Cuando hablo con una persona que tiene más de 60 o 70 años y me cuenta los sueños que tenía o los sueños que tiene, me doy cuenta de la fuerza motriz que éstos pueden tener. Puede ser el turbo en tu vida o por el contrario, el freno de mano para emprender acciones.
Si observamos los sueños que teníamos hace 10 o 20 años ¿qué vemos? ¿qué sentimos? ¿seguimos teniendo los mismos sueños o similares? ¿qué quieres ver dentro de 10 o 20 años en tu vida?
"¿Qué te gustaría hacer si supieras que no vas a fracasar?" Robert Schuller
Piensa que existe la posibilidad de "poner piernas" a tu sueño. Piensa que tu sueño deja de serlo para convertirse en una realidad. ¿Qué camino quieres emprender para llegar a esa realidad? ¿Qué apoyo puedes tener para conseguirlo?
El coaching personal o life coaching nos ayuda a transformar deseos en acciones y así vamos dotando de piernas a nuestros sueños. Con el trabajo que nos propone un proceso de coaching, cada persona empieza a desarrollar estrategias, poner en marcha acciones e iniciar algunos cambios, que si bien, no transformarán como por arte de magia nuestro sueño en realidad, empezaremos a enfocarnos a ello. El coaching no hace por nosotros, no usurpa el lugar de la persona para decirle lo que debe o no hacer.
Un coach es un compañero/a de viaje que te acompañará al inicio de tu trayecto hasta que emerja la confianza y entonces sigues andando y avanzando tu solo/a. Si encuentras una dificultad, un paso difícil, también podrás pedir a tu coach que te acompañe durante ese trayecto si es realmente necesario y lo hará para volver a marcharse una vez transitado para dejarte avanzar a tu ritmo. De esta manera el coaching fomenta la independencia y la confianza de las personas, porque su objetivo es el bienestar de la persona con la que trabaja. De esta manera el coaching aporta al crecimiento y el desarrollo de las personas su visión de éstas, como seres autónomos, libres y fuertes.
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