13 de julio de 2015

Dar pasos hacia delante (o dejar de darlos hacia atrás)

Parece obvio, aunque no lo es tanto, que para avanzar, para dar pasos hacia delante, hay que dejar de darlos hacia atrás.

También parece obvio que avanzaremos cuando estemos preparados/as para avanzar, cuando sea el momento de avanzar y no sólo cuando nos digamos mentalmente que es el momento.

No sé si consigo explicarme. ¿Puedo yo mentalmente decidir que es el momento, aunque mi cuerpo y mis emociones digan lo contrario? ¿Por qué no respeto y valido la información valiosísima que me está proporcionando mi mundo emocional y corporal? ¿Por qué sólo escucho los dictados de la mente, que salvo excepciones suele estar mega exigente y muy aliada a las expectativas sociales?

Muchas veces, en este llamado mundo del crecimiento personal hay muchos discursos “mega positivos” que lo que finalmente transmiten (casi sin matices) es que si estás triste, enfadada, decepcionada o floja durante x tiempo (aquí la exigencia varía según el barrio del autor mega positivo) eres poco más que una ñoña o una floja.

Dicho esto, por supuesto que creo en el crecimiento y desarrollo personal desde una perspectiva de la asunción de responsabilidades y la acción. Soy una profesional del coaching que cree firmemente en su metodología, pero también creo que los discursos simplistas de “si quieres, puedes” “sólo tienes que proponértelo” no sólo son vacíos sino que también son frustrantes para el personal.

Y vuelvo al principio de este escrito, para avanzar, para dar pasos hacia delante, hay que dejar de darlos hacia atrás.

¿Qué es dar pasos hacia atrás?

  • Seguir haciendo lo mismo que hecho hasta ahora buscando resultados diferentes.
  • Relacionarme con personas tóxicas que empobrecen mi mirada hacia mi misma y lo que me rodea.
  • Mantener creencias que me hacen perpetuar el miedo a hacer o a equivocarme.
  • Enfocarme casi todo el tiempo en lo que no funciona, en lo que no puedo cambiar, en lo que no depende de mí y así poder quejarme o estar enfadada un ratito más.
  • Centrarme en agradar o satisfacer las necesidades de otras personas relegando las mías o incluso a costa de las mías.
  • Seguro que encontramos alguna idea más de lo que es dar pasos hacia atrás.


¿Qué es dar pasos hacia delante?

  • Abrir tu mente a nuevas ideas, libros, conferencias, talleres.
  • Escuchar nuevas propuestas sin tener el no en la boca.
  • Probar, experimentar.
  • Dedicar un rato cada día a tomar conciencia de qué siento, qué quiero, cómo está mi cuerpo.
  • Conectar o descubrir tus valores más esenciales que te ayuden a llevar una vida coherente.
  • Proponerte objetivos realistas y retadores.
  • Enfocar mi mirada en todo lo que si depende de mi, en lo que puedo hacer por mejorar mi situación, en todos los recursos y herramientas que ya poseo para mi desarrollo.
  • Estar en contacto con la naturaleza, sus sonidos, sus aromas y sus ritmos.
  • Escuchar música que me ayude a conectar con mi cuerpo y mis emociones.
  • Relacionarme con personas activas y positivas que enriquecen mi mundo.
  • Elegir con conciencia qué hago con mi tiempo al menos unas horas al día.
  • Aportar al mundo alguno de mis talentos de manera gratuita o cobrando. Dar lo mejor de ti.
  • Conocer sitios nuevos.
  • Hacer algún tipo de ejercicio o deporte.
  • No compararme con el entorno.
  • Trasmitir a tu entorno lo que quieres y lo que no quieres.
  • Agradecer a la vida todo lo que puedo disfrutar y vivir.
  • Y seguro que se nos ocurren muchos más pasos hacia delante….


Dar pasos hacia delante y dejar de darlos hacia atrás van unidos de la mano. Un proceso de coaching puede ayudarte a tomar conciencia de lo que estás haciendo o pensando (hábitos, creencias, opiniones, actitudes) que son una limitación para tu desarrollo y al mismo tiempo te ayuda a identificar qué pasos (los tuyos, no los míos) te vendrían genial para lograr tus propósitos, tus metas, tus sueños…llámalo como quieras.

Prueba una sesión de coaching y lo verás todo mucho más claro.



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