29 de mayo de 2013

Claves de una sana autoestima (y su relación con los objetivos)


La autoestima está basada en 2 ideas básicas[1]:

1-     Autoeficacia: esa confianza que tenemos en nuestra persona, en nuestras capacidades, habilidades y recursos.
2-     Autorrespeto: esa creencia que tenemos de nuestro derecho a ser felices, creer que los logros, el éxito, el amor, la amistad, la satisfacciones son adecuados para nosotros/as y que nos lo merecemos.

El nivel de nuestra autoestima influye en nuestro crecimiento y nuestra capacidad para alcanzar los objetivos y retos que nos plantea la vida. Así, si confiamos de manera realista en nuestras capacidades, si nos sentimos con seguridad en nuestra persona y su valor, tenderemos a responder de manera adecuada a los desafíos y a las oportunidades. Una sana autoestima nos fortalece, nos da energía y nos motiva.

Una autoestima alta busca el desafío y el estímulo de los objetivos difíciles y que merecen la pena. Alcanzar esos objetivos nos reforzará la autoestima alta.

En cambio, si tenemos una autoestima baja tenderemos a buscar la seguridad y comodidad de lo conocido, de lo que controlamos y nos resulta sencillo. Y así, lo que reforzamos es nuestra autoestima baja.

Una persona con una autoestima sólida se sentirá mejor equipada para enfrentarse a los problemas, se recuperará más rápidamente de un contratiempo y más energía tendrá para comenzar de nuevo. En cambio, si tenemos una autoestima tocada, nuestra resistencia ante las dificultades se reduce de manera significativa.

La autoestima es en realidad la idea que tenemos de nuestra persona, de sus posibilidades y capacidades y de lo que es merecedora.




  • ¿Qué idea tienes sobre ti mismo/a?

  • ¿De qué crees que eres capaz?

  • ¿Qué crees que te mereces en tu vida profesional y personal?





[1] Según Nathaniel Branden

27 de mayo de 2013

¿Un/a coach te dice lo que debes hacer?

La respuesta es no, un NO muy grande.

Desde hace ya algunos años parece que el Coaching se ha convertido en una profesión conocida y con cierta consolidación. Quien más quien menos ha oído hablar del Coaching, aunque por lo que escucho, las ideas son poco precisas y exactas sobre lo que es realmente un proceso de Coaching.

Un/a Coach, durante un proceso de coaching:

  • Escucha al cliente, escuchando no sólo lo que dice sino también su fondo emotivo.
  • Utiliza las preguntas poderosas para que susciten una introspección, descubrimiento y acción en la persona que protagoniza el proceso (cliente o coachee).
  • Apoya la autoconciencia del cliente.
  • Proporciona un feedback claro, mostrando al cliente (o haciendo que descubra) sus áreas de fortaleza, los aspectos que le están bloqueando (hábitos o creencias limitantes), los avances realizados durante el proceso....
  • Ayuda a explorar los valores del cliente y que se haga consciente de ellos.
  • Apoyo en la definición de metas y que éstas estén en sintonía con los valores.
  • Ayuda al cliente a desarrollar su propio plan de acción.
  • Plantea y propone retos o tareas que "fuercen" al cliente a ir más allá de las limitaciones que el cliente considera reales.
Por tanto, un coach es un entrenador personal pero no alguien que te enseñe a trabajar (o a vivir) según sus propios valores. El Coach no es un gurú. Es alguien que te facilita y apoya que tú descubras cómo trabajar (o vivir) según tus propios valores, creencias potenciadoras, entorno y realidad.

En un proceso de coaching, el cliente es el protagonista en todos los sentidos. Se trata de un proceso potenciador, un proceso que empodera al cliente. Éste se hace más "grande", más capaz, por tanto es un proceso que libera potencial, talento y recursos.

Si quieres probar, llámanos sin compromiso!



