11 de abril de 2012

Una, dos, tres......un pasito, solo eso

Reconozcámoslo, todas las personas, en especial las que tenemos más de 20 años, tenemos listados de cosas que deseamos hacer (a veces las llamamos "que quisiera hacer" o "que me gustaría, algún día, hacer") y que sin embargo, no hacemos.


Exploremos algunos de los motivos por los que dejamos de hacer aquello que deseamos:



  • Por falta de tiempo
  • Porque tengo otras prioridades
  • Porque es incompatible con mis tareas habituales
  • Porque en realidad no es tan importante ahora mismo (o bueno quizá si, pero no estoy segur@)
  • Porque no me siento capaz
  • Porque me da miedo............¿Miedo?



Vamos a quedarnos con ésta última. 


Nos asusta lo desconocido quizá, entre otras razones, porque nos asusta enfrentarnos a nosotr@s mism@s y descubrir que lo que hemos hecho hasta ahora, no solo no nos gustaba sino que nos hace "sentir" que hemos perdido el tiempo. Nos asusta descubrir nuestra vulnerabilidad. Nos asusta darnos cuenta que el gran reto que creía incompatible con mi vida, mis prioridades o mi tiempo, me llena tanto, me hace tan feliz que todo lo demás no importa. 


Muchas veces preferimos aferrarnos a un "malo conocido" por no arriesgarnos por un "bueno por conocer". Y lo más increíble de esto es, que un palpito en nuestro interior nos repite día  a día "por aquí vas mal, cambia de dirección".  Decidimos no escucharlo y seguir aferrándonos ¿a qué?



  • A un trabajo que no me gusta
  • A una casa que no puedo pagar/no me gusta
  • A una relación que no me aporta o que me aburre
  • A una dieta que me genera problemas de salud 
  • A una apatía que genera más apatía
  • A ver emplear mi tiempo en cosas que no me aportan mucho (ver "lo que sea" en la TV por ejemplo)
  • A no ver más a menudo a mis amig@s o familia
  • A una talla 36 que tuve hace más de 15 años....
Nos aferramos a cosas que no nos hacen felices. Y ¿por qué?

Que pasaría si de pronto pruebo otra cosa y resulta que me gusta y además tengo éxito ¿no invalidaría todo lo que hemos hecho antes? ¿me daría sensación de fracaso? ¿me haría sentirme débil?

Iniciar un cambio y reconocer nuestras equivocaciones o nuestra tendencia a aferrarnos a ciertas cosas o a situaciones es un gran logro y es una oportunidad para cambiar y para crecer. Qué más da que llevase 10 años en ese trabajo que no me gustaba o que la dieta que me sienta mal la haya adquirido 20 años atrás.....lo que he vivido, ya está vivido y lo que decido hoy, lo viviré a partir de este momento. Tomar una decisión y llevar a cabo un cambio deseado es un chute de energía, de adrenalina y de pasión. Nos lleva a experimentar la novedad, la pasión y la felicidad casi de manera constante. Nos conecta con nosotr@s mism@s y es un generador muy potente de nuevos hábitos. No se trata tampoco de empezar con el cambio más costoso o con el que no estoy realmente convencid@, se trata de atreverme a saltar y empezar a experimentar, poco a poco, tomar mis decisiones, elegir y hacer lo que deseo. 

¿Te apetece probarlo? ¿Por qué no elegir una cosa de esa lista que tienes y darte un plazo, un mes o dos, para hacerlo? ¿Te animas a escribir un plan de acción para llevarlo a cabo? 



No hay comentarios:

Publicar un comentario