18 de junio de 2014

Retos que nos hacen fluir

Hace unos días, en una comida campestre, la hija de una amiga decía que de mayor quería ser piloto de avión. Irremediablemente me recordó a Amelia Earhart quien en realidad encontró su pasión mucho más tarde. La primera vez que vio un avión, su reacción no fue de gusto y expresó que "era una cosa hecha de cables oxidados y madera, nada interesante".

En esa misma comida, la conversación, entre personas adultas, entró más tarde en la polémica visión que tenemos sobre el trabajo. ¿Cuál es mi trabajo soñado o cuál ha sido en los momentos cruciales de mi vida? ¿Seguimos permitiéndonos soñar y tener la convicción de que esos sueños se harán realidad en un futuro? ¿Para qué o para quién trabajo? 

En este momento de mi vida, aunque mi sueño fuese ser piloto, veo poco probable llegar a hacerlo realidad. Afortunadamente no es mi sueño. Mi sueño en cierta forma puede acercarse a lo que es Kaiden o más concretamente a, en lo que Kaiden se está convirtiendo. A este proceso de mejora continua, que debe pasar previamente por un proceso de cuestionamiento, análisis, aprendizaje, desarrollo,.... Momento en el que estamos. 

No sé si Elisa llegará a ser piloto de avión en un futuro. Tampoco sé si seguirá siendo su sueño dentro de 12 años. Lo que si sé, es que en su entorno encontrará ese apoyo e impulso para perseguir sus sueños. Impuso que por desgracia, no nos es regalado a todas las personas. 

Existe, aún hoy, en nuestra sociedad una visión sobre el trabajo ideal: un trabajo que, aunque no te guste del todo, sea para "toda la vida" y te permita pagar tus facturas y tener una jubilación "decente". Esta visión, se transforma en "prepárate unas oposiciones, las que sean", entre otras cosas. Y es allí, cuando adoptamos estas creencias y las hacemos nuestras, cuando nuestra pasión se encierra y no encuentra por dónde salir. Cuando dejamos de fluir, de soñar, de aspirar, de aventurarnos. 

Y así, llegamos a un momento en nuestra vida en la que sentimos la necesidad de preguntarnos ¿cuál es mi reto profesional? ¿cuál es el océano que quiero sobrevolar? ¿cuál es la aventura que en este momento me hará fluir? Irremediablemente, para responder a estas preguntas, deberemos alejarnos de la creencia de un trabajo, sea cual sea, para toda la vida y centrarnos en aquello que nos hace vibrar. 

¿Qué te hacía vibrar de pequeño/a? ¿Qué sueño te sigue sacando una sonrisa inconsciente? ¿Qué quieres hacer con esa energía hoy? ¿Qué te está frenando para conseguirlo? 


9 comentarios:

  1. Me ha encantado!
    Yo estoy un poco en esas. Disfrutando muchísimo a los 40 de una carrera que no supe o no puede disfrutar a los 20. La dejé entonces y ahora la he retomado.
    El otro día leí que algo esencial para la inteligencia era ser flexible y la flexibilidad es esencial para perseguir los sueños. ..
    Gracias por hacerme reflexionar. .sois geniales!

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti María por compartir con nosotras tus reflexiones. Estamos totalmente de acuerdo contigo respecto a la flexibilidad. La misma que te permite ahora cumplir con tu proyecto y que te motiva para lograrlo. Mucho ánimo y admiración con lo que estás llevando a cabo.

    ResponderEliminar
  3. No se puede vivir sin sueños. Una de las cosas maravillosas que te ofrece la paternidad, es contagiarte de la frescura y espontaneidad de los niños. Viven sin el freno de las responsabilidades, de las nóminas, las hipotecas; imaginando cuál será su siguiente aventura y sin plantearse maneras complicadas de como conseguirla.
    Yo tengo la suerte de compartir un proyecto nuevo con dos grandes amigas que me hacen contemplar la vida con ilusión y ganas. La amistad también es un proyecto vital y sin duda te hace fluir.
    Gracias por el post, es inspirador.

    ResponderEliminar
  4. Tienes toda la razón Eva, la amistad y algunas muy especiales de entre todas ellas, son un proyecto de vida que te permite compartir valores, proyectos, visiones y sueños. Las niñas y niños que viven en un entorno que potencia sus sueños tienen un gran potencial para comerse el mundo. Gracias a ti por compartir tus reflexiones!

    ResponderEliminar
  5. Muy buena entrada y compartida, por supuesto. Desafortunadamente muchas veces la vida nos enfrenta a realidades y tus sueños con la edad se van truncando, ya que si somos realistas esos sueños quizás nos venían demasiado grandes. Los sueños han de ser alcanzables, en base a nuestra realidad actual y nuestras circunstancias. Si nuestro reto es atravesar el Atlántico con una barquita, es muy improbable que lo consigamos, pero si nos podemos plantear llegar a una preciosa isla del Meditarreneo. Soñar y hacer realidad tus sueños pero siendo realistas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus comentarios Consuelo. Bien es cierto que hay una diferencia importante entre sueños y objetivos. Éstos últimos deben centrarse en esas acciones alcanzables o realizables y pueden, o no, nutrirse de nuestros sueños. Lo que si nos otorgan los sueños es esa capacidad creativa para imaginar escenarios posibles aunque lejanos y que quizás, algún día, inspiren un objetivo realizable que nos motive y nos impulse. Muchas gracias por compartir y por comentar.

      Eliminar
  6. Me encanto tu publicación, es cierto dejamos de pensar, vivir y sentir lo que nos apasiona, por algo mas de tranquilidad.

    ResponderEliminar
  7. Está claro que hay cosas que uno ya no puede hacer, pero hay infinidad de planes por hacer si uno tiene inquietud y curiosidad. O sea, que nunca es tarde para soñar.
    Muy buena entrada

    ResponderEliminar
  8. Gracias Kathia y Javier por compartir vuestras reflexiones. Si tomamos conciencia de lo importante que es aderezar la vida con un poco de pasión cada día, reconectando con nuestros sueños.....las puertas que se abren son diversas. Seguiremos soñando pues. Saludos.

    ResponderEliminar