Hace cuatro días que perdí a mi padre. Hoy, además, hace dos años y medio perdí a mi compañero de vida durante más de 10 años.
Después de esta introducción, imagino que quizás sabes de qué quiero hablarte, o quizás no....
Hay quién dice que "la vida es un suspiro" por referirse a esta cuestión temporal, in-eterna, momentánea, que supone estar presentes, estar vivos...y es cierto. Sea por una enfermedad auto-inmune y degenerativa a los 76 años o sea por un accidente ferroviario, mientras dormías, completamente ajeno a tu intervención a los 48 años, sea como sea, en el momento en que nacemos seres vivos, sabemos (o no) que vamos a morir. La transición de la vida a la muerte puede ser importante. Aunque ahora mismo estoy en el papel del que queda, de quien vive el duelo, la soledad, la ausencia, la tristeza, el DOLOR....
Viene ahora a mi mente la introducción de un libro de uno de nuestros mentores, quién también ha fallecido hace tres años y medio, Stephen Richards Covey. En un elocuente cuestionamiento, nos plantea que cerremos los ojos un momento y que pensemos que estamos en nuestro lecho de muerte. Imagina que tienes la oportunidad de que alguien te pregunte, ¿dónde querrías haber pasado más tiempo? ¿Qué te gustaría haber hecho por más tiempo? Él afirma que NADIE diría "en el trabajo". Y ahora mismo, viendo la vida de mi padre, un científico, investigador, inventor, creador, no estoy segura de que tuviese razón.
Lo digo por las pasiones de cada persona y también pienso en Santy, mi pareja. Cuando disfrutas tanto de tu trabajo; tu trabajo forma parte de ti y de quién eres. Es verdad que pasar y dedicar tiempo a tu familia y amigos, a las conversaciones necesarias y oportunas, a expresar tus sentimientos y emociones (fáciles o difíciles), a tantas vivencias importantes; resulta necesario.
Por eso, ahora mismo, lo único que puedo preguntarte es lo mismo que nuestro mentor preguntó: ¿Qué querrías que dijesen en tu funeral? Piensa en ello por unos minutos o tanto como necesites y dedícate un tiempo para reflexionar y decidir a partir de ahora cómo quieres vivir. ¿En qué ámbito de tu vida te hubiese gustado, puestos en el momento de tu funeral, que te recordasen más y de qué manera?
No podemos hacer nada por vencer a la muerte, que forma irremediablemente parte de la vida, lo que si podemos hacer es convertir nuestras vidas en parte de nuestro legado. Mi padre, José Antonio Holguín, y mi pareja, Santy Barral, lo hicieron. ¿Qué quieres hacer tú con tu vida a partir de ahora? ¿Cómo quieres que te recuerden?
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