29 de abril de 2013

Sin Acción no es Coaching


El Coaching se diferencia de otras disciplinas a través de matices, a veces difíciles de distinguir, pero una de las cuestiones que la caracteriza es la acción.

Un proceso de coaching te ayuda a que pongan “piernas a tu sueño”, a que pases a la acción, que el sueño se convierta en un plan. Plan que solemos llamar plan de acción.

¿Cómo podemos hacer ese plan de acción?

Convencionalmente se suele realizar ese plan de acción de manera cronológica, es decir, pienso en lo que haré desde hoy hasta el momento que logre mi objetivo. Planifico mis pasos del presente al futuro.

A mi, me gusta hacerlo de manera inversa. Como plantea y sugiere la Programación Neurolinguística.

Es decir, le planteo al cliente (coachee) que se sitúe en el futuro, en el momento en el que ya ha logrado lo que desea. Que recree lo mejor posible esa situación, qué siente, qué ve, qué escucha y permanezca en ese estado durante un tiempo. A partir de ahí, que vea qué pasos ha tenido que dar para llegar hasta ahí. Es decir, vamos a hacer un recorrido del futuro al presente.

Sé que suena un poco extraño, pero la mente es maravillosa y le encantan este tipo de magias. No es lo mismo pensar en las acciones que hay que llevar a cabo desde la incertidumbre del presente que desde la garantía del futuro (habiendo imaginado que ya se logra el objetivo).

Si estás en un proceso personal o profesional en el que llevas inmerso/a tiempo, que sabes que sería bueno para pasar a la acción, pero o no sabes qué pasos dar o hay ciertos bloqueos, te sugiero que pruebes con el Coaching y notarás el cambio.


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