hacha, nuestra herramienta para funcionar bien todos los días, sería una ocupación diaria más. 

Por mucho que mire el reloj, el tiempo no cambiará. Por mucho que sepa en que hora y minuto estoy en cada momento, no avanzaré más ni menos. Por mucho que quiera tener horas de 75 minutos, no lo lograré. ¿Y si en lugar de pensar solamente en mi día y mi semana pienso en mi vida, en mis objetivos? ¿Y si además de usar el reloj utilizo otros instrumentos que orienten mi vida? 

Gestionar el tiempo a tu medida es la manera en la que puedes abordar las tareas y tener tiempo para otros asuntos que te ayuden a sentirte bien, no solo los fines de semana, sino cada día. 

10 de marzo de 2014

Paso previos para un plan de acción

Cuando se avanza en un proceso de coaching, una vez que se ha establecido la meta y se empieza a trabajar sobre ella, nos empezamos a dirigir a la elaboración de un plan de acción. 

Este plan de acción será realizable, comprometido y motivador. Supone la organización y sistematización de ciertas tareas que nos acerquen y afiancen el objetivo planteado sobre el cual hemos empezado a trabajar. 

Antes de elaborar este plan de acción sin embargo, es necesario abordar algunos aspectos a tener en cuenta: 


  • Posibles dificultades.
  • Apoyos.
  • Creencias limitantes.
Tener en cuenta estos tres aspectos, nos permitirá, por un lado, tener una estrategia que nos enfoque y nos motive en la consecución del objetivo, una vez que nos despedimos del coach. Y por otro lado, encontrar las creencias que nos limitan y que nos han alejado de ese objetivo, transformándolas para quedarnos con aquellas que nos potencian en el logro.  

De esta manera, es el/la coachee (cliente) quien reconoce el momento preciso para despedirse. 

¿Quieres trabajar sobre algún cambio deseado? ¿Crees que te puede ayudar un proceso de coaching? ¿Por qué no lo pruebas? 


5 de marzo de 2014

El apego puede prevenirse

"El amor, según lo entiende el mundo, no es amor, es un egoísmo escoltado"
Stendhal


Leyendo el otro día sobre el apego afectivo me gustó que de una manera muy sencilla hablaba de tres principios para prevenir las adicciones afectivas y así poder relacionarnos de una manera más saludable. (Voy a aprovechar algunas ideas del libro “¿Amar o depender?” de Walter Riso y añadir algunas mías)

Uno de estos principios se refería a la autonomía y sobre eso me gustaría escribir hoy.

Ser una persona autónoma tiene relación con ese concepto de “hacerse cargo de una misma”. En la medida que siento que mis necesidades (todas las personas las tenemos) son demasiado fuertes para encontrar una vía para satisfacerlas, siento que debe ser (la) otra persona quien las satisfaga.

En la medida que no me siento capaz de encontrar fuentes o vías de satisfacción de esas necesidades que no sean esa persona, el miedo a la soledad será enorme y muy dañino (Otro día podemos hablar sobre la soledad y la diferencia entre estar socialmente aislado que estarlo afectivamente)

¿Cómo podemos trabajar nuestra autonomía?

-          Ser capaz de de defender nuestro territorio. Es importante que en nuestras relaciones seamos capaces de distinguir y defender nuestro territorio. Por supuesto que creo fundamental y necesario que existan territorios distintos, y diría incluso que no necesariamente tengan que ser al 100% transparentes. No planteo falta de honestidad, sino saber cuales son los límites de mi privacidad.

-          Mejor utilización de la soledad. Evidentemente no es lo mismo la soledad elegida que la que no es voluntaria. En la medida en que nos hacemos cargo de nosotros/as mismos/as no le tememos a la soledad (quizá no la busquemos necesariamente, pero no la tememos).

-          Incrementar la autosuficiencia y autoeficacia. En la medida en que no siento miedo a equivocarme, en la medida en que pruebo a hacer cosas por mi misma/o, en la medida en que no postergo mis acciones, en la medida en que no necesito consultarlo todo, cada día que pase me sentiré más incapaz y menos autónoma/o.

Me he encontrado con personas que entienden que la autonomía es lo contrario del amor, que asumen que una buena relación es una relación donde ambas personas no saben vivir la una sin la otra, y lo curioso es que creo que si crees que es cierto, acabará siéndolo.


¿Qué opinas sobre el apego? ¿Y sobre la autonomía?

3 de marzo de 2014

Miradas o preguntas que pueden sanarnos


El reencuadre como herramienta fundamental del coaching
Es curiosa la necesidad que tenemos a veces de encontrar explicaciones "sobrenaturales" a acontecimientos totalmente “naturales”.

Así te encuentras con sorpresa que desde hace unas semanas todo lo que lees parece estar relacionado con un mismo tema, o que no dejas de ver coches rojos justo ahora que te has comprado uno. Creemos que es algo extraordinario o que es un “mensaje” de algo o de alguien, cuando en realidad tiene que ver con nuestra atención.

Nuestra atención, nuestra percepción está más dirigida, aunque sea de manera inconsciente, de lo que creemos. Así, si mi estado de ánimo es positivo, mi atención o percepción estará enfocada en aquellos acontecimientos que "ratifiquen" dicho estado de ánimo. Por tanto, estaré más atenta a una sonrisa, a un comentario amable, a todo aquello que haya a mi alrededor que favorezca o mantenga ese estado de ánimo.

Lo mismo sucede con los estados emocionales menos agradables. Observo lo que me rodea y sólo encuentro acontecimientos que me indican que todo está mal, que no hay salida, que es razonable tener ese ánimo.

Por eso resulta tan potente y sanador encontrarnos con personas a nuestro alrededor que nos ayuden a mirar a nuestro entorno (o a nosotros/as mismos/as) de otra forma, que nos ayuden a enfocarnos en aspectos que antes no habíamos visto o sentido.

Cuando estamos en un proceso de coaching, las preguntas están dirigidas (si están bien enfocadas) a que el cliente se cuestione aspectos que antes no había hecho. A que pueda dirigir su mirada a un lugar que antes no se había planteado o no sabía ni que existiera.

Tenemos la costumbre a entrar en los bucles (en nuestros propios bucles). Así, repetimos acciones aunque sabemos que no funcionan. Nos decimos las mismas cosas aunque sabemos que no nos ayudan a salir de donde estamos.

Que haya alguien externo que nos facilite preguntas nuevas, hace que encontremos respuestas diferentes, hace que nos planteemos opciones alternativas hasta las ahora encontradas y es muy probable que ante nuevas opciones investiguemos o intentemos nuevas acciones.

Por eso es tan potente un proceso de coaching, porque tienes a un/a profesional entrenado/a en hacer preguntas. Preguntas poderosas que pueden ayudarte a ver el mundo (tu mundo) de otra manera.

¿Te gustaría probar? ¿Qué es lo peor que podría suceder? Te animo a descubrir tu mundo de otra manera.