6 de junio de 2012

Cuerpo y cerebro: ¿qué nos intentan decir?

No sé si alguna vez te ha pasado y en caso afirmativo qué has decidido hacer. 


Alguna rara ocasión, en la que tenemos tiempo para estar con un@ mism@, puede ser que hayas experimentado lo siguiente. 


Te sientes relajad@, estas en un sitio confortable y conocido, puede ser el salón de tu casa, tumbad@ en tu cama, en un parque....y conectas contigo. Empiezas a dejarte llevar por lo que sientes en ese momento y quizá de pronto empiezan a aparece acontecimientos pasados o preocupaciones futuras, si decides seguir por ese camino y no abandonas, es posible que en alguna ocasión te haya sucedido algo extraño. Del pensamiento sobre una preocupación o problema aún no resuelto, aparecen unas sensaciones en distintas partes de tu cuerpo: si tenías los pies y piernas relajadas, puede ser que de pronto sientas una ligera tensión en los músculos, puede ser que sientas algo en el estómago o tórax, quizá tu respiración haya cambiado sin que te des cuenta. De pronto puede aparecer una imagen o una palabra o un recuerdo algo distorsionado que crees que no tiene nada que ver con lo que estabas pensando. Puede ser incluso que la imagen te resulte absurda o surrealista y sientas que algo extraño está pasando, por lo que decides cambiar de postura, moverte, desplazarte o incluso ponerte a hablar con alguien, por teléfono si es preciso.



¿Por qué hacemos esto?


No estamos habituad@s a conectar de esta manera con nosotr@s mism@s. 


En ese momento en el que podría incluso parecer que soñamos despiertos, nuestro cerebro, libre, sin emitir juicios, sin atender a causas o consecuencias, conecta la información que le está proporcionando el cuerpo en formato emoción o sensación, con imágenes, conceptos, palabras, recuerdos, proyecciones,.....y un largo etcétera. 


Quizá, hemos asumido que ese tipo de imágenes o ensoñaciones, son "normales" mientras dormimos y sabemos que cuando entramos en la fase REM del sueño, esto es habitual y "normal". Sin embargo, podemos tener algunas creencias sobre las personas que las tienen en estado de vigilia, es decir cuando estamos despiert@s: tiene una imaginación desbordada, es artista o está transtornad@ o enferm@. 


Dependiendo de las creencias que tengamos sobre dejar libertad para que esa conexión exista como algo natural o no dentro de nuestro cerebro, tenderemos a bloquearlas o no, tenderemos a cortarlas o a dejarlas transitar. 


Si las corto.


Me estoy perdiendo de información valiosa sobre esa preocupación o problema. Estoy limitándome y limitando a mi organismo a que se conecte y a que me proporcione información que, más allá de catalogarla como valiosa, es, existe, es nuestra. 


Si no la corto y la dejo fluir.


Puede ser que haya entrenado a lo largo de mi vida en qué hacer con esta información y que la sepa escuchar. Puede ser que no, que simplemente la deje estar y la recuerde como un sueño sin saber bien qué puedo hacer con ella o qué me quiere decir o si me quiere decir algo sobre un tema determinado. 


El Focusing, surge en la década de los 60 con el fin de sistematizar una forma de ayudar a las personas a que conecten con esta información y a que les ayude a avanzar en la resolución de su problema o preocupación. Aprender a usarlo con un@ mism@ requiere práctica y constancia, por lo que será la decisión de cada persona la que permita incorporar al focusing y dejar que arraigue o no como una herramienta más para el autoconocimiento. 


Lo que si podemos aportar desde Kaiden es enseñaros las pautas y algunos recursos que nos permitan conectar con la información que nos transmite nuestro cuerpo. ¿Te apetece explorarlo?


Nuestro próximo taller, con el que cerramos la temporada, tratará sobre esta herramienta y sobre la conexión de nuestro cuerpo y nuestras emociones. Si quieres probar y pasar un rato aprendiendo y compartiendo en un ambiente de total respeto y confianza, anímate a venir los días 22 y 23 de junio en Madrid al taller: 





No hay comentarios:

Publicar un comentario