22 de mayo de 2013

La asertividad para construir creencias "racionales"

Encontramos dificultades en nuestro día a día, bien para resolver o afrontar algún tipo de situaciones en el trabajo, en nuestras relaciones o en casa o bien para priorizar nuestras necesidades y respetarlas. 

En este tipo de situaciones suelen aparecer, a modo de pensamiento automático, ideas supuestamente racionales que nos pueden bloquear. 

"Nunca conseguiré ...."; "No sé ni sabré nunca como hacer....."; "No soy capaz de......" y así sucesivamente aparecen en nuestra cabeza este tipo de frases que suelen provocar que las probabilidades de afrontar esa dificultad con éxito, disminuyan. Cuantas más frases de este tipo de dirijo a mi, las posibilidades de un cambio en mi comportamiento son menores. 

Revisando el libro de Olga Castanyer  "La asertividad expresión de una sana autoestima" releí una manera de transformar estas frases en ideas o creencias más "racionales". Es decir, creencias más apegadas a una realidad con miles de posibilidades, sin juicios, ecuánimes y que nos pueden ayudar a encontrar el equilibrio. 

Te invito a que hagas este ejercicio conmigo. Vamos a transformar un "nunca conseguiré hablar en publico porque me pongo muy nerviosa" por ejemplo a un "esta vez no lo he conseguido. Sé que me he esforzado y sin embargo en esta ocasión no he sido capaz. Poco a poco voy generando un cambio y lo voy consiguiendo, por lo tanto no he de culparme por no haberlo conseguido esta vez".

¿Notas la diferencia? ¿Qué crees que sucederá en ti si la próxima vez que no obtengas el resultado esperado al enfrentarte a una dificultad transformas las frases que sueles decirte en una de este tipo? ¿Qué sucederá si aceptamos que no somos máquinas a prueba de fallos y que a veces "las cosas no salen como deseamos"? Te invito a que pruebes y sientas la diferencia.  

20 de mayo de 2013

El cambio hacia la competencia inconsciente

En los procesos de coaching, mucho del trabajo, consiste en tomar conciencia sobre nuestro nivel real de competencia. 

Cuando una persona llega a un proceso de coaching, sabe que quiere realizar un cambio, sabe que la situación actual (profesional, laboral, personal,.....) no es la deseada y en ocasiones si tiene una idea de como quiere que sea la nueva situación, sin embargo, muchas veces, las personas no tenemos claro de entrada qué es lo que queremos o si disponemos de las herramientas (competencias) necesarias para generar el cambio. 

Parte de la labor de un/a coach es desvelar este proceso a la persona. Ayudarla, en primer lugar, a vencer el miedo de no saber o no conocer y a continuación empezar a generar conciencia sobre nuestras capacidades y nuestros objetivos. 

En coaching profesional o ejecutivo por ejemplo, el camino puede ser sencillo: pasar de la eficacia a la eficiencia. Es decir conseguir un nivel de competencia inconsciente que nos lleve a optimizar los recursos, sean estos del tipo que sean: personales, de tiempo, de esfuerzo,....

Suena sencillo y lo es. Un proceso de coaching nos encamina a descubrirnos en todas nuestras dimensiones y nos ayuda a tomar conciencia de nuestras competencias para poder después olvidar que lo sabemos y simplemente actuar. 

15 de mayo de 2013

¿Cómo gestionar la frustración?


Seguro que en algún momento de tu vida las cosas no han salido como esperabas o deseabas. Seguro que cuando eso ha sucedido has sentido un conjunto de emociones parecidas a la decepción, enfado, quizá cierta tristeza y por qué no vamos a decirlo, cierta frustración. Dependiendo de la energía, esfuerzo e ilusión hayas puesto en el proceso, las emociones serán más intensas o menos, te durarán más o menos tiempo.

Si no te ha pasado, siento decirte que has intentado pocas cosas distintas o has salido pocas veces de tu zona de confort.

