15 de abril de 2015

Déjame que siga soñando o apegándonos....

Has tenido éxito en la presentación de un servicio a un potencial cliente que ha expresado, verbal y no verbalmente, su gran interés. 

Has creado un producto con un gran potencial, con mucha originalidad y del que te sientes absolutamente satisfecho/a. 

Compusiste un tema redondo, sientes que va a conquistar a toda persona que lo escuche. 

Escribiste un artículo que recibe muchos y buenos comentarios, lecturas, reposts, retwits, etc. 

Te acercaste por fin a esa persona que hace que tus ojos brillen como nunca y estuvisteis hablando y generando complicidad....intercambiasteis teléfonos y vais a volver a quedar. 

Te vas a dormir y...no quieres salir de cualquiera de estos sueños. Quieres que cada noche se repitan, que se alarguen y seguir sintiendo la satisfacción, plenitud, alegría, amor....aquellas emociones que te trasportaron a este sueño del que no quieres apartarte. 

Así es como surge también el apego. El problema de quedarte en la cama soñando es que venga lo que vena, una segunda parte, segunda obra, segunda conversación...quizás deje de llegar al quedarte soñando, recreándote y regodeándote en tu éxito pasado. 

El apego tiene que ver con lo experimentado y vivido en el pasado, con querer prolongarlo y con el miedo al futuro, a dejar de vivir, de experimentar, de tener determinadas experiencias. El problema que suele acarrear el apego es que nos olvidamos del presente. Vivimos en proyecciones futuras alimentándolas de éxitos del pasado y....el hoy, el momento presente ¿dónde queda? 

¿Y si lo que vives mañana no resulta tan agradable como tu sueño? ¿Y si lo que vives pasado mañana resulta más agradable que tu sueño de ayer? ¿Y si....? Sea como sea tu futuro y el futuro de tu futuro, ¿qué ganas controlándolo, evitándolo o postergándolo? Llegará de igual manera, la diferencia está en cómo quieres vivir, con qué grado de consciencia quieres vivir tu presente, tu momento a momento. 

El apego en este contexto me recuerda un poco a la fábula del granjero que suelen llamar "mala suerte, buena suerte, quién sabe", se sucederán situaciones, algunas que dependan en mayor medida de tus acciones, otras menos, serán ¿buenas? ¿malas? ¿Quién lo juzga como bueno o malo y para qué? 

Te dejo una sugerencia: tomate un momento para disfrutar de tu éxito, de tu logro, de la sensación; guárdala si quieres en el almacén de lo vivido y sigue adelante. Los sueños, sueños son decía Calderón de la Barca y la vida es lo que haces ahora, en este preciso momento. 

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