2 de febrero de 2015

Una pizca de resiliencia en la jornada

Lunes, para muchas personas primer día laborable de la semana y quizás lo que ves fuera es un día nublado, lluvioso, frío (al menos en estas latitudes: cono norte, región mediterránea). ¿Qué sientes? 

Quizás has oído hablar de la resiliencia o incluso has leído algún libro o artículo en el que se menciona esta cualidad humana para sobreponerse a situaciones difíciles, a situaciones límite; asumirlas, vivirlas e incluso salir con una mayor fuerza y entereza de ellas. ¿Conocías este término? 

Mi intención, aquí y ahora, es acercarte un poco más a este concepto, incluso a la palabra. A ver si soy capaz. 

Vamos a suponer que estas en este momento en tu sitio de trabajo, puede ser en una oficina con la distribución de los puestos en zonas abiertas; puede ser en un despacho cerrado compartido o no; puede ser en una mesa de escritorio en tu casa o en una biblioteca o quizás en un centro de coworking....me atrevo a aventurar que no estás en una cadena de montaje, puesto de atención al público o conduciendo, dado que no podrías estar leyendo estas líneas a la vez. ¿Cómo empezó tu jornada? ¿Has tenido una alegría o buena noticia? ¿Sientes ilusión por empezar una nueva semana llena de perspectivas motivantes? ¿Has tenido "mas de lo mismo" y sientes hastío o aburrimiento? ¿Quizás has tenido un enfrentamiento y sientes enfado o algo de ansiedad? ¿Tienes fechas límite cercanas y sientes estrés? ¿O puede ser que tu trabajo no te motive lo más mínimo? 

Sea cual sea la situación en la que te encuentras ahora mismo, has tomado una serie de decisiones. Has elegido qué hacer ante la situación, cuándo hacerlo y cómo hacerlo. Has elegido expresar o no tu estado anímico, tu necesidad o visión. Has elegido cómo sentirte ante esta situación, si, lo has elegido, aunque creas que lo que sientes es lo natural y aparece sin más. Has elegido dónde depositar tus expectativas y en quién la responsabilidad de lo que vives. Has elegido incluso cómo mirar al cielo, a tu entorno. 

Si según has ido leyendo estas palabras una sonrisa se dibuja en tu cara, me atrevo a decir que tienes altas dosis de resiliencia en tu persona; si por el contrario, tu expresión ha variado de la incredulidad o sorpresa a la negativa absoluta y defensiva, quizás no te vendría mal ejercitarla un poquito más. 

Vamos a coger unos ejemplos del inicio del libro "Nuevas miradas sobre la resiliencia. Ampliando ámbitos y prácticas" (Coordinado por José María Madariaga) en el que nos habla de algunos factores o características de una organización resiliente. Te propongo hacer una checklist y a ver cuales tienes más o menos desarrollados.

Una organización resiliente da importancia a los valores y a la ética; también ejerce confianza y erradica el miedo; potencia el talento y el compromiso de las personas; emplea un liderazgo generador y humilde. También nos dicen los autores que una organización resiliente es: 

  • apasionada (construye un sentido o propósito atractivo).
  • imaginativa (mantiene unas expectativas positivas y una visión de futuro esperanzadora).
  • alineada (emplea una visión sistémica e inteligente).
  • poética (enhebra una red de bellas conversaciones, historias y preguntas). 
¿Sientes que te falta algo? ¿Hacia dónde estás enfocando tu mirada hoy? ¿Dónde diriges tu pasión? ¿Qué palabras utilizas en tus pensamientos y en tus conversaciones? 

En ocasiones, cambiar el chip para mirar de otra manera el mismo entorno e intorno es cuestión de pura acción, sin dedicar un tiempo eterno a la reflexión, te propongo un ejercicio sencillo y que te permitirá salir de una rutina emocional, cognitiva, sensorial e incluso motivacional. Lo único que debes hacer es poner algo de música que te guste y te invite a moverte. Levántate de la silla y empieza a andar de manera original, extraña o divertida. Anda de una manera distinta a como lo sueles hacer habitualmente y simplemente prueba, experimenta, ríete y diviértete. Después vuelve a tu sitio y empieza a mirar lo que sucede de otra manera. 

En los procesos de coaching, a veces las preguntas se transforman en invitaciones a la acción para llegar a la reflexión después, una vez que hemos cambiado de gafas o de estado de ánimo y estas herramientas son potentes espejos en los que mirarnos. El coaching es acción, por lo que la mejor manera de conocerlo y probarlo es a través de una sesión, siempre que sea con un/a profesional con una formación sólida y algo de experiencia.  Ya sabes que Kaiden te ofrece una sesión gratuita y sin compromiso (presencial o a través de skype). ¡Pregúntanos! info@kaiden.es 

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