6 de marzo de 2013

¿Cómo quiero ser recordado?


Casi todas las personas hemos oído hablar de la Misión, Visión, Valores. Es como un mantra. Definir la Misión, Visión y los Valores de la organización. El caso es que muchas veces he trabajado en dicha definición y casi siempre se ha realizado desde la mente. Me explico. Se realiza como si fuera un mero ejercicio de redacción. ¿Cómo queda mejor? ¿Qué frase se acerca más y mejor a o que somos y queremos ser? ¿Hacemos una lluvia de ideas para que sea un proceso más creativo y participativo?

Para mi, esta fórmula se queda a medio camino, pues no conecta con lo que realmente puede movilizar (y por tanto motivar) a los equipos. Desde mi punto de vista, resulta imprescindible, conectar con la emoción.

Para ello, desde Kaiden hacemos un ejercicio muy sencillo. Lo hemos realizado con equipos de trabajo (en talleres y formación) y con personas en sus procesos de coaching individual (coaching ejecutivo y coaching personal)

Pedimos a las personas que se imaginen el día de su jubilación o el día de su funeral (estamos hablando de imaginarse el final de sus días en esa organización o equipo de trabajo o el final de su vida) y que reflexionen (y sientan) qué les gustaría oír de sus clientes, proveedores, personas de la propia organización, de su familia, de sus amigos, etc.

Cuando respondes a estas preguntas, cuando has conectado con lo que es realmente importante para ti (para el equipo), has encontrado fácilmente tus valores, lo que puede movilizarte y por tanto tu motivación. Cuando pones la vista en el futuro deseado, estás conectando con tu visión y lo que estás haciendo, para qué lo haces, es tu misión.

Desde aquí recomiendo que cada persona encuentre sus misión, visión y valores. Es esclarecedor conocer qué es, realmente, lo que nos mueve a la acción.

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