19 de febrero de 2014

Nunca es tarde

Cuando tienes la ocasión de relacionarte con personas de distintas generaciones compruebas cada día que nunca es tarde para hacer, para decir, para sentir algo que te proporcione bienestar o felicidad (igual que nunca es tarde para dejar de hacer, dejar de decir o dejar de sentir algo que no te sienta bien).

También he visto personas que asumen que cuando llegan a una edad ya no tiene sentido intentar cambiar, no merece la pena pues no será posible.

Creer que nuestra vida, llegado un momento, ya está escrita o tiene una dirección tan definida que no es posible cambiarla es como decir que si he cogido el coche y me he equivocado de salida en la autopista ya no puedo retroceder o cambiar de dirección o buscar un camino alternativo por una carretera secundaria.

Por supuesto, que a medida que vamos incorporando experiencias, formas de hacer y sentir, hábitos, personas en nuestro entorno, aprendizajes, incluso circunstancias el cambio de rumbo (por seguir con la metáfora del viaje) puede ser más complejo, largo, con dudas, quizá debamos parar a repostar porque necesitamos más combustible (energía, motivación), quizá debamos asumir que tendremos que poner más de nuestra parte y dejar atrás hábitos o costumbres que aunque no nos gusten, de tan conocidos que son, nos resultan confortables.

Si, cambiar de rumbo no es necesariamente sencillo, pero no hacerlo ¿Qué supone para nuestra vida? ¿Tiene sentido no intentarlo?


Os dejo un vídeo, de personas reales, con edades reales y sueños e ilusiones que no fueron olvidados. Espero que os inspire y os permita creer, aunque sea un poquito, que nunca es tarde.




2 comentarios:

  1. Me parece muy bueno el artículo y de pilón el video. Ilustran muy bien a los mayores y a los que van para allá lo que se puede hacer en cualquier momento, aunque sea en la vispera.
    Saludos de Patricio

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    1. Muchas gracias por el comentario. Los mayores son fuente de inspiración constante y creo que la juventud y su supuesta energía está sobrevalorada. La motivación, la ilusión y las ganas pueden estar siempre dentro de uno/a de nosotros/as.

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