1 de febrero de 2016

¿Qué historia elegirás contar? ¿Víctima o protagonista?

Hace años, cuando mi sobrina era más canija que ahora y estaba aprendiendo a andar y a calcular los espacios, se dio un golpe contra la mesa y, para mi sorpresa, mi madre le dio unos cuantos golpes a la mesa diciendo “mesa mala, mesa mala” (sólo de recordarlo me parto de risa).

El caso es que mi sobrina se sintió mejor (supongo) porque entendió que no era su responsabilidad sino la de la mesa por estar en medio de su camino.

Extrapolemos este caso, exagerado pero real, para lo que quiero contar y tiene que ver con cómo nos contamos la realidad y qué tiene que ver esto con todo lo demás.

Si tengo un vaso con agua en mi mano y la abro, el vaso se caerá y derramará toda el agua por el suelo. Puedo decirme que se cayó por la gravedad (y sería cierto también) o puedo decirme que abrí la mano y por tanto tengo algo que ver en lo que sucedió (cierto también).

Ambas respuestas son ciertas, pero….(tenía que haber un pero) ambas respuestas no tienen el mismo efecto en mi. La primera respuesta (es por la gravedad o es culpa de la mesa por no detectar al terremoto de mi sobrina) me exime de responsabilidad, me deja sin posibilidad de acción, sin posibilidad de cambio. Me deja en un lugar que sólo me permite reaccionar, diría incluso que me deja en una posición de víctima.

En cambio, la segunda manera de ver la misma realidad (abrí la mano o no reaccioné a tiempo y choqué contra la mesa) me permite asumir mi parte de responsabilidad, me permite aprender, generar nuevas formas de hacer, descubrir nuevas opciones o caminos para que no se vuelva a caer el vaso o no me vuelva a chocar contra la mesa. Esta forma de responder me coloca en una posición de protagonista.

La primera manera de responder las denominamos en coaching “respuestas o explicaciones tranquilizadoras” frente a las segundas que las denominamos “explicaciones generativas”. Son tranquilizadoras porque cuando las doy me quedo tranquila (yo no hice nada, no soy responsable, no depende de mí) y las segundas son generativas porque generan acción, cambio y soluciones.


Así pues, yo te pregunto ¿Qué explicaciones das tú a lo que sucede en tu trabajo? ¿y en tu vida familiar? ¿Y en tus relaciones? ¿Qué historia elegirás contar? ¿La historia de la víctima o de la protagonista? 

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