8 de julio de 2015

¿Y si te digo que tienes derecho a no ser (o sentirte) feliz?

Tomo uno de los textos de Ajahn Brahm de su libro "No te preocupes, ¡Enfádate si quieres!" para empezar esta entrada: 
88. Tienes derecho a no ser feliz 
"En el mundo actual, algunos suponen que, si no eres feliz, algo debe de haber en ti que no funciona como es debido. Necesitas terapia. Te pueden animar a que visites una clínica de la felicidad. Algunas empresas incluso tienen un "delegado de felicidad" para librar a su personal del problema advertido. La felicidad es el producto básico que se debe tener en los tiempos que corren. Muy pronto habrá multas para aquellos que descorazonen a los demás siendo infelices en público, ¡y períodos de cárcel para los reincidentes que sean persistentemente desgraciados!  
No hace mucho, cuando estaba dirigiendo un retiro en un hermoso entorno, con una comida deliciosa, una joven me confesó que se sentía de mal humor aún sin tener ninguna razón especial para ello.  
-Sé que no debería estar triste, porque disgusto a todo el mundo, pero no puedo evitarlo. Me siento desgraciada -admitió la muchacha con aire de culpabilidad.  
Por eso fui de inmediato a mi despacho y rápidamente compuse e imprimí la siguiente "autorización para estar de mal humor":  
Este documento concede de forma oficial al portador 
el derecho perpetuo a estar de mal humor, 
por cualquier razón o sin ninguna razón en absoluto,  
sin estorbo ni obstáculo.  
Que nadie infrinja este derecho. 
Ajahn Brahm 
Cuando le entregué la licencia para estar malhumorada, se echó a reír.  
-¡No me estás haciendo caso! -protesté. 
Tras esta magistral, para mi gusto, exposición, poco puedo añadir. Es cierto que vivimos en algo así como "la cultura de la felicidad" quizás por tantos estudios que demuestran que los estados afectivos de felicidad, alegría y amor alargan nuestras vidas y no solo eso, sino que las dotan de mayor calidad. Sin embargo, atraer la felicidad no debería suponer rechazar el resto de emociones o estados de ánimo y mucho menos generar sentimientos de culpabilidad por no "sentirme feliz y plena". 

Al fin y al cabo las emociones nos hablan de necesidades y deseos. Escucharlas y atenderlas es primordial para tomar decisiones; para apartarnos o mantenernos en una situación; para mantener o descartar relaciones; para esforzarnos y avanzar o no en una dirección...nos hablan siempre, otro asunto muy distinto es si las escuchamos o no. ¿Escuchas tú a tus emociones? ¿Les permites que te hablen sobre lo que de verdad necesitas o deseas? ¡Haz la prueba!  Invítalas a formar parte de tu vida. 

3 comentarios:

  1. Hola, gracias por el post, interesante. ¿una pequeña orientación a como escuchar nuestras propias emociones, o al menos entenderlas? ... Parece que la chica de la historia estaba malhumorada y no sabía porque... ¿que debería hacer para averiguarlo?

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    1. Comparto tus preguntas Ibon Ibarrola. Me inquieta pensar que existe una receta u orientación para entender nuestras emociones "raras" y no la conozco...

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    2. Gracias por vuestros comentarios. Os devuelvo algunas preguntas. ¿Cuáles son "nuestras emociones raras"? ¿Sentís que existen recetas válidas para todo el mundo? ¿es eso posible? ¿Qué o quién os ayuda a escucharos en profundidad, a escuchar lo que os preocupa, inquieta, motiva o desmotiva?
      Nosotras, el equipo que formamos Kaiden, creemos que no existen recetas únicas y que el camino para alcanzar una mayor comprensión sobre si mismo puede hacerse por diferentes vías, lo importante es encontrar el que encaja contigo, con tus necesidades. ¿Tenéis a alguien con quien os sentís en total comodidad y confianza cuando habláis de vuestras emociones, bloqueos, anhelos o deseos de cambio? Esa puede ser una buena pista... Y si creéis que el coaching puede ser una de las vías para desarrollar una mayor consciencia sobre vuestras emociones, ya sabéis que en Kaiden somos unas profesionales del coaching... ¡Mucho ánimo en vuestra búsqueda! Me parece un reto apasionante.

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