15 de mayo de 2013

¿Cómo gestionar la frustración?


Seguro que en algún momento de tu vida las cosas no han salido como esperabas o deseabas. Seguro que cuando eso ha sucedido has sentido un conjunto de emociones parecidas a la decepción, enfado, quizá cierta tristeza y por qué no vamos a decirlo, cierta frustración. Dependiendo de la energía, esfuerzo e ilusión hayas puesto en el proceso, las emociones serán más intensas o menos, te durarán más o menos tiempo.

Si no te ha pasado, siento decirte que has intentado pocas cosas distintas o has salido pocas veces de tu zona de confort.

Negar que algo nos frustra o negar que estamos contrariados/as es negar las emociones que de manera natural aparecen en el acontecer diario. Las emociones, en este caso emociones no agradables, nos informan de cómo nos va y de nuestras relaciones con las demás personas.

Por eso es tan importante el concepto de la aceptación. Aceptar lo que estamos sintiendo, lo que estamos viviendo y dejar de huir hacia una negación que no sólo no nos servirá a largo plazo sino que nos impedirá aprender de los “errores” cometidos para cambiar lo que sea necesario la próxima vez que lo intentemos.

Es importante la fase de la aceptación para comprender que entre intento e intento hay un espacio de tiempo en el que (me) observo y aprendo de mi y de a situación para hacerlo cada vez mejor.

Leí hace tiempo este texto sobre la aceptación que considero maravilloso. Menciono a la autora que figuraba donde leí el texto aunque no he podido confirmarlo.

“La vía de salida de nuestra prisión comienza con la absoluta aceptación de todo lo concerniente a nosotros mismos y a nuestras vidas, aceptando con plena atención y cuidado nuestras experiencias de cada instante.

Con “aceptarlo absolutamente todo” me refiero a ser conscientes de lo que sucede en nuestro interior -mente y cuerpo- en un momento dado sin tratar de controlarlo, juzgarlo o alejarlo.

No quiero decir que debamos tolerar cualquier comportamiento perjudicial -nuestro o de los demás-, sino que éste es un proceso interior de aceptación de nuestras experiencias reales del momento presente.

Eso significa sentirse triste o sentir dolor sin resistirse.

Si rehuimos alguna parte de nuestra experiencia, si nuestro corazón excluye cualquier faceta de lo que somos y de lo que sentimos, estaremos alimentando los miedos y sentimientos de separación que sustentan el trance de sentirnos indignos. La aceptación desmantela directamente los cimientos mismos de este trance.”

Tara Brunch



Creo que gestionar la frustración (la decepción) (algunas personas quizá lo llamen gestionar el fracaso o el error) pasa por la aceptación y el aprendizaje, lo que supone tiempo y apertura a lo que va surgiendo en los procesos de la vida. Dar tiempo y espacio. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario