20 de marzo de 2013

Asertividad para gestionar los conflictos


Aunque no siempre somos conscientes, vivimos constantemente conflictos. Muchos de ellos los gestionamos y transcendemos de una manera sencilla, casi sin darnos cuenta. Otros, en cambio, parece que se enquistan y poco a poco se van haciendo más grandes y difíciles de gestionar.

Cuando en Kaiden trabajamos los conflictos (en el ámbito laboral o personal) nos gusta hacerlo con distintas herramientas y una de ellas tiene que ver con la comunicación.

¿Qué comunicamos cuando estamos inmersos en un conflicto? ¿Cómo lo hacemos? ¿Qué transmitimos a la otra persona?

Los y las asistentes a nuestros cursos o en los procesos de coaching, nos dicen frases como éstas:

-          “Casi prefiero no decirle nada, al final nos liamos y acabamos a gritos”
-          “No sé por dónde empezar” “Tengo tantas cosas que reprocharle”
-          “Intento olvidarlo, pero parece que lo hace a propósito. Al final un día voy a estallar”
-          “Es que si tengo que hablar con cada persona del equipo cada vez que me molesta algo, no haría otra cosa”
-          “Si le digo algo, aparentemente le parecerá bien, pero en realidad luego la tomará conmigo”
-          Si yo se lo he dicho…quizá no muy claramente, pero vamos…si no lo ha entendido es porque no quiere.

¿Alguna te suena? ¿Te sientes identificado/a? Supongo que todas las personas, en algún momento, hemos vivido en primera persona situaciones similares a alguno de los ejemplos.


Conocer y practicar la comunicación asertiva y la comunicación no violenta puede ser una herramienta muy útil para la gestión de conflictos.

Estas son algunas pautas:

1.      Elegir el momento adecuado. ¿Es mi momento? ¿Es su momento?
2.      Elegir una sola cosa. Seguro que me gustaría decirle un montón de cosas (ahora que me he puesto!!), pero vamos de una en una!!
3.      Preparar de antemano. Recordar algunos hechos concretos que me puedan servir como ejemplo
4.      Abordar la conversación:
1.      Agradecer que tengamos este tiempo para conversar.
2.      Describo el comportamiento o el hecho en sí, cuanto más concreto mejor y sin juicios;
3.      Describo cómo me afecta a mi ese comportamiento (mensajes YO).
4.      Empatizo, me planteo entender (no significa estar de acuerdo) a la persona;
5.      Pido cambio de comportamiento o soluciones, dejando una “puerta abierta” a las propuestas o ideas de la persona;
6.      Ofrezco alternativas para solucionar la situación;
7.      Expreso las consecuencias positivas al cambio (las negativas, se perciben como amenazas).
8.      Agradezco la conversación

¿Qué te ha parecido? ¿Complejo, sencillo? La sugerencia de la semana es que estas pautas las hagas tuyas y las utilices y practiques ¿Tienes entre manos algún conflicto (grande o pequeño) que gestionar?

Al principio puede resultar algo “impostado” pero poco a poco te saldrá de manera natural.

Espero que te resulte útil.

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