Negar que algo nos frustra o negar que estamos contrariados/as es negar las emociones que de manera natural aparecen en el acontecer diario. Las emociones, en este caso emociones no agradables, nos informan de cómo nos va y de nuestras relaciones con las demás personas.

Por eso es tan importante el concepto de la aceptación. Aceptar lo que estamos sintiendo, lo que estamos viviendo y dejar de huir hacia una negación que no sólo no nos servirá a largo plazo sino que nos impedirá aprender de los “errores” cometidos para cambiar lo que sea necesario la próxima vez que lo intentemos.

Es importante la fase de la aceptación para comprender que entre intento e intento hay un espacio de tiempo en el que (me) observo y aprendo de mi y de a situación para hacerlo cada vez mejor.

Leí hace tiempo este texto sobre la aceptación que considero maravilloso. Menciono a la autora que figuraba donde leí el texto aunque no he podido confirmarlo.

“La vía de salida de nuestra prisión comienza con la absoluta aceptación de todo lo concerniente a nosotros mismos y a nuestras vidas, aceptando con plena atención y cuidado nuestras experiencias de cada instante.

Con “aceptarlo absolutamente todo” me refiero a ser conscientes de lo que sucede en nuestro interior -mente y cuerpo- en un momento dado sin tratar de controlarlo, juzgarlo o alejarlo.

No quiero decir que debamos tolerar cualquier comportamiento perjudicial -nuestro o de los demás-, sino que éste es un proceso interior de aceptación de nuestras experiencias reales del momento presente.

Eso significa sentirse triste o sentir dolor sin resistirse.

Si rehuimos alguna parte de nuestra experiencia, si nuestro corazón excluye cualquier faceta de lo que somos y de lo que sentimos, estaremos alimentando los miedos y sentimientos de separación que sustentan el trance de sentirnos indignos. La aceptación desmantela directamente los cimientos mismos de este trance.”

Tara Brunch



Creo que gestionar la frustración (la decepción) (algunas personas quizá lo llamen gestionar el fracaso o el error) pasa por la aceptación y el aprendizaje, lo que supone tiempo y apertura a lo que va surgiendo en los procesos de la vida. Dar tiempo y espacio. 



13 de mayo de 2013

Si se puede

Llevamos unos cuantos años escuchando esta frase en distintos contextos. Ha pasado de ser un lema de las manifestaciones contra los recortes, a escucharla no hace mucho en campos de fútbol esperando ansiadas remontadas.

Ya lo decía Obama “Yes, we can”, aunque siendo sincera, yo encuentro potentes diferencias y matices. Una cosa es decir “Si, podemos” donde nos incluimos a nosotros/as en la ecuación del cambio y otra distinta decir “se puede” como algo que no sabemos muy bien quien va a planificar, ejecutar, desarrollar, dirigir, poner en marcha….

Cuando nos planteamos objetivos vitales (personales o profesionales) a través de un proceso de coaching una de las cuestiones que debe ser formulada es si ese objetivo es realista, es decir, si la persona cree que es posible lograrlo. Si la persona cree que si, tenemos avanzado mucho camino. Diríamos que es uno de los pasos fundamentales sin los cuales no tiene sentido seguir.

“Tanto si crees que puedes como si crees que no, tienes razón” Henry Ford

Por tanto, dado ese paso de creer o considerar que se puede, el segundo es plantearse:
 
¿Qué voy a hacer para que se pueda, para lograrlo?
¿Cuándo voy a hacerlo?
¿Cómo voy a hacerlo?
¿Con quien voy a hacerlo? (en muchas ocasiones, el camino se recorre mejor en compañía o con apoyos)
¿Cuánto me va a costar? (puede ser dinero o puede ser otro tipo de recursos)


A mi entender, cuando decimos “si, se puede” queremos un cambio aunque ponemos el peso del mismo en el exterior, que sean otros los que lideren dicho cambio. Cuando decimos “si, podemos” queremos un cambio y queremos formar parte activa del mismo.

