19 de noviembre de 2014

La percepción del clima o qué tan motivado está un equipo

Mucho se habla y escribe sobre el clima laboral o medio ambiente laboral y parece que cada vez más organizaciones tienen en cuenta esta variable en sus políticas y prácticas. 

Tener en cuenta la percepción que empleados y empleadas tienen de la organización, sus procedimientos y normas parece algo natural si se considera que son estas personas la parte fundamental que determinará la dirección de la propia organización. 

Tener un equipo de trabajadores y trabajadoras altamente motivadas, con capacidad para colaborar, para gestionar los conflictos y apoyarse en los procesos de cambio supone también tener "bien engrasada la maquinaria". Y parece irónico lo que pueden invertir muchas organizaciones en sus equipos técnicos o tecnológicos de manera continua y lo poco que invierten en generar motivación en las personas que las harán funcionar. 

Tengamos o no la más avanzada tecnología si quien hace que esta maquinaria produzca de la manera más eficiente posible no siente formar parte fundamental de la empresa, resultará difícil que saque el máximo provecho a los avances tecnológicos disponibles. 

Durante muchos años se ha creído que la única fuente de motivación para empleados y empleadas era el sueldo (o reconocimiento en términos económicos) y el miedo (más en esta época de crisis). Sin embargo llevamos décadas leyendo estudios que desmienten las bondades de este modelo de gestión. Es decir, podrán ser elementos más o menos motivadores, lo que no harán será mejorar el clima organizacional, la percepción que tienen las personas que trabajan en ella sobre la propia organización.

Entonces ¿Por qué no cambiamos el modelo? ¿Por qué seguimos escuchando a tantas personas quejarse amargamente sobre el pésimo clima laboral en sus empresas u organizaciones? 

Quizás la cultura del cambio no sea la nuestra o no haya tocado a las personas que planifican las estrategias organizacionales. Al menos no a todas. Quizás el coste del cambio que perciben estas personas se les antoja tan elevado que no valoran positivamente  la implantación de un cambio profundo. Quizás las personas somos realmente animales de hábitos y nos supone un coste sumamente elevado generar cambios en ellos. Quizás hace falta incidir en los planes de estudio para que quienes vayan a dirigir departamentos en una organización tomen conciencia de manera real y profunda sobre las necesidades de los equipos, sus propias necesidades y lo que sucede cuando surgen discrepancias entre ambas. 

Afortunadamente en Kaiden sabemos que esto no es así en todas las organizaciones porque conocemos buenos ejemplos de gestión de personas. Porque sabemos que sí hay directores y directoras ocupándose por mejorar o cuidar el clima organizacional desde la base. Porque invierten en mantener la motivación de sus equipos igual de bien engrasada o más que los de las "maquinas" que usan para el desempeño de su trabajo. Porque el cambio en nuestra cultura es posible y así lo llevamos viendo desde hace 4 años. 

¿Quieres cambiar? ¿No sabes por dónde empezar? ¿Crees que la inversión será demasiado elevada? Empieza dando un paso, luego vendrá otro y otro más. Algunos cambios empiezan hoy y duran toda la vida. 

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