2 de junio de 2014

Ante una duda, una pregunta.

En la costumbre retórica de nuestra sociedad, ante una pregunta o una duda, se suele dar una respuesta afirmativa, taxativa, basada o no en creencias y en la visión propia de la realidad. 

Es decir, cuando una persona, adulta o niña nos hace una pregunta, asumimos sin cuestionarnos que nuestra respuesta será la mejor opción para aclarar o aportar luz a su duda. 

Esta inmerso en nuestro estilo comunicativo. En nuestra manera de pensar. 

¿Y si no soy la persona más indicada para resolver esa duda? ¿Por qué o para qué me adjudico ese rol de iluminador/a? ¿Lo hago pensando en la persona que pregunta o en mi visibilidad? ¿Y si no era una pregunta en busca de una respuesta específica? 

Distinciones. 

Si una persona me pregunta "¿qué hora es?" o "¿sabes dónde está x calle/plaza/estación?" es muy probable que espere una respuesta cerrada y específica. Un no lo sé o no llevo reloj entra en las posibilidades. Si conozco la respuesta, podré aportar la luz que busca esa persona. 

Y si me pregunta "¿tu qué harías en mi situación?" o "no sé por dónde tirar ¿tú qué harías?" en esos casos ¿qué le respondemos? No existe un instrumento como el reloj o un mapa que nos permita dar una respuesta acertada. Podemos expresar nuestra opinión o nuestro punto de vista, aunque lo que solemos hacer es frotarnos las manos y soltar nuestros consejos. Ay los consejos....esos dogmas de fe, empapados de juicios y desde una realidad ajena a la de la persona a la que se dirigen. 

Quizás la persona busca otra cosa distinta a un consejo. Puede buscar comprensión o ampliar su propio punto de vista. Puede ser que busque dispar sus miedos, sus inseguridades. Resulta más potenciador por lo tanto responder con preguntas. Al menos las suficientes para saber qué espera de nosotros/as. 

Coaching. 

Si el coaching es una herramienta de desarrollo potente, en parte es por usar una dialéctica completamente distinta a la habitual. Por eso, la persona al terminar una sesión se siente aliviada, llena de energía, con ganas de hacer cosas, porque es ella misma quien ha encontrado las respuestas. Porque no ha habido en la conversación consejos, ni juicios, ni indicaciones cerradas. 

La persona que encuentra sus respuestas gana en seguridad, en confianza. Se ve como lo que es, una persona rebosante de potencial, de recursos con los que afrontar la situación de duda, despejando miedos y visibilizando sus fortalezas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario