Las relaciones que aparecen en nuestras vidas van aportándonos muchas veces sin darnos cuenta, sin ser plenamente conscientes de la manera en la que nos hacen crecer, aprender, hacernos preguntas o reflexionar.
Hoy, llena de agradecimiento, soy plenamente consciente de la generosidad de algunas personas con las que he compartido espacios y momentos a lo largo de mi vida. Me doy cuenta de lo mucho que me aportan y seguirán haciendo y de lo relativamente sencillo que puede ser dar y darse "a los demás".
Hace algunos años, participaba activamente en un grupo de trabajo sobre coaching en el colegio oficial de psicólogos. Me encontré con personas de una calidad y generosidad que las hacen únicas y por quienes siento pleno agradecimiento. Hoy, una de ellas, inspira esta entrada.
Gracias a Miriam Ortíz de Zárate, quien desde hace unos meses me ha estado "regalando" correos con una invitación a la reflexión profesional muy profunda y con un enfoque que rompe rutinas y comodidades.
El correo de hoy, nos invita a reflexionar sobre el amor y el miedo. Sobre cómo nos relacionamos desde una u otra emoción. Sobre cómo nos influye estar imbuidos/as en una organización que se rige por una u otra emoción.
¿Te lo has planteado alguna vez? ¿Consideras que pueden ser los opuestos?
El amor nos genera amplitud de miras, observación sin juicio, creatividad y colaboración como contextos de trabajo, el miedo por el contrario, nos concentra en la supervivencia, estrechando nuestra mirada, dejamos de escuchar para centrarnos en lo que vemos o sentimos como amenazas, limitando la creatividad y la colaboración.
¿En cuantas organizaciones (empresas, familias, clubes, etc.) has encontrado una u otra influencia? ¿En cuál de ellas te apetece más estar? ¿De cuál sales renovado/a y en cuál vives con estrés? ¿Qué puedes hacer para invertir la mirada?
Aunque tendamos a pensar que poco podemos hacer para cambiar lo que sucede en nuestro entorno cuando el 100% de las decisiones no depende de mi, la realidad es que nuestra mirada puede cambiar, ejerciendo un poder catalítico para que nuestro entorno más inmediato se modifique y así el contagio siga creciendo y multiplicándose.
Desde el coaching se trabaja también (o sobre todo) con las emociones, con las creencias, con las gafas que usamos habitualmente y que queremos cambiar. ¿Te has planteado cómo puede ayudarte a ti cambiar de mirada, de gafas? Te invitamos a probar una sesión de coaching, ya sabes que la primera es gratis y sin compromiso: info@kaiden.es
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