En un proceso de coaching se busca que el cliente (coachee) tome conciencia de estas distinciones y asuma el poder que tiene para cambia su realidad. Es importante que si realmente quieres un cambio no le regales a nadie ese poder.

8 de mayo de 2013

¿Leemos nuestros mapas?

¿Cuál es tu necesidad más importante en este momento? Quizá te gustaría tener más tiempo disponible para hacer determinadas cosas que te gustan. O puede ser que necesites conocer a otras personas con las que compartir ideas, preocupaciones, o gustos. Cada persona, sentimos necesidades distintas en cada momento. Algunas, son más duraderas, otras podemos satisfacerlas de manera más rápida. 

¿Sientes que llevas tiempo sin cubrir alguna de tus necesidades más importantes? 

Pensemos por un momento que cada persona tenemos un mapa único. Un mapa personal que nos dice qué es lo que deseamos, queremos, necesitamos y podemos hacer caso a esta información todos los días, algunas veces, en raras ocasiones,....¿Cómo leeremos el mapa si no seguimos las indicaciones? ¿Seremos capaces de llegar a nuestro objetivo? 

Hoy te proponemos que leas en tu mapa las señales que te indican el camino a tomar. ¿Notas alguna diferencia? ¿Llevas a cabo acciones distintas a las de otros días? ¿Quieres volver a probar? 

"Fija tus ojos hacia adelante en lo que puedes hacer, no hacia atrás en lo que no puedes cambiar". Tom Clancy

6 de mayo de 2013

Tengo un sueño ¿y tu?

Las personas soñamos despiertas, quizá más que mientras dormimos. Al menos, somos más conscientes de los sueños que proyectamos en estado de vigilia, los recordamos y cuando no nos sentimos a gusto con lo que hacemos, los recordamos con mayor intensidad. 

Cuando hablo con una persona que tiene más de 60 o 70 años y me cuenta los sueños que tenía o los sueños que tiene, me doy cuenta de la fuerza motriz que éstos pueden tener. Puede ser el turbo en tu vida o por el contrario, el freno de mano para emprender acciones.

Si observamos los sueños que teníamos hace 10 o 20 años ¿qué vemos? ¿qué sentimos? ¿seguimos teniendo los mismos sueños o similares? ¿qué quieres ver dentro de 10 o 20 años en tu vida? 

"¿Qué te gustaría hacer si supieras que no vas a fracasar?" Robert Schuller

Piensa que existe la posibilidad de "poner piernas" a tu sueño. Piensa que tu sueño deja de serlo para convertirse en una realidad. ¿Qué camino quieres emprender para llegar a esa realidad? ¿Qué apoyo puedes tener para conseguirlo? 

El coaching personal o life coaching nos ayuda a transformar deseos en acciones y así vamos dotando de piernas a nuestros sueños. Con el trabajo que nos propone un proceso de coaching, cada persona empieza a desarrollar estrategias, poner en marcha acciones e iniciar algunos cambios, que si bien, no transformarán como por arte de magia nuestro sueño en realidad, empezaremos a enfocarnos a ello. El coaching no hace por nosotros, no usurpa el lugar de la persona para decirle lo que debe o no hacer. 

Un coach es un compañero/a de viaje que te acompañará al inicio de tu trayecto hasta que emerja la confianza y entonces sigues andando y avanzando tu solo/a. Si encuentras una dificultad, un paso difícil, también podrás pedir a tu coach que te acompañe durante ese trayecto si es realmente necesario y lo hará para volver a marcharse una vez transitado para  dejarte avanzar a tu ritmo. De esta manera el coaching fomenta la independencia y la confianza de las personas, porque su objetivo es el bienestar de la persona con la que trabaja. De esta manera el coaching aporta al crecimiento y el desarrollo de las personas su visión de éstas, como seres autónomos, libres y fuertes.