11 de julio de 2012

Los obstáculos en el camino


Es evidente que todos y todas encontramos a menudo obstáculos en nuestro camino. Antes de seguir…os dejo un cuento que puede ayudarnos a reflexionar sobre la cuestión:

Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Entonces se escondió para ver si alguien retiraba la roca.
Algunos de los comerciantes más adinerados y cortesanos del reino llegaron y, simplemente, la rodearon. Muchos culparon al rey ruidosamente por no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo algo para sacar la roca del camino.
Un día, llegó un campesino que llevaba una carga de verduras. Al aproximarse a la roca, puso su carga en el suelo y trató de trasladar el peñasco hacia un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, pudo lograrlo.

Mientras recogía su carga de vegetales, vio una cartera en el suelo, justo donde había estado la roca. La cartera contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey indicando que el oro era para la persona que quitara la piedra del camino.

El campesino sabía lo que los otros nunca entendieron: “Cada obstáculo representa una oportunidad para mejorar nuestra propia condición”.

Cuento extraído del libro “Cuentos con alma”

Lanzo algunas preguntas que pueden ayudarnos a tomar conciencia de la situación:

  • ¿Cuáles son tus obstáculos en la actualidad? 
  • ¿Qué están provocando en ti?
  • ¿Qué podrías hacer para superarlos? ¿Para minimizar su efecto?
  • ¿Qué te impide hacerlo?
  • ¿Necesitarías el apoyo de alguien o de algo?
  • ¿Qué pasaría si intentaras superar ese obstáculo?
  • ¿Y si no lo intentas?
  • ¿Alguna vez, antes, has superado algún obstáculo que inicialmente creías imposible? ¿Qué aprendiste de todo ello? ¿Estás segur@ que no puedes hacerlo también esta vez?


Los obstáculos pueden ser una invitación a reflexionar sobre nuestros deseos, nuestros miedos, nuestros recursos, nuestras creencias y valores, nuestras necesidades más profundas. Podemos aprender mucho de nosotr@s mism@s.

Cada uno decide si levantar la piedra, saltarla, rodearla. No hay soluciones únicas ni correctas en la vida. Menos mal!! Son propias, nuestras, con las seguir creciendo y aprendiendo.

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