Esta frase de Alan Kay me gusta mucho y la tengo
enmarcada en mi zona de trabajo porque representa muchas de las cosas en las
que creo.
Considero que es una creencia o
idea lo suficientemente potente para aplicar a las personas y a las
organizaciones. A áreas de nuestras vidas o a departamentos de nuestras
empresas.
He leído estos días muchas
noticias relacionadas con la creación de nuestros propios puestos de trabajo.
En la medida en que escasea el empleo o el que encontramos no se ajusta a
nuestras verdaderas capacidades, es importante tener la capacidad de inventar
nuestro futuro.
Poníamos hace unos días en nuestro perfil de Facebook un enlace a la noticia “Si no existe un trabajo para mi, locreo” donde ponían en el foco en la proactividad.
El término proactividad no
aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua y se podría asimilar a
ideas como: tomar la iniciativa, asumir las riendas o el control de nuestras
vidas, asumir nuestra responsabilidad de nuestros actos y de la actitud que
tomamos frente a lo que nos sucede.
Se trata de una actitud que, como
casi todo en la vida, se puede incorporar, mejorar, practicar, probar. No
nacemos proactivos, sino que aprendemos a serlo en función de lo que va
sucediendo en nuestro entorno. Si nuestro entorno es proactivo y se premia el
hecho de serlo (con independencia del resultado) lo tendremos más incorporado.
Si no ha sido así hasta la fecha, si nuestro entorno ha sido más reactivo
(respondo a lo que me sucede) que proactivo (provoco las situaciones) nos
costará más el cambio pero…¿Quién dijo que fuera fácil? No digo que sea fácil,
solo digo que merece muy mucho la pena.
Las personas hacemos, de manera más
consciente o menos, una comparación constante entre lo que esperamos y lo que
tenemos o somos. Nos gusta crecer, evolucionar, aprender, desarrollarnos. Es importante
que no esperemos a que sean otros los que nos propongan los retos, nos
propongan los proyectos nuevos, seamos nosotros/as quienes tomemos las riendas
de nuestras vidas!!!
Una herramienta muy potente para
hacerlo es el coaching, entendido como un proceso personal o de equipos,
orientado a apoyar procesos de cambio y desarrollo. Nadie te dirá qué hacer o
hacía donde dirigirte, aunque te propondrá reflexiones, ejercicios, lecturas,
enfoques que te ayudarán a hacerlo por ti mismo/a.
¿Quieres inventar tu futuro? ¿Te
apetece probar cómo el coaching puede ayudarte?
No hay comentarios:
Publicar un comentario