26 de octubre de 2015

Tener la suerte de que te sostengan el espejo

A lo largo de nuestra trayectoria profesional, por suerte creo yo, tenemos la oportunidad de trabajar en lugares diferentes, con culturas distintas, con equipos diversos y dispares, con formas de hacer a veces incluso opuestas, con liderazgos desiguales.

Todo esa información no figura en nuestro curriculum oficial, pero si en el oculto. Son esos aprendizajes que te permitirán ser un/a profesional más capacitado/a para trabajar en entorno cambiantes.

También, con el tiempo, descubres qué te gusta más a ti, qué te viene mejor, qué ambiente o formas te ayudan a sacar lo mejor de ti, qué entornos son más motivadores, enriquecedores, nutritivos en definitiva.

Uno de los aspectos que el personal de una organización y/o equipo valora más en sus “superiores” es que “les sostengan el espejo”.

¿Y eso qué significa? Significa que les den feedback, que les brinden la oportunidad de conversar y escuchar qué es lo que más se valora y lo que pueden mejorar. Encontrar espacios conjuntos para proyectar hacia el futuro, para generar climas de confianza y aprendizaje.

Una mirada externa puede ser muy empoderante en un momento determinado, puede apreciar claves, obstáculos, y sobre todo puede dejar a la luz fortalezas ocultas para ser aprovechadas.

Aunque las reuniones grupales pueden ser espacios muy útiles para muchos aspectos de las organizaciones y los equipos, no lo son para “poner el espejo”. Se trata de encontrar espacios privados, relajados, sin interrupciones, donde se genera confianza y transparencia, además de consolidar los vínculos profesionales.

Otro día profundizaré en las claves para “poner el espejo” adecuadamente.


¿Tienes alguien que te ponga el espejo? ¿Eres tú el espejo de alguien? ¿Cómo lo haces?

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