30 de junio de 2014

El coleccionismo por miedo o me lo guardo todo por si acaso....

Dedica un par de minutos a hacer un recorrido mental por tus armarios, cajones y libreros. 

¿Todo lo que guardas tiene una utilidad real en tu vida actual? ¿Guardas cosas que te sirvieron en el pasado por si vuelven a hacerlo en el futuro? ¿Algunos de esos objetos no te han sido útiles nunca y los guardas por si en algún momento encuentras para qué usarlos? 

¿Qué refleja este comportamiento en tu interior? ¿Quizás acumulas también creencias o valores que hoy ya no te son útiles o no reflejan la persona que eres hoy porque formaron parte de ti en tu pasado?

En nuestra sociedad tendemos al coleccionismo o la acumulación como un principio. Nos cuesta dejar marchar tanto objetos como personas, momentos como actitudes, hábitos como valores.  Y así, nos juntamos con opuestos y nos sorprendemos en contradicciones, en conflictos internos que no sabemos de dónde vienen. 

Leía esta mañana una frase: "soltar debe ser un acto de amor, no de miedo".  Me parece una frase potente sobre la que me apetecía reflexionar. ¿Para qué acumulamos? ¿Qué estamos protegiendo con este comportamiento? 

Digamos que tengo una amplísima colección de todo tipo de elementos. ¿De qué me protegen? Por más vueltas que doy a esta idea, todo termina en el mismo lugar: me protejo de mi, de mostrarme, de arriesgarme, de mi vulnerabilidad. 

Si no tuviese nada guardado y en un momento determinado necesito algo que no poseo ¿Qué recursos utilizaría para conseguir mi objetivo? Los primeros recursos que se me ocurren son: mi creatividad para inventar una solución, pedir ayuda, buscar en mi entorno, la paciencia, una visión de abundancia más global y no privada, ....hay unos cuantos recursos que podemos utilizar. Así que, volviendo a la pregunta ¿por qué me protejo acumulando? ¿de qué tengo miedo? 

Otra frase que en Kaiden nos encanta es "menos es más" y es que teniendo menos distracciones guardadas en mis cajones y en mis armarios, soy más yo. Teniendo menos posesiones, me expreso desde mi ser auténtico, sin protecciones ni disfraces.  Vuelvo a mi esencia sin aditivos ni condimentos....¿te apetece probar? ¿te apetece quitar lo que no te es útil hoy? 

La toma de conciencia que se logra, por ejemplo en un proceso de coaching, te conecta con esa esencia, con tu autenticidad. Con quien eres hoy para construirte y proyectarte en tu futuro deseado, sin anclajes en el pasado. A través de un proceso de coaching sueltas lastre, te liberas y te conoces, sin disfraces, ni corazas. 


2 comentarios:

  1. Cada vez estoy más convencido que uno de nuestros males es aferrarnos a las cosas. Eso nos mete el miedo a perder y de ahí a actuar de una manera concreta. ¡Qué difícil es desprenderse de lo que nos rodea! Muy buena entrada

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Javier por tu comentario y por compartir tus reflexiones. Parece que el apego lo llevamos a extremos que pueden llegar a ser dañinos. Despojarnos de los objetos no nos condiciona ni el recuerdo ni nuestros recursos. Un saludo

      Eliminar