7 de abril de 2014

Herramientas para el/la coach

Habitualmente, dedicamos este espacio para escribir sobre aspectos que pueden interesar a potenciales clientes. 

Hoy me apetece escribir sobre aspectos que pueden interesar a coachs o potenciales coachs. 

La distinción entre el ámbito de trabajo de un/a coach y otros tantos profesionales puede no ser muy clara, puede no estar definida de manera clara y comprensible para todo el mundo. Suele clarificarse cuando se vive el proceso. Cuando se empieza a trabajar con las herramientas aprendidas y cuando entendemos, desde la propia vivencia, cuales son estas diferencias. 

Si hablamos de las herramientas fundamentales para el/la coach, encontramos que estas mismas herramientas son fundamentales para terapeutas, psicólogos/as, mentores....

¿Qué necesita llevar en su caja de herramientas un/a coach? Además de una ética personal y una responsabilidad profesional (deseable en cualquier otra profesión, sea esta cual sea), estas son algunas de nuestras herramientas: 

  • Escucha activa y reflexiva
  • Intuición
  • Respeto 
  • El centro está en el cambio en la persona y sus propiedades y no en un interés personal
  • No damos consejos
  • No dirigimos las acciones del cliente
  • No hablamos en términos de "tienes que..."; "debes de..."; "lo correcto es..."
  • No presionamos
  • Empatía
  • Maestría en la formulación de las preguntas (*)
¿Cuántas de estas herramientas utilizan otros profesionales? ¿En qué combinación? ¿Cuáles usamos en nuestra relación formal o informal con las personas de nuestro entorno? 

A este listado, que no es nuestro, añadiría un par que en mi caso son fundamentales: propiciar la autonomía del cliente y dar lo mejor de mi de manera incondicional. 

En mi caso particular, entiendo el coaching como una relación necesaria y puntual a partir de la cual la persona que ha vivido su proceso sentirá más confianza en si misma, más autonomía y libertad para afrontar las posibles dificultades venideras, sin necesitar, en cada caso, contratar de nuevo a su coach. Es decir, entablamos una relación intensa y profunda, idealmente una vez. Pueden surgir consultas puntuales posteriormente, siendo consientes nosotras/os las/os profesionales que no nos dejaremos enganchar por el deseo de volver a trabajar con este mismo cliente, por mucho que nos guste o nos haya gustado la experiencia. 

Dar lo mejor de mi, es mi medida del éxito. Hoy seré la mejor coach para mis clientes, siendo plenamente consciente de que dentro de dos o cinco años haré cosas distintas, tendré más recursos para compartir y mis preguntas podrán ser distintas. Un/a coach está en constante aprendizaje y crecimiento, dado que nuestro propio desarrollo personal nos lleva a ser mejores profesionales. Es ese campo en el que somos expertos y expertas: el desarrollo personal. Así que necesariamente seré mejor conforme evolucione y solamente podré seguir siendo coach si continúo mi proceso de crecimiento y desarrollo personal. 

¿Qué más es importante para ti? ¿Qué añadirías a este listado de herramientas? ¿Qué importante distinción añadirías?  

                                                                                       
(*) Basado en Leonardo Wolk "El arte de soplar las brasas". 

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