La frase no es mía. Es de Yo Yo-Ma violonchelista
franco-estadounidense. Y la frase, por si misma, me inspira tantas cosas!!
Soy una persona que aprecio
profundamente la amistad.
Me encantan mis amigos, me encanta disfrutar de su compañía,
de sus vidas, de sus miradas, de sus imperfecciones. No le encuentro ningún
pero a pasar horas y horas con personas a las que quiero.
Y eso está genial y también lo
está conocer extraños. Podemos sumar a nuestras vidas a auténticos extraños si
tenemos una actitud de apertura, una mente del principiante (que diríamos en
mindfulness), un creernos no hechos, considerar que siempre se puede aprender
algo nuevo y diferente.
Tengo la suerte de tener un
trabajo en el que cada día hablo con personas que no conozco y no puedo estar
más agradecida a la vida por todo lo que estas personas me dan y me enseñan.
Conocer lo que piensan, lo que sienten, sus miedos, sus ilusiones, sus
seguridades, sus temores, su mirada, sus anhelos me ayuda a aprender, a
descubrir la cantidad de mundos posibles.
Y si ya tienes la oportunidad de
darte a conocer a personas nuevas…qué sensación tan maravillosa!! Cuando de
repente alguien te pregunta sobre ti, sobre tus experiencias y te encuentras descubriéndote,
revisando tu forma de pensar, cuestionándote creencias o ideas, saliendo de tu
zona de confort.
Dicen que lo que nos envejece no
son los años sino la falta de curiosidad por lo nuevo. Creerse ya hecho, creer
que ya lo sabemos todo, que nada nuevo puede descolocarnos no ayuda a que realmente
sucedan cosas mágicas en tu vida.
Creo que nuestra vida, nuestras
empresas, nuestras familias se enriquecerían muchísimo si comprendiéramos el
valor de lo nuevo, de lo diferente